Tini y los chicos - Jortini (Adaptada)

Capítulo 3

Capítulo 3 - "Compañeros."

Tini narra

- Hola Peter. - Dije, sentándome a su lado.

Él levantó la vista del libro que estaba leyendo. - Hola.

Me volví hacia el frente de la clase, sacando todos los libros y lápices que fuera a necesitar. Habíamos estado preparando cosas juntos durante las dos últimas semanas, cuando estaba con él, era como hablar con la versión chico de mí misma. Sentía que podía confiar en él más que en los demás, era mi primer amigo en la Universidad.

La clase duró más tiempo de lo que esperaba. Una vez que la clase terminó, recogí mis cosas y me dirigí a la puerta junto con Peter.

- Sobrino, Martina. - El Dr. Kasner se aclaró la garganta mientras pásabamos por su escritorio.

Peter y yo nos congelamos, y nos miramos el uno al otro con expresiones alarmantes. Entonces pensé en todas las cosas que había hecho y las cuales podrían haber hecho que el Dr. Kasner nos estuviera llamando la atención, poco a poco nos fuimos acercando hasta pararnos frente a él. Él nos miró, entrecerrando los ojos y luego sonriendo abiertamente.

- No es nada malo, no se preocupen.

Los dos soltamos un suspiro de alivio, y relajé los músculos.

- Hay un trabajo en la Biblioteca, y viendo que tú eres el primer amigo de mi sobrino he pensado que podrían trabajar juntos. - Dijo mirándome.

- ¡Tío! - La cara de Peter se puso roja.

- ¿Qué? No tienes por qué avergonzarte. - El Dr. Kasner ladeó la cabeza con curiosidad.

- Es diferente si le cuentas que es mi primera amiga. - Gruñó, su pelo café caía sobre sus ojos.

- Está bien. Tú también eres mi primer amigo en la Universidad. - Sonreí, acariciando su brazo.

Peter me miró sorprendido, pero una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

- ¿Ves? ­- El Dr. Kasner sonrió. - Una pareja perfecta. Así que, ¿qué dicen? Sería un salario mínimo, y trabajarían después de clases en días laborables.

- Si está bien con Tini... a mí no me importa. - Murmuró Peter, mirando sus zapatillas de deporte.

- ¿Y? - El Dr. Kasner se volvió hacia mí, acariciando su barba desaliñada.

Asentí con la cabeza, un trabajo no estaría mal, además de que estar cerca de los libros era prácticamente mi vida.

- Perfecto, entonces síganme. - El Dr. Kasner hizo un gesto para que lo siguiéramos, luego salió de la clase.

Lo seguimos por los pasillos hasta llegar a la biblioteca. Se acercó a una mesa y se volvió hacia nosotros.

- Quiero advertirles de que...

Se oyó un golpe y luego vi a una señora salir de una oficina, tenía el pelo corto de color negro, tenía los ojos pequeños y brillantes como un gorrión, y un horrible bronceado de color naranja.

- Estoy un poco asustado... - Susurró Peter, empujándome.

Levanté la vista hacia él y asentí. - Es espeluznante.

- Hola, Señora Newton. - Dijo el Dr. Kasner, con un tono de voz falso.

- No tengo tiempo para tus juegos, Arthur. ¿Qué quieres? - Escupió ella.

Oh Dios, su voz era baja y profunda, como varonil. Peter y yo intercambiamos miradas dudosas, y la miramos. Esto sonaba mucho más divertido hace unos diez minutos.