Capítulo 14

4.1K 251 30
                                    

Se actualizó el 31/05/2020 a las 18:15 hora Paraguaya

Harry y Marwyn iban de camino a una cueva donde se ocultaban todas las criaturas mágicas, con el único fin de que crezcan, había criaturas de todo tipo, y en este lugar estaban sumamente seguros ya que podían crecer con total naturalidad y solamente algunas personas podían entrar, dentro de esa cueva que Harry encontró y la modifico, se encontraban 20 personas que eran cuidadores de la casa Ryswell que estaban cuidando a estos animales, es impresione que estas personas fueron elegidas para este trabajo, su paga era buena ya que tenían que cuidar a criaturas mágicas que algunas veces al tratar de jugar eran un poco violentos y podían morderte, como un Dragón que podía escupirte una pequeña llama de fuego. Estas personas tenían prohibido decir que estaban cuidando, y vivían en Invernalia junto a su familia, no estaban lejos de la ciudad central del norte, por lo que era un corte recorrido. Y la razón por la que Harry y Marwyn estaba en este lugar fue porque el último animal que faltaba nacer, había nacido, o los últimos por así decirlo, se trataba de una pareja de fénix, hacer que un fénix nazca era mucho más difícil que hacer que un Dragón lo haga.

El fénix es un magnifico pájaro rojo, del tamaño de un cisne, con una gran cola dorada, pico y garras del mismo color, El fénix puede llegar a vivir muchísimo tiempo, ya que se regenera, estalla en llamas cuando su cuerpo comienza a decaer y resurge de las cenizas como un polluelo. El fénix es una criatura amable, de la que nunca se ha sabido que matara, y sólo come plantas. Eran leales a su dueño, y siempre se quedara a su lado, hasta el día de su muerte, donde se va del lugar sin dejar de recordar a su dueño, la lágrimas de fénix eran curativas, podían curar todo tipo de heridas sin importar que sea, como incluso el veneno de cualquier animal, un enorme negocio farmacéutico iba a poder crearse ante eso. Pero no es lo unico para lo que un fénix podía servir, en el norte el calor que daba el fénix iba ser muy beneficioso, especialmente cuando Harry desee acabar con los caminantes blancos, los fénix no eran frágiles, sino que contaban con mucho poder. Marwyn se quedó viendo a los polluelos de fénix que estaban escondiéndose en la cecina del carbón que Harry les dijo que pongan a su alrededor, ya que ellos no iban a quemarse, más bien ayudaba a su crecimiento.

Magníficas criaturas, no lo crees – Harry puso sus mano hacia donde estaba los dos polluelos, que al ver la mano de Harry se subieron en ella, ante la mirada de Marwyn y los presentes, que vieron que Harry no tenía miedo de quemarse – Tan leales – los dos polluelos comenzaron a quemarse en la palma de Harry, que con mucha calma los lanzó al aire, donde el fuego que cubrió a los dos polluelos comenzaron a crecer, y el grito del que parecía un águila se escuchó, y los dos fénix hicieron acto de presencia – Ahora será más fácil, criar a los demás fénix.

Mi señor, puede hacer eso con las aves de trueno – uno de los cuidadores miró a Harry para que haga lo mismo que hizo con los dos fénix, que al parecer eran los más tranquilos aquí, ya que solamente se quedaron mirándolos como si nada – no es tan fácil cuidarlos, y más porque no se quieren quedar en un lugar.

A pasado tres meses desde que nacieron, tienes que ser paciente Albett, eres el jefe en este lugar – Harry miró al que estaba encargado de la crianza de estos animales, era muy bueno en su trabajo y hacía todo al pie de la letra, cada cuidado que requería estas criatura, el hacía a la perfección –No hay nada más novedades mi lord, todos los animales que están aquí están en correcto estado.

Dorne.

Oberyn Martell tenía una visita sumamente extraña en su recinto, se trataba de Petyr Baelish, que hacía aquí, era una pregunta que no hacía falta responder, su hermana le advirtió de este hombre, ya que Harry lo investigo, no era de fiar, tampoco iba a confiar en él. Desde muy pequeño Oberyn sabia en quien confiar y en quien no, pero no tomaba mucho atención a los que buscaban algo de él, esas personas siempre morían, era un proceso natural, deseaban utilizarlo pensando que iba a conseguir algo, ahora ya no era el príncipe de Dorne, ahora era el que gobernaba este reino y a diferencia de su hermano, era más rebelde y mucho más peligroso. Por lo que Oberyn miraba a Petyr como si de una serpiente que estaba a punto de atacar a su presa se tratase, lo miraba atentamente, cada movimiento, cada mueca que haga su rostro iba ser una señal para él. No representaba un peligro a nivel físico, ya que Petyr no era un hombre que sabía luchar, el no hacia eso, el hacía que otras personas luchen por él, pero a nivel de inteligencia, si era alguien que tienes que tener en cuenta, porque era como un escorpión.

The KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora