Exorcismo [KookMin]

Capítulo 4.

La alarma sonó, avisando a Jungkook que era hora de levantarse.

Se levantó, fue a darse un baño y luego a tomar un desayuno ligero. Regresó a su habitación y tomó su equipaje, debía partir a Busan.

Jungkook estaba bajando las escaleras cuando su teléfono empezó a sonar, era Namjoon.

—Buenos días, Namjoon.

—Señor Jeon, ¿ya está en camino?

—Voy de salida, no se preocupe, pronto estaré allí, tres sacerdotes irán conmigo. Nos vemos pronto, adiós.

—De acuerdo, adiós —dijo Nam cortando la llamada.

Subió su equipaje y puso el auto en marcha.

                                 †

Namjoon se encontraba dando vueltas en la entrada de la puerta, Jungkook ya se había tardado mucho, la noche ya estaba llegando, y los ruidos en la habitación de Jimin no ayudaban, estaba nervioso, apesar de que la demonología fuera lo suyo, aun le asustaba un poco, sabía que no debería sentirse así, el demonio podría aprovecharse y manipularlo.

Luego de media hora Jimin había caído dormido, minutos después el ruido de un auto estacionándose afuera de la casa lo sacó de sus pensamientos, era Jungkook, ya había llegado.

La madre de Jimin se levantó rápidamente y fue a recibir al exorcista y a los sacerdotes, con Namjoon pisándole los talones.

—Gracias al cielo ya está aquí —dijo Namjoon.

—Buenas tardes Nam, señores, soy el exorcista Jeon Jungkook, y ellos son los sacerdotes que me ayudarán con el procedimiento.

—Se lo agradecemos mucho, por favor, pasen, Jimin está en su habitación durmiendo —habló Park ShiHyuk.

Todos entraron y tomaron asiento.

—Bien, necesito ver a Jimin, iré solo, luego bajaré.

—Por supuesto, le acompañaré hasta su cuarto —dijo Seomin.

Jungkook asintió y ambos fueron hacia dicha habitación. Al llegar la madre se marcho y Jungkook se quedó un momento de pié frente a la puerta, hasta que decidió abrirla y entrar lentamente. Cada paso que daba hacía eco en la habitación.

Se ubicó a un costado de la cama y vio unos mechones de cabello rubio descansando en la almohada, se acercó más, y lo vio. Era un joven hermoso, rubio, de piel pálida, con el rostro totalmente relajado, parecía un bebé durmiendo. Jeon no podía creer lo que veía, Park Jimin era realmente hermoso.

Ahora Jeon tampoco podía creer lo que pensaba, sus pensamientos no estaban nada bien. Se excusó con que seguramente el demonio estaba tentándolo, eso debía ser. Dejando a un lado sus pensamientos se dedicó a observar el pequeño cuatro del joven.
Nada fuera de lo normal, fue lo que pensó.

Regresó su vista hacia Jimin cuando escuchó unos leves quejidos. El chico había despertado.

—Hola pequeño, ¿cómo te encuentras?

—¿Quién es usted? —preguntó Jimin.

—Soy Jeon Jungkook, he venido a ayudarte, expulsaré al mal de tu cuerpo.

—Oh, supongo que... Yo... —Jimin había quedado anonadado mirando el rostro de Jungkook—. Tengo hambre —se excusó para que Jungkook no notara su nerviosismo.