El sol apenas comenzaba a aclarar al cielo y la mañana se sentía un poco fresca debido a la hora. Ethel bajó a hurtadillas a comer un plato de cereal y después volvería a su habitación para leer el diario que había encontrado la mañana anterior.
Jamás pensó que su madre fuera del tipo de personas que llevara un diario, y seguramente su padre tampoco lo sabía puesto que lo había encontrado en la casa de sus abuelos.
¿Qué tendría plasmado en sus páginas?
Afortunadamente ni su abuelo ni su abuela habían bajado de sus habitaciones. Eso le brindaba un buen rato de lectura a solas. Subió a su recámara armada con unas cuantas golosinas y con un trapo húmedo para quitarle el polvo al diario.
Cuando le quitó la suciedad se acomodó entre sus cobijas y lo abrió. Ahí estaba la foto de sus padres que había observado previamente, pero ahí habían otras fotografías. Una mostraba a su madre de pequeña con los abuelos y otra en la que lucía un lindo vestido celeste mientras su tío la abrazaba también vestido con un traje oscuro y corbata.
La primera página le sorprendió mucho. Esperaba encontrarse con un inicio nada llamativo de una adolescente normal que va a explicar sus aburridos días con sus dilemas sobre ropa y chicos, pero no fue así.
Su tío le había regalado el diario cuando ella salió de la escuela preparatoria para ingresar al Instituto Tecnológico de San Fransokyo en la carrera de diseño industrial, al mismo tiempo en el que iniciaba a correr motos profesionalmente en el Circuito de San Fransokyo.
¡Su mamá corría motos de forma profesional! Ethel estaba muy emocionada leyendo sus historias como corredora de motos, de tanto en tanto acompañadas de fotografías de todas las carreras en las que había participado, con su tío en el equipo técnico y sus abuelos mostrándole un apoyo incondicional. En realidad era muy genial e inspirador leer sobre todo aquello hasta que llegó a una nota de periódico en la que se narraba un accidente.
Era la última carrera de su mamá previa al Gran Premio de San Fransokyo. En una curva en la séptima vuelta la moto de uno de sus competidores perdió agarre y derrapó golpeando la moto de su madre, ésta salió disparada hacia el frente y giró al menos cuatro veces antes de detenerse por completo, poco después de haber perdido su casco. Ambas motos se destrozaron debido a los giros y otros tres competidores se salieron de la pista en su intento por esquivar el accidente.
El otro competidor involucrado se fracturó un brazo, pero su mamá quedó inconsciente un par de días y se rompió una pierna y se fracturó tres costillas. Después de eso, se retiró del motociclismo profesional y se dedicó de lleno a la universidad.
Ethel estaba más que impactada. Un poco más y su madre hubiera muerto y ella ni siquiera existiría sobre la faz de la Tierra.
Más tarde, cuando su madre estaba por terminar sus estudios, entró a trabajar a una pequeña empresa que fabricaba piezas para motocicletas. Ahí fue donde conoció a su padre. Él era el supervisor en el área de sistemas en aquel entonces, pero ambos compartían el gusto por las motos y las velocidades extremas.
El diario dejó de narrar poco después de eso. Aunque debía admitir que era bastante sospechoso el hecho de que muchas páginas estuvieran arrancadas y después, sólo habían hojas en blanco.
Ahora entendía muchas cosas más pero... ¿Por qué nunca nadie le dijo que su madre había sido corredora de motos? No había premios, ni fotografías al respecto, ni en su casa, ni en la de sus abuelos. Entendía que nadie la había obligado a abandonar el motociclismo, porque su tío seguía trabajando en ese mundo, su padre tenía una moto en casa y había sido su madre quien había elegido ese hermoso casco con detalles en morado que tanto le encantaba.
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Más que una heroína
FanficHay más en su vida que el amor por la velocidad y la goma de mascar. Además de ser una heroína que vela por la seguridad en la ciudad de San Fransokyo, GoGo Tomago es estudiante, hija y amiga.