Capítulo 10

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-¡No puedo creer que hayas hecho eso, Paul!

-¿Qué? - dije con tranquilidad mientras mordía mi sandwich

-¡¿Cómo qué?!

-Si, enano, ¿Qué?

-¡Lo de la clase de composición literaria!

-Ah eso - carcajeé - Es lo mejor que he hecho en mi vida

-¡¿Por qué carajo le escribiste "Vieja zorra" en el cuaderno de la profesora?! ¡Pudiste ir a dirección!

-Eso no ocurrirá - bufé

-Te lo repito, estás raro, Paul, tú no eres así

-Y yo te lo voy a repetir, me cansé de ser un estúpido nerd egocéntrico que cree que todo gira alrededor de si mismo - dijo casi con enojo

-Paul...

-Y mientras habite en este estúpido cuerpo, voy a comportarme como se me dé la gana

-¿Qué?

<<¡¿Qué hiciste imbécil?!>> se regañó mentalmente John

-Paul, ¿Acaso tienes un trastorno de personalidad múltiple o algo así?

John sin saber que mierda era un trastorno se limitó a asentir.

-Sip, tengo mucha personalidad

-Ah ya - dijo Ringo mas confundido que nunca, pareciera que su amigo se hubiese olvidado de lo que era y significaba tener un trastorno.

Sin saber que mas decir y pensando en lo que pasaría al día siguiente, John se detuvo frente a la casa del pelinegro.

-¡Adiós, Richard, te veo mañana! 

-Adiós - murmuró Ringo algo confuso aún

Con toda la confianza que dentro de si habitaba, se adentró a la elegante propiedad de los McCartney en donde tiró su mochila al suelo.

-¡Mamá! ¡¿Qué vamos a comer!? - exclamó una vez avanzó a la sala de estar

Mary se adentró a la casa por la puerta corrediza que daba al jardín con los guantes puestos y un semblante de extrañeza.

-¿Paul? ¿Por qué gritas? - preguntó aturdida

-Porque tengo hambre

-La hora de comer es a las 4:30 pm, así lo acostumbramos

-¿Y?

-Apenas son las 3:30 pm, falta una hora

-Pero yo tengo hambre ya

-Paul, tú siempre comes a las 4:30 sin ningún problema, no entiendo que te sucede hoy

-Tengo hambre, má, nada del otro mundo

-Entonces busca algunas galletas en los cajones de la cocina en lo que llega la hora de la comida

-Uh, está bien - rodó los ojos

-Bien, estaré en el jardín, si me necesitas, te imploro que vayas al jardín en lugar de gritar, Paul

-Okay

Mary asintió y se retiró al jardín nuevamente, John por su parte, fue a buscar las galletas que decía Mary estaban guardadas entre la despensa, abrió un par de cajones de madera y entonces las encontró para tomar un paquete.

-¿Galletas de avena? ¿Qué es esta mierda?

Sin cuidado alguno aventó las galletas de vuelta a aquel lugar de donde las tomó, y no, no es que pensara que las galletas de avena fueran malas, sino que bastante había tenido que soportar con el desayuno que había preparado Mary para tener que volver a comer algo que llevase avena.
Con suma normalidad se dirigió al refrigerador en donde tomó jamón, queso y mayonesa para luego sacar dos panes de la bolsa y así prepararse un sandwich con unas tres capas de jamón y los ocho tipo de quesos distintos que había en el refrigerador de los McCartney, a eso le sumó un paquete de patatas fritas que había comprado en el colegio y para finalizar se sirvió un poco de jugo de arándanos en un vaso para subir a "su habitación", donde se sentó en la cama y se dispuso a comer aquel enorme sandwich y justo cuando iba por la mitad lo recordó. 

In his body (Mclennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora