Capítulo 2

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El tiempo avanza, las flores crecen y los árboles danzan, mi madre siempre sonreía, su mirada era tan brillante y tan grande como su corazón, sabía que extrañaba a papá, pero no vendría pronto. Seguí adelante con una sonrisa en mi rostro y con aquella suave voz dentro de mí que me permitía poder continuar, "¡Eres increíble, bello y fuerte, será un privilegio quien llegue a tenerte." Me sentí muy bien luego de momentos complicados, pero no tenía amigos y me sentía insuficiente cada noche mientras los pensamientos de un futuro incierto me invadían. Nadie me amaba, pero si nadie estaría conmigo quizá no importaba, yo era mi único amigo. Caí en depresión y recuerdo mirar cada noche las estrellas desde mi habitación, mis ojos tristes empezaron a ver aquella brillante luna, tan preciosa, tan bella como cosa alguna, mis mejores días eran gracias a ella, su luz iluminaba mi cuarto y también mi alma, antes de dormir decía cada noche con mis ojitos llenos de lágrimas y algo sollozo;"Las cosas bonitas son pequeñas para algunos, pero esas pequeñas cosas a la vida vuelven más bella, como observar el anochecer hasta que aparezcan las estrellas." Sonreí por todo aquello que se encontraba a mi alrededor, el sonido de las aves y aquellas flores bailando con el viento. Dentro de mí sabía que la vida no sería fácil, pensé en mi futuro y en aquella muchacha con sonrisa tan brillante como su dadivoso corazón, siempre en mi mente se encontraba y deseaba poder estar con ella, pero sabía que eso no sería posible, pensaba; "Quizá no soy increíble para muchas personas, pero mientras mi madre me ame y sonría, así como estoy feliz yo soy."Imagínate una vida con aquella persona que alguna vez te dejó tan perdidamente feliz y lo único que hacías era sonreír mientras pensabas en todas las cosas bonitas que podían suceder. Bueno, sigo con mi historia, ¿Te acuerdas de aquella muchacha dadivosa que era feliz ayudando a los demás? Bueno, aquella muchacha tenía una mirada triste y no sabía su motivo, aún. Volviendo al tema de mi madre cada tarde caminaba conmigo para llegar a un enorme árbol, y allí siempre me decía; "Hijo recuerda esto, llegarán personas a tu vida y llenarán de amor tu corazón, pero otras serán envidiosas, así que recuerda escoger bien a las personas indicadas para que llenen a tu mente de paz y así no te arrepientas nunca jamás." Llegamos a casa muy de noche y recuerdo acostarme y soñar algo tan extraño. Empecé a observar cosas sin sentido, mundos de cabeza y personas que alguna vez quedaron en el olvido, podía observar cosas sin color, yo avanzaba y todo empezaba a tener una forma diferente, me sentía confundido, personas sin rostro y figuras extrañas por doquier, sonreí cuando me di vuelta y logré ver a mi padre, estaba sentado en una banca, su rostro era algo diferente cómo lo recordaba, su sonrisa era la misma, y su voz me ponía nostálgico, sin pensar en nada más recuerdo que intenté correr, sin embargo, algo me detuvo y no pude abrazarlo, todo lo que yo intentaba era inútil y solo quería estar sentado en su regazo, solo quería estar con él, pero desperté, y no lo logré. Ese sueño no tenía explicaciones, me pregunté el porqué de las cosas extrañas, pensaba si todo tenía un significado, o si era solo un sueño más como cualquier otro.

Bajo la misma luna 🌓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora