Lo Difícil De Amar

27- Hacer El Amor

Unen sus labios en un beso suave y lento, ambos suspiran por la sensación. Joaquín guía sus manos hasta la playera de Emilio, que comienza a subirla en busca de quitarla; se separaron del beso para poder quitarla y de paso quitaron la de Joaquín, sonrieron mutuamente y volvieron a unir sus labios pero esta vez fue un beso más pasional y necesitado.

El calor comienza a sentirse en la habitación, Emilio baja sus besos al cuello, clavículas, pecho, de Joaquín donde no solo deja besos húmedos, también muerde y chupa, dejando múltiples marcas que no se quitaran en varios días. Joaquín jadea ante las sensaciones y suelta un gemido agudo cuando siente como estimulan su pezón; lleva sus manos al pantalón de Emilio donde comienza a desabrocharlo algo torpe y lento. Él rizado se da cuenta de eso así que deja de besarlo, ayuda a desabrocharlo y quitarlo, una vez fuera aprovecha para también quitar el de Joaquín.

Los besos se reanudan, muerden ligeramente los labios contrarios, comienzan a jadear entre el beso por la fricción que comienzan a hacer entre sus miembros, los cuales están más que duros, aumentan el ritmo, sólo hasta se serán del beso porque ahí aprovecha para quitar ambas prendas de ropa interior, dejándolos completamente desnudos, analizan al cuerpo contrario, no era la primera vez que se veían desnudos, pero si la primera que harían el amor.

Mientras Emilio se comía con la mirada a un desnudo Joaquín, este fue al buro y tomó el bote de lubricante y los condones, se los extendió a Emilio quien sólo sonrió tímido, tomo las cosas entre manos, dio un gran suspiro, abrió la botella de lubricante y empañó sus dedos, subió la mirada buscando la aprobación de Joaquín, vio cómo asintió y fue cuando comenzó a masajear la entrada, ganándose un jadeo del castaño, comenzó a ejercer presión para poder meter un dedo lentamente, espero a que se acostumbrara un poco para introducir un segundo, comenzó con movimiento de tijeras, para abrir más, cuando sintió listo metió un tercero, ganándose un gemido sonoro de Joaquín quien disfruto al sentir como rizaban su próstata. Una vez preparado saca los dedos. — ¿Estás seguro? —pregunta Emilio y Joaquín sólo asiente.

Toma el condón entre sus manos, lo abre, está por colocarlo a su miembro cuando Joaquín  habla — No lo uses, quiero sentirte—murmura algo tímido. Él rizado acepta su petición y desecha el condón, toma su miembro y lo lubrica, lo dirige a la entrada del menor donde comienza a introducirse lentamente, intentando que Joaquín se acostumbre. Mientras que el castaño se encuentra con los ojos cerrados intentando aguantar el dolor que le provoca, suspira en numerables ocasiones, para intentar relajarse, se siente completamente lleno cuando Emilio mete todo su miembro, jadea por la sensación y agradece que no se mueva. Ya un poco más relajado siente como comienzan a desaparecer el dolor y la incomodidad, da un gran suspiro y comienza a moverse dándole a entender que puede moverse. Emilio lo hace, casa más de la mitad de su miembro y lo vuelve a introducir en un movimiento lento, Joaquín gime, por la sensación.

Ese movimiento se repite una y otra vez, mientras ambos gimen y jadean. Él rizado continúa moviéndose, cuidando no lastimar el brazo enyesado, se inclina sin dejar de moverse para poder besar las mejillas y labios del castaño, quien a cada movimiento comienza a gemir más, no puede evitar pedir que aumente el ritmo; lo cual es cumplido aumentando lo más, en un movimiento siente un gran placer, soltando un gemido más agudo y fuerte. Emilio sonríe por que sabe que es lo que a tocado, da otra estocada a ese punto en específico haciendo gemir aun más a Joaquín.

Sus cuerpos comienzan a llenarse de una ligera capa de sudor, Emilio se ve bastante bien, piensa Joaquín a verlo con sus rizos pegados a su frente y jadeando. Lleva sus manos a la espalda del mayor para claver ligeramente sus uñas mientras gime. — Ahhh ¡Emi! Me v-voy a ve-venir —bastan unas estocadas, para que se libere con un gran gemido, mientras se retuerce levemente al sentir todas las sensaciones de su orgasmo.

Emilio da unos movimientos más y se libera dentro de Joaquín. Ambos con respiraciones agitadas se dejan caer en el colchón, exhaustos. El castaño se remueve incómodo al sentir a Emilio aún dentro de él, este nota la incomodidad se disculpa y sale de él. Ambos se acodan quedando acostados, mientras que Joaquín acuesta su cabeza en el pecho de Emilio, escuchando su corazón, mientras este le hace piojito. Pasan más de veinte minutos sin decir nada, ambos saben que es momento de hablar, pero primero se levantan y cada quien se da una ducha por separado, se visten.

Una vez listos, Joaquín, regresa a su propia habitación, dónde está Emilio sentado en la cama, sin hacer demasiado ruido se sienta en la cama, él rizado no nota su presencia hasta que la cama se hunde al sentarse, ambos se miran directo a los ojos, dan un gran suspiro al mismo tiempo.—Creo que es tiempo de hablar —se sincera, el rizado solo asiente.

— Se que es tiempo, así que vamos, necesito saber de qué querías hablar cuando me llamaste.

Joaquín suelta un suspiro — Y-yo no p-puedo —hace una pausa— Simplemente, el hecho de pensar que pudiste estar con alguien más, no creo poder. El perdón no solo implica decirlo, si no también sentirlo y se que si te doy el perdón, no será honesto y eso no te lo mereces. Yo intente convencerme del hecho que nada pasó, pero mi manera de pensar no me lo permite. Te lo dije una vez, tu sabes como es mi carácter, si es necesario te diré adiós. Creo que es  momento de decirte adiós.  —dice, con un tono algo frío.

— Ni siquiera se que decir, supongo que una parte de mi lo esperaba, conozco tu carácter, se como piensas al respecto. Cuando me pediste que fuera tu primera vez, una parte de mi supuso que era una despedida. ¿Qué te digo?, respeto tu decisión. —se levanta de la cama— Es momento de irme, adiós — le da un beso en la mejilla y sale de ahí.

Sorpresivamente ninguno de los dos jóvenes, ese día lloró, ni siquiera mostró signo de tristeza; lo que sí pasó es que estuvieron muy pensativos, ninguno parecía haber perdido a la persona que aman, era como si el hecho de separarse no doliera en los más mínimo.

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4/6