Detalle

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Conocía de muy poco a esos chicos pero en Joshua había encontrado algo que no había experimentado nunca, creo que a esto le llamaban amor, es imposible sentir eso por alguien a quien apenas conoces.
El tierno roce de un rayo de sol me despertó, sorprendentemente no tenía mal humor ¡Genial!
Decidí ir a dar un recorrido por el pequeño pueblo dejándo de lado la plaza comercial, muy probablemente me encontraría a los chicos ya que aún seguía el descuento en toda la tienda.
Pasé a un lado de una fuente eran verdaderamente hermosos los tallados en el mármol, me perdí observando esa magnífica estructura tanto que no me dí cuenta que mi madre tocó mi espalda, en respuesta a esto pegué un grito, fue tan fuerte que hasta asusté a mi madre, al parecer la intención de ella no era asustarme pero inconcientemente lo hizo.
+ ¡Hija! Vaya susto me haz dado
- Lo siento mamá pero me tomaste por sorpresa.
+ Ya veo pero dime: ¿Qué estás haciendo a temprana hora aquí en el "Paseo de mármol"?
- Quise salir a dar una caminata pero veo que hubiera sido mejor quedarme en casa. *Solté una pequeña risa.
+ Está bien, vamos a casa.
Caminamos a casa; eran como 100 pasos hacia casa, el camino empezó a ponerse tedioso y para romper esa tensión empecé a conversar con mi madre.
- Madre, ¿qué le pareció el mega descuento de aquella tienda?.
+ Realmente emocionante.
- ¿Emocionante? *Dije sorprendida
+ Sí hija, nunca había estado tan cerca pero tan lejos de perder y ganar una prenda en especial ese hermoso vestido que había visto por meses, pero de la nada desapareció.
- Oh, eso a de ser frustrante.
+ No tanto porque conseguí uno más bonito y aún más barato.
- Veamosle el lado positivo conseguiste uno mejor por menos dinero.
+ Sí *Río un poco. Listo llegamos, llama a la abuela para el desayuno.
- Claro enseguida.
Antes de llegar a la habitación de la abuela, ella ya me esperaba en la puerta.
+ ¿A dónde vas linda?
- Justamente iba por usted abuela para hacerle la invitación a desayunar.
+ Vamos que tu mamá nos espera.
Llegamos con ella y tenía listo el desayuno.
+ Qué linda hija pero no debiste.
Dijo la abuela sonrojada, me acerqué a ver y era un huevo frito pero la yema de este era un corazón, mi cara reflejaba ternura.
+ No es nada mamá.
Vaya, mi madre es muy detallista con la abuela, debería hacer algo por mamá. Terminamos el desayuno y en esta ocasión no me tocó el lavado de platos sucios, estaba a punto de celebrar pero oigo a mi madre decir:
+ Hija, ¿podrías lavar el patio?
- Si mamá con gusto.
En mi cabeza decía:
"Está bien, por lo menos hoy no me toca pelear con los platos"
Terminé el patio y ya era de tarde, subí a mi habitación y busqué objetos para hacer el detalle para mí madre, no encontré mucho pero se me ocurrió una gran idea; hacerle una carta con diferentes hojas de color, eso hice y antes de que llegara para avisarme de la comida, por lo que e visto vivo al límite porque siempre que termino algo inmediatamente ocurre algo con relación a ello.
- Hola mamá, ¿que la trae por aquí?.
+ Tú abuela nos invitó a comer en una pizzería y quería ver si quieres ir.
- Claro mamá eso no se pregunta.
*Tomé a mi madre del brazo y llegamos a dónde estaba la abuela.
+ Vaya que quieres ir *dijo mi madre.
~ Ya veo *dijo la abuela.
- Perdón pero es la primera vez que visito una pizzería aquí en Herius.
~ Se ve en tu rostro linda. *La abuela sonríe tiernamente.
Traía la carta para dársela a mamá pero prefería que la obtuviera al final de la comida.
Pasamos por en medio de la plaza hacia un elevador que nos llevaría dos niveles arriba, lo que ví hizo que empezara a salivar, no era Joshua ni Manuel, era un gran pedazo de pizza, me acerqué al mostrador y la abuela hizo que lo pidiera.
~ Buenas tardes chica,¿que te puedo ofrecer?
- Me podría dar ese pedazo por favor.
~ Claro, aquí tienes.
- Gracias. *Entregué el dinero.
Era un gran pedazo jamás había visto algo igual.
Nos sentamos en unas bancas cercanas y terminamos nuestros pedazos de pizza, terminé primero mi abuela en segundo lugar dejando a mi madre al final, saqué la carta de mi bolsillo derecho del abrigo que traía; hacia demasiado frío así que decidí traermelo, se la entregué y logré ver que sus mejillas se tornaron rojizas y siguiente de esa acción me dio un gran abrazo y dijo:
+ Me hiciste recordar la vez en que tú abuela me llevó a comer con papá y aunque parezca chiste le entregué una igual, gracias hija.
- De nada mamá.
Terminado el abrazo nos dirijímos hacia nuestra casa, no pensaba encontrarme a alguno de los chicos pero logré ver a Manuel e hice que apresuramos el paso.
...
Espero les guste, cualquier comentario será bien recibido.

Aurevoir.

Te olvidaré, ¿destino?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora