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El Germano abrio la puerta con brusquedad,alarmó a los niños que habia dentro de aquella casa,osea,los hijos del sovietico.

Todos se quedaron callados,no tenian permitido hablar de,o con Argentina.
El facista se arrodilló frente a la bañera llena de agua caliente,retiro su abrigo acostandolo en la ella,dejando que su sangre se mezcle ahora con el agua.

Miraba su cuerpo con cuidado,sacando sus negros guantes de tela tomando sus mejillas,acariciando su cuerpo,se sentia tan frio,era milagro que respirara.

Argentina soltaba algunos quejidos debido al ardor de su espalda,sus heridas seguian abiertas,los hematomas se habian expandido por todo su cuerpo.

Era como un papel manchado en tinta de varios colores,tonos rojos,verdes,morados y su escala seguia.
No tuvo que mirar hacia atras para saber que estaba acompañado,Fruncio el ceño ordenando los cabellos del Argentino.

Wenn Sie nicht wollen, ein Ärgernis, Blick für die Hausapotheke sein. (Si no quieres ser un estorbo,busca el botiquin.)–

Y obedeció.

El Facista limpio la sangre de su herida,era un poco profunda debido a que las marcas anteriores no se recuperaron,pero no era nada grave,eso si,cicatrices no faltarán.

Lo seco con una toalla cargandolo hasta la habitación,entre aquellos escalones de terciopelo rojo e dorado,abrio una puerta donde llevaba a su habitacion.

Tan elegante y espaciosa,pero nada mas que unos cuadros,pocos muebles y una cama,nada especial,algo simple.
Lo sento en la cama retirando la toalla de su cuerpo,pasando su mano por la herida siendo una zona ya hinchada.

Argentina tembló,pero no desperto.

Al ver que obtuvó el botiquín,agradeció,sin embargo tomo la muñeca de su hijo con fuerza evitando cualquier Tacto con el Argentino.

No lo toques.– sus simples palabras hizo que el adolecente germano mirará a otro lado con enojo. –ve a ver si los hijos de URSS siguen vivos,si no,ya sabes que hacer.–

Alemania obedeció,y se retiró,no sin antes ver por última vez al Argentino.

Third reich empezo a desinfectar las heridas que portaba su dulce sol,acarició sus cicatrices,estaba tentado en hacerlo,dañarlo arrancar su piel.

Parpadeo unas cuantas veces ya ver que finalizó tal accion,Acarició su espalda acostandolo en aquella cama espaciosa,cubriendo su cuerpo con las sabanas   pesadas de tela.
Lo miro unos momentos mirando a la puerta en busca de presencia se alguien desde lejos,al no ver nadie,tomo las mejillas del Argentino,estaba inconciente y no iba a darse cuenta.

Mordio su labio,lo suficiente para herirlo y poder sacar algo de sangre,bajando hasta su cuello dejando un hilo de besos.
No podia hacerlo,quería morderlo,arrancar su piel,su carne.

Rasguñarlo,ahorcarlo,azotarlo torturarlo para obtener placer.
Pero no podía,no con el.

No se atrevía y menos en su pobre estado,para la próxima será,o quizas nunca llegara.

Lo odiaba tanto que no se atrevía a matarlo.

𝘤 𝘩 𝘢 𝘰 𝘵 𝘪 𝘤  𝘲 𝘶 𝘢 𝘳 𝘵 𝘦 𝘵    AU (Editando.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora