Capítulo 9

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Se actualizó el 21/04/2020 a las 17: 16 Hora Paraguaya

Los lores miraban con miedo y asombro a los pequeños dragones que estaban frente a sus ojos, pero más atentos estaban al gobernante del norte, Harry tenía en la palma de su mano a un Dragón de color blanco que ahora mismo era como un gato, hace poco tiempo que todos ellos habían nacido, lo que incrementó la magia en el norte, con la magia iban a hacer muchas cosas y algo que estaba claro era que el mundo necesitaba que la magia vuelva a usarse, pero él iba a encargarse de eso. Pero no era el único Dragón que estaba con él, un Dragón negro y verde estaban en sus hombros, recostados tranquilamente, para los lores solamente significaban que los dragones pensaban que Harry era su padre, era la única respuesta que tenía. Pero el miedo era algo común en el ser humano, todo el mundo tenía miedo a algo, y el que diga que no tiene miedo a nada, es porque aún no lo había encontrado, los dragones era el animal que hizo que el reinado de los Targaryen duren duramente mucho tiempo, y cuando ellos poco a poco fueron desaparecieron las cosas fueron mal, algunos reinos comenzaban a levantarse poco a poco, ya no cumpliendo las órdenes del rey.

Harry sabia porque los dragones se extinguieron, no puedes mantener a una criatura tan magnífica como está encerrada, necesitan libertad, no solamente para que crezcan, sino para que su poder sea mucho mayor. En este mundo los dragones era la mayor potencia de magia, ahora esa potencia iba a crecer y con el tiempo la magia iba ser más abundante y más fácil de utilizar, que significaba eso, que podía impedir que el invierno golpee duramente al Norte. Mantener un clima neutral durante el invierno, ese iba ser perfecto, nadie iba sufrir de frío, e iban a poder trabajar tranquilamente, logrando que el sur nunca pudieran alcanzarlos, el invierno era algo que golpeaba muy fuerte al Norte, lo que provocaba que nunca puedan avanzar, cuando el invierno termina, lo único que está en la cabeza de un norteño es prepararse para el siguiente invierno, era un ciclo que nunca terminaba, y ahora era momento de poner pausa a eso. Con lentitud puso nuevamente a los dragones que quito en sus jaulas, donde ahora estaban más seguros, pero había algunas cosas que faltaban, había más jaulas, que estaban cubiertas, lo que significaba que había muchas más criaturas, lo que les hacía pensar que estaba planeando Harry.

El norte estaba repleto de animales, porque no usarlos para su beneficio, poder usar a un oso en una guerra, un lobo para cazar o persecución de cualquier infiltrado en el norte, todo eso iba a ser un gran beneficio para el norte. Además eso sin duda alguno iba a ayudar a las casas, los animales podían detectar cualquier cosa extraña, eran mucho más eficientes que un humano cuando se trataba de detectar algo extraño. Además en este mundo, no era tan diferente al suyo, había varios animales, que él deseaba tener en el norte, mientras la guerra estaba en su apogeo, el buscaba esos animales, necesitaba tenerlos bajo su control, ya que de adultos no iban a servirles mucho ya que iban a ser difíciles de domar, y los encontró. Tuvo que enviar a algunos hombres sin rostros para conseguir estos animales en los rincones más peligrosos del mundo, y por suerte lograron conseguir todos los que el quería, no solamente iba a ayudarlos contra sus enemigos, sino que también contra los caminantes blancos. Ellos no tenían un Dragón, y no podían pasar sin uno, por los que los dragones no iban a pasar más allá del muro, además también estaba el cuervo de tres ojos, aún no se daba cuenta de su presencia eso era bueno, ser el enviado de la muerte ayudaba mucho a que ese llamado Dios no haga nada, pero estaba seguro que en muy poco tiempo iba a darse cuenta de su presencia, pero no iba a cambiar nada, ahora tenía el poder suficiente como para neutralizar cualquier movimiento que haga, sabía que estaba más allá del muro, por lo que solamente tenía que impedir que pueda pasar a este lado. Una barrera iba ser suficiente, pero necesitaba saber que planeaba, necesitaba entrar a su mente, y luego expulsarlo.

Pero no era idiota, estos animales eran sumamente peligrosos, se tenía que tener cuidado con la producción de estos, aunque daban un gran poderío militar, también podían ser el inicio del final del norte, por lo que iban a tener un límite. Gracias a la magia podía hacerlos fiel, y también postergar la época de apareamientos para ellos, ya que no estaba seguro de poder controlarlos en cantidad y cuando él no este, iba ser sin duda alguna una molestia que todos se salgan de control, por lo que las armaduras que estos animales usaran en el futuro, iban a tener runas de lealtad. Era la única forma de mantenerlos bajo control a todos, por supuesto esto solamente iba saberlo el, los herreros que hacían las armaduras, cuando estos animales lleguen a la adultez. Harry pensó en estos movimientos, era peligroso, pero dónde estaría lo divertido si no se animan a hacer alguna locura, este era un nuevo mundo para él, donde tenía que explotar lo máximo que podía su potencial, y sabía que estas personas iban a apoyarlos, además de eso estaban las criaturas que el trajo de su antiguo mundo, era hora que salgan a la luz. El norte era como el bosque que rodeaba su antiguo colegio, lleno de vida donde ellos podían estar tranquilos, donde lo único que podían hacer es servirle al rey del norte.

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