Capítulo 23

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Se actualizó el 16/11/2020 a las 20: 58 Hora Paraguaya

Eddard GreyStark, miraba a los solados de los demás reinos, estaban preocupados, en el lugar la mirada de incomodidad de cada persona al mirarlo era evidente, no iba a negar que se sentía incómodo pero cómo iba a poder evitarlo. Hace poco tiempo pasaron por lo que el consideraría un cementerio de barcos que estaba adornado por cadáveres flotantes, era obvio que se trataba del norte, pero Ned estaba meditando quien de todos iba ser capaz de hacer esto, quien tuvo la ruta donde ellos iban a pasar, el perla estaba descartado ya que ellos persiguieron a Euron, lo que dejaba a Jack o Jones en este pequeño apartado. Otra cosa que ponía de punta a las personas, el clima, desde que partieron el sol nunca salió, el cielo fue cubiertos por nubes negras y adornados por relámpagos, pero lo que más miedo daba era que el mar se encontraba muy tranquilo, con un clima como este cualquiera iba a pensar que una devastadora tormenta iba a caer en cualquier momento, pero era todo lo contrario, el mar estaba tranquilo, eso ponía los nervios de punta a todos los tripulantes incluyendo a los mismos capitanes que eran expertos en la navegación.

Tampoco había que olvidar ese fresco clima, los sureños no estaban acostumbrados a este clima, el no sentía frío porque pasó por fríos peores en su momento, esta briza no era nada, ni siquiera la neblina era un problema para él, porque estaba acostumbrado a eso. Quizás era malo, pero su lado norteño estaba feliz por lo que estaba viendo, muy contento, y ocurrió lo inesperado un sonido ensordecedor se escuchó, no uno, sino varias veces. Ned solamente se levantó de donde se encontraba, la neblina dificulta su vista, en cada uno de los barcos todos los hombres que estaban dirigiéndose a la isla de hierro quitaron sus armas como si eso iba a servirles de algo. Ned sabía que se trataba de los cañones que el norte había creado, solo escuchaba los disparos, hasta que una enorme cortina de fuego se hizo visible, Pyke, la isla por así decirle principal de la islas de hierro estaba prácticamente ardiendo en llamar, era como si ellos mismos estuvieran llegando al mismo infierno. Todos los francos de la isla estaba siendo bombardeada por cañones, los barcos del norte eran monstruosos, los gritos de las personas se escuchaban incluso a esta distancia, esto ya no era una guerra, era una masacre en su totalidad.

Ned miró al borde del barco, donde pudo ver una cantidad importante de cadáveres flotando, al parecer los Greyjoy concentraron gran parte de su fuerza militar, pero fueron pasados por encima por la furia de la fuerza militar norteña. Ned comenzó a buscar con la mirada hasta que vio un tumulto de gente en la isla, estaban todos de rodillas, rodeados por Persas, con solo ver eso supo al instante que esas personas eran inocentes. Los Persas no iban a hacer esos tipos de cosas sin tener una orden de Harry, por un lado se sintió aliviado que inocentes no mueran en el campo de batalla, era inevitable que mueran, lo sabía perfectamente, muchos deseaban defender su hogar, pero por lo menos no asesinarlos a todo era como demostrar que ellos no asesinan por asesinar como hicieron los Lannister cuando ingresaron a desembarco del rey y masacraron, violaron y muchas atrocidades más a las personas que se colocaban en frente de sus caminos. Ni siquiera los botes fueron preparados para ir a la isla para ver que estaba pasando, solo cuando los cañones se dejaron de escuchar, las personas reaccionaron y comenzaron a actuar, pero Ned no despegaba su mirada de la isla.

Castillo Pyke De Los Greyjoy.

En todo su esplendor Harry Stark estaba sentado en el trono de la isla del hierro, para cualquier isleño esto sin duda era un insulto, y Harry sabía perfectamente eso, solo tenía que ver como Balon el gobernante supremo de la isla de hierro estaba en el suelo de rodillas. No era como si pudiera hacer gran cosa después de todo, Mya estaba a su lado esperando que se levantara para decapitarlo. No había peor deshonra que lo que estaba sintiendo Balon en estos momentos, era una verdadero insulto, lo que causaba gracia a cada uno de los lores, quien iba a pensar que los norteños iban a atacar de esta forma a las islas del hierro, nunca el norte respondió los ataques de los nacidos del hierro. Pero mucho peor era que un norteño se siente en el trono de los nacidos del hierro, como si fuera superior a ellos, era un golpe mucho mayor a su orgullo, su flota fue aplastada, su ejército fue aplastado, sus islas fueron pisoteada, y por supuesto su orgullo. Los isleños del hierro eran sumamente orgullosos por todo, pero que era su orgullo en estos momentos, una pila de basura para Harry que estaba sentado en el trono como si fuera propio.

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