Lo Difícil De Amar

2- Pijamada

Al día siguiente Joaquín se despertó a las nueve de la mañana o un poco más; bajo a desayunar con su madre y hermana.

—Buenos días— saluda el castaño entrando a la cocina dónde sé encontraba su madre.

— Hola hijo — responde Elizabeth la madre del castaño— ¿Vas a salir con Emilio?

—Si ma pero más tarde—respondió Joaquín

— Me parece bien — dice Elizabeth— Por cierto voy a salir con mis amigas, lo más seguro es que no llegue hasta mañana, ¿te importaría pedirle a Emilio que se quede contigo hoy?

— Yo le diré que si se queda a dormir, descuida —comentó Joaquín y la madre del mismo sonríe feliz.

El resto del desayuno pasó normal para la familia bondoni. Después de terminar de desayunar Joaquín se metió a bañar.  Al salirse comenzó a buscar en su closet, que se pondría para salir con Emilio, luego de una larga selección; se decidió por un pantalón negro con una playera blanca, y una chamarra de mezclilla.

Cuando terminó de arreglarse noto que ya casi era hora, así que se apresuró a peinar sus rizos. Una vez ya listo bajó a donde ya estaba el uber esperándolo, se subió al auto, comenzando el trayecto.

Al llegar espero por unos minutos, hasta que vio llegar a Emilio, el cual venía vestido con un pantalón negro con una sudadera azul y unos tenis blancos.

— Hola, me esperas te mucho —preguntó Emilio con una linda sonrisa

— Hola, no de hecho acabo de llegar—contestó el castaño.

— Me alegro creí que te había hecho esperar— comentó aliviado el rizado.

— No para nada — le restó importancia Joaquín—
¿Y qué quieres hacer?.

— No lo se, dame ideas.

— Tal vez podríamos ir al cine o tal vez —hizo una pausa para pensar— Solo compramos un helado y platicamos

— Me parece perfecto, lo del helado — dijo, tomó del brazo al castaño y lo comenzó a jalar— Ven vamos Joaquín

— No me jales — se resistió a que Emilio lo guíe— Odio que me jales. —reprochó.

— No seas chillón, además no te jalaría si, no caminaras tan lento —se excusó.

—Ya no quiero ir contigo —se soltó del agarre— Me voy a mi casa —aviso, empezó a caminar, pero de inmediato un agarre en su cintura se lo impidió  — ¡Emilio suéltame! —grito.

—Ya deja el drama —pidió— Mira mejor vamos por un helado platicamos y después te acompañó a casa como siempre ¿si?

— No quiero nada que venga de ti ¿entendiste? —amenazó el castaño.

— Mira todo lo que te dije, además si quieres hoy hacemos pijamada en tu casa y compramos muchos dulces.

— Muy bien, pero tu pagas todo —pidió Joaquín, con una gran sonrisa.

— Bueno vamos por el helado —dijo antes de comenzar a caminar — Sabes aún no entiendo, ¿cómo es que aguanto tus dramas?

— De la misma manera en la que yo aguanto que estés tan menso y seas tan... Tan como eres de que siempre estas con una y con otro sin importarte nada y no solo los besas ya también te acuestas con ellos. Dime no te da miedo que te de algo

— Ya te lo dije no le encuentro chiste al enamorarse ahora y obviamente no me da miedo porque para eso existen los condones siempre me cuido. Mira quién me dice, el que parece que no tiene ningún interés en tener una relación, así no podrás disfrutar de tu juventud. Además tampoco entiendo porque a ti no te gusta abrazar a las personas, ¿A qué tipo de persona no le gusta abrazar?

— Bueno al menos te cuidas, era lo mínimo que podías hacer. Y no me interesa tener relacion es porque nadie me gusta así de sencillo. Sobre los abrazos ni yo se, pero no disfruto mucho que digamos abrazar, al menos que a esa persona la quiera mucho; amenos que sea mi cumpleaños, navidad, año nuevo y fechas por el estilo, así estoy dispuesto a abrazar a todos.

— ¿Seguro? que solo en ese momento

— Normalmente si ¿por qué? —preguntó el castaño, Emilio no respondió y lo abrazo— ¡suéltame!

—No, te soltare en un momento—dijo, momentos después soltó a Joaquín— Listo vez, no te pasa nada si abrazas a alguien

—Callate y vamos por mi helado.—dijo con un puchero— Sabes eres un estúpido, dije que no me molesta abrazar a personas que quier y obviamente a ti a ti te quiero, así que no me incómodo que me abrazaras —comentó antes de caminar.

Ambos se dirigieron por su helado, una vez ahí, cada quien pidió de su sabor preferido. También pasaron a comprar varios dulces y de ahí  tomaron rumbo a la casa del castaño. Dónde de inmediato que llegaron bajaron del automóvil del rizado, entraron a la casa, subieron a la habitación de Joaquín. Se acomodaron en la cama junto con las golosinas, y prendieron el televisor.

— ¿Y qué vamos a ver? Joaquín — preguntó Emilio con una sonrisa.

— No lo se, el de la idea de la pijamada fuiste tu ¿no?

— Lo sé pero, ¿qué querías? si tu madre me pidió que me quedara contigo a dormir pues no abría nadie en tu casa y no te dejaría solo, tenía que hacer un plan ¿no crees? 

— ¿Qué? ¿osea que tú sabias? —dijo Joaquín con rostro de sorpresa total.

— Claramente si, tu madre te conoce tan bien como para saber que no me pedirías que me quedara a dormir, asi que ella me marcó y me pidió el favor.

— Bueno eso explica mucho — comentó más tranquilo el castaño— ¿Te parce si vemos Umbrela Academy?

Emilio no dijo mas y busco la serie para colocarla, vieron cuatro capítulos hasta que ambos decidieron que era momento de dormir.

— Buenas noches Emi— le da un beso en la mejilla y lo abraza— Te quiero y mucho perdón por ser tan dramático a veces, pero no puedo evitarlo.

— Hasta mañana joaco — le da un beso en la mejilla y lo abraza— descuida se que eres así y no me importa, también te quiero chiquito

— No me digas así, por favor — súplico Joaquín con un puchero.

— Esta bien pero con una condición — pidió, el castaño respondió con un "dime" — ¿Me abrazas para dormir?

Joaquín no dice mas y se recuesta en el pecho de Emilio pasando un brazo y un pierna, sobre él , mientras que el rizado tiene un brazo en la cintura.

— Escucho tu corazón — comentó Joaquín

—¿Te molesta? —pregunta Emilio

— No me molesta, me encanta —admitió.

La habitación se lleno de un silencio total por unos minutos, tanto Emilio pensó que Joaquín estaba dormido.

— No se que me pasa pero, me encanta tenerte cerca, nunca te alejes de mi— susurró, le dio un beso en la frente al castaño— Te amo.

Emilio se durmió después de decir esas palabras las cuales le causó una sonrisa a Joaquín, al escucharlas.