186 días antes

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Creo que lo mejor del colegio, es cuando suena el timbre indicando que es hora de salir. Pero lo malo, es la muchedumbre de adolescentes transpirando, porque para una persona como yo, de baja estatura que rapidamente pasa desapercibida, es complicado.

Camino lo más rapido que puedo para salir primera, pero un maldito bastardo me golpea el hombro fuertemente. Me giro para ver al infeliz y resulta ser el sensual de Finn, que chico es este pueblo.

Me mira y parpadea, como si no pudiera creer que en verdad era yo.

-Hola -murmura y me abraza de improvisto- ¿Hace cuanto estas aqui? -dice mientras nos separamos.

-Desde el primer día de clases.

-Bueno, nunca te he visto desde aquella noche, tan... incómoda.

Río

-Si, la recuerdo como el momento más incómodo de mi vida. Por cierto, ¿Lo conoces?

-Si, es Floyd el "Caga momentos".

-Un buen apodo.

-¿Que cursas?

-Cuarto año, ¿Tu?

-Tercero.

Nos miramos.

-Bueno, me voy. Adios.

Le doy un beso en la mejilla y me alejo lo más que puedo.

Cuando llego a mi casa, mamá esta esperandome con un plato de spaghettis que, obviamente, no voy a terminar.

-Creo que aún no entiendes la parte de "yo no como mucho" -digo mientras me siento. Ella se da la media vuelta y toma asiento en la silla de frente mio.

-Has aunque sea el esfuerzo de comer. -apunta.- Ya sabes lo que me cuesta cocinar.

-¿Fahlo no te puede ayudar?

-Ay cariño, tu sabes que en su país la comida es muy condimentada. Si pruebas algo de lo que cocina, escupirias fuego. -olvidaba por completo que Fahlo es de Marruecos.

-Cierto.

Comí la mitad del plato porque mi estómago no da más, y aunque quisiera, tampoco lo haría. Subo a mi habitación y me acuesto en mi cama. Miro al techo.

**

-Señorita Ryder, tiene una llamada de su madre.

-No quiero hablar con nadie.

-Pero su mamá dice que...

-¡NO QUIERO HABLAR CON NADIE MALDITA ESTUPIDA! ¿ERES SORDA O QUE DEMONIOS TIENES?

-Disculpeme.

-Me ha dicho la enfermera que le has contestado de una forma muy irrespetuosa, Kelsey.

-...

-Sé que no quieres hablar, pero la charla te ayudará de mucho, asi te podrás ir más rápido a casa.

-...

-Has el intento, ¿si?

-...

-Esta bien, te dejaré descansar. Mañana hablaremos.

**

Me despierto gracias a lamidos de un perro en mi frente. A mi madre no se le ocurrió una mejor idea que comprarme un perro, y que yo me haga cargo de algo que nunca pedí. Es injusto porque no es mi responsabilidad.

El animal se llama Cletus, es un perro chusco que no tiene bien definido el color de su pelaje. Pero es pequeñito y juguetón.

-Kels-ey, es moy lin-do -dice Fahlo a medias.

-Eso díselo a mi madre, no es mio.

-Kelly, sé más educada, el perro es de todos.

-¿Entonces por que yo me tengo que ocupar de el? Nunca he pedido un perro.

-Pensé que quizá te ayudaria en tu recuperación.

-¡MAMÁ, YO YA ESTOY RECUPERADA!

Y me retiro de la cocina con un portazo. Es un lindo dia y no lo voy a desperdiciar.

Me visto de una forma un poco indigente y salgo a la calle. Camino por todos lados sin saber a donde ir, hasta que llego a una plaza que iba cuando era pequeña.

Se me vienen imágenes de mi padre jugando conmigo en la arena. Las borro rapidamente porque llorar es de estúpidos.

Una niña rubia de trenzitas se me acerca. Maldición, odio a los niños.

-Oye, tu tienes mi Barbie -dice. La fulmino con la mirada pero ella no responde con un llanto, o corriendo a su madre- ¡Quiero mi muñeca! -grita con su voz chillona.

-No la tengo. -contesto y enciendo mi cigarillo. La niña se va enojada al sube y baja.

Finalmente, encuentra a la muñeca escondida en la arena. Que estúpida. Me levanto de la banca de cerámica y empiezo a caminar por la laguna de patos. Me acuesto en el pasto en un intento de tomar sol, pero el clima no me favorece demasiado.

-Nosotros estamos hechos para encontrarnos, ¿No crees? -me sorprende una voz masculina. Me reincorporo y es Whitman, malditamente profesor sexy.- Hola.

-Hola. -se sienta al costado mio, sin pedirme permiso.

-¿Desde cuando fumas? Puede causarte graves problemas, y no quiero que los tengas.

-Desde mi viaje a Francia, aunque nada se compara con los cigarros de allá, lamentablemente.

-¿Tienes uno? -le ofrezco la caja de cigarros y coje uno. Lo prende con el encendedor y le da una calada.

-¿No es algo arriesgado que te vean conmigo? -pregunto.

-Estoy dispuesto a correr ese riesgo.

-Bah, deja de decir estupideces. Ya se que viniste a hablarme para convencerme de follar, pero la respuesta es no.

-Sacas tus conclusiones muy rápido, Kelsey.

Tengo que admitir que en un momento de mi vida, he sentido algo así como amor por él. Pero no llegó a concretarse, porque bueno... Lo nuestro era algo clandestino e irresponsable.

-Dime que no es así.

-Bueno en parte sí. Pero no vine a hablarte solo por eso, te extrañaba.

-¡Sí, claro!

-Enserio Kels, tienes que creerme. Lo nuestro fue algo -le da una calada a su cigarro- Tonto, pero sentía algo por ti. No eres como mis otras alumnas.

-¿Te has acostado con varias?

-¡No! Quiero decir, que tu madurez es diferente a las otras. Tus puntos de vista son muy sobresalientes.

-Ah, bueno gracias.

Observa el lago en silencio.

-Yo... tambien te extrañe. -digo. Él me mira sorprendido y sonríe, nunca perdió el toque ese de erizarme la piel.- Bueno, lo tenia que admitir, ¿no?

Se quiere acercar a darme un beso pero me alejo, no quiero saber nada del amor, ni sexo, ni relaciones.

-No. -digo- No estoy para eso.

-¿Por que? Recuerdo que te encantaban esas tardes en el salón. -agacho la cabeza de la verguenza- Admite que no es así.

-Me encantaban, pero no lo necesito. Quizá más adelante, pero ahora no. Cambié, John. -me pongo de pie, y sin decir más me retiro de allí.

Camino hasta mi casa escuchando musica. Genial, John me ha arruinado el dia, bastardo infeliz. Me encantaba la forma en que besaba mi cuerpo, y como me acariciaba, pero no quiero saber nada relacionado a eso. Lo único que quiero es estar en paz.

Amor en tiempos de OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora