Llegue a la casa de Sofia a la hora que habiamos quedado, toque timbre pero ella no Contestó, por lo que decidí abrir con la copia de llaves que aún tenía. La casa se veía igual, subi a su cuarto sin hacer ruido y la vi durmiendo. Estaba mas triste que la ultima vez, mas panzona, claramente, que la ultima vez, pero igual o mas preciosa que la ultima vez. Me sente a su lado con cuidado y le acaricie el pelo, ella se volteó y nuestras respiraciones se volvieron una. Las ganas de besarla no faltaban, pero no podia hacerlo, habia desaparecido por ocho meses y no le habia hablado. No podia llegar y besarla como si no le hubiera hecho nada.
—¿Chloe?— Preguntó en un susurro mientras se estiraba.
—Sí.
—¿Quien te abrió?.
—Conserve la llave, toque el timbre pero no contestaste.
Ella se separó un poco, estabamos demasiado juntas y eso podria traernos problemas si nos dejabamos llevar.
—¿Que tal tu vida? ¿Sigues saliendo con Ryan?.
Mi piel se erizó al volver a escuchar ese nombre.
—No, el y yo rompimos— Trague saliva —Luego lo metieron preso por las denuncias.
—¿Sales con alguien?.
—Mi corazón prohibió enamorarse, Ryan me lastimó mucho y, el amor de mi vida pago las consecuencias.
—¿Hablas de mi?.
Asentí, mire su vientre y volvi a mirarla, tal vez quiera contarme que le hizo ese estupido.
—Ross, era un chico que conoci en el café la última vez que nos vimos, el me ayudo a sanar todo lo que, habiamos pasado, e intento ayudarme a olvidarte, comenzamos a salir tuvimos varias noches el era, el queria follar todas las noches, una noche llego demasiado caliente, no nos cuidamos y aquí estoy—Finalizó con los ojos llorosos.
—Sof lo lamento tanto, si hay algo que pueda hacer dime yo, te juro que lo hago.
—¿Puedes quedarte aquí? Hay una habitacion vacia. Puedes usarla.
—Si, ire a buscar mi ropa y mañana mismo estoy aquí.
—Gracias— Sonrió y asentí —Te amo—Susurró y fingi no escucharla.