Capítulo 9.

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Jimin se encontraba a solas con Jeon en el cuarto del hospital.

—¿Puedo contarte algo, Jimin? —susurró el pelinegro.

—Claro —le dio un mordisco a su galleta de chocolate, mirando atentamente a Jungkook.

Entonces Jungkook se acercó levemente hacia la camilla para que le escuchara mejor. —¿Sabes que mi cumpleaños es el día en que nací?

El rubio soltó una carcajada. -No me diga...

—¡En serio! —se defendió Jeon tratando de no reír.

—Eso es algo obvio, cuénteme otra cosa sobre usted —pidió el rubio haciendo un tierno puchero.

Jeon se puso serio y lo miró dubitativo. —Mmm, de acuerdo —se llevó la mano al mentón, pensando—, pero primero tendrás que contarme algo tú.

—Bueno —dijo simplemente—. ¿Qué quiere que le cuente?

—No lo sé, ¿cuál es tu sueño?

—Mi sueño es ser cantante —sonrió, haciendo desaparecer sus ojitos.

—Tu voz es muy dulce, serás un gran cantante —Jungkook se quedó mirándolo.

El rubio se sonrojó. —Gracias —musitó—. ¿Y usted? ¿Tiene algún sueño?

—Antes de convertirme en exorcista quería... Olvídalo —el pelinegro empezó a reírse.

—¡No es justo! —exclamó el rubio— Yo le conté mi sueño —puchereó.

—De acuerdo, pero promete que no te reirás.

—Lo prometo.

—Cuando tenía doce años quería ser bailarín, no importaba de que estilo sea la música, solo quería bailar, seguir el compás de la melodía —sonrió melancólico.

—Cuando sea cantante, podrá bailar alguna de mis canciones, estará a cargo de mis coreografías —propuso Jimin con una brillante sonrisa.

—Te dije que no te burlaras —enarcó una ceja con una media sonrisa.

—No me he burlado —soltó una risita—, pero sería genial.

Jungkook negó. —No me veo bailando ahora, eso ha sido hace muchos años.

Jimin soltó una carcajada al imaginárselo bailando con la sotana.

El pelinegro iba a protestar pero la puerta fue tocada para luego abrirse. Eran los padres de Jimin.

—Ya es hora de irnos, Jimin —dijo Hyunsik entrando feliz.

—Por fin —musitó bajito sentándose en la cama, Jeon lo ayudo a ponerse de pie—. Señor Jeon, estoy bien, no tiene que preocuparse —le sonrió.

—Te puede dar un mareo por estar tantas horas acostado —se excusó.

Los cuatro se dirigieron a la salida del hospital, Jungkook caminaba al lado de Jimin por si éste se caía, pero se sorprendió al verlo caminar como si no hubiera caído desde lo alto del techo.

Subieron al auto de Jeon, Jimin se sentó atrás con su madre y el señor Park en el asiento de acompañante.

Durante el regreso la familia hablaba de cosas triviales y Jeon se concentró en el camino, mirando de vez en cuando al rubio por el espejo retrovisor.

Al llegar Namjoon, quien de había quedado con los otros sacerdotes en la casa por petición de los señores Park, los salió a recibir.

—Jimin —saludó con una sonrisa.

Exorcismo [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora