Cap. VII «venganza.»

169 25 4
                                    

—Salvado por la campana, precioso.— Tan pronto Seonghwa terminó de hablar, dejó ir el cuello de Hongjoong.

Tomó aire, todo el que pudo de un solo suspiro, sus piernas flaquearon cayendo de rodillas al piso. Estar sin oxígeno un cierto tiempo debilitó su cuerpo entero.

Si el timbre no hubiera sonado ¿Seonghwa hubiera continuado?

El de grises hebras alzó su mirada observando lo que hacía su pareja. Seonghwa estaba retirando su camiseta y como lo esperaba, su pareja tenía una considerable erección entre sus pantalones.

«Solo estaba jugando ¿Cierto?»

Seonghwa era listo, bastante en realidad. Justo como se encontraba abrió la puerta a aquella persona que había timbrado, sea quien sea seguro se incomodaria ante la situación y más pronto se iría.

Para la sorpresa de ambos, no había nadie detrás de la puerta.

El joven Kim se detuvo a pensar.

Siempre era el el vulnerable, siempre era el el que tenía que aguantar las cosas. No quería eso. Quería a Seong, ya no quería ser denigrado... si quiera por un tiempo.

Hongjoong recuperó fuerzas y se levantó del suelo con su mayor esfuerzo. Camino hacia Seonghwa, deteniéndose justo detrás de el cerró la puerta.

Tomó al pelinegro del brazo y sin ningún cuidado le empujó hacia el sofá.

Seonghwa estaba sorprendido y tan pronto fue empujado Hongjoong se sentó sobre sus piernas. El mayor lo entendía ahora.

Sonreía ladinamente como si se burlara de el.

Hongjoong odiaba eso.

Últimamente odiaba todo lo que su pareja le hacía, era su turno. Ya estaba harto de ser tratado como un objeto. Se encargaría de hacerlo sentir como un simple juguete sexual así como el lo hacía sentir siempre que estaba a su lado.

—Dices una palabra y me encargaré de hacerte sentir un insoportable dolor.— Dijo Hongjoong con un tono de voz un tanto diferente al usual.

Seonghwa no hizo más que reír.

Ahí Hongjoong comenzó.
Sus diminutas manos tomaron el pantalón del pelinegro y se encargó de desabrochar su cinturón ágilmente.

Tan pronto terminó bajó aquellos pantalones que se volvían un completo estorno. Hongjoong se burló; a propósito cabe recalcar, el miembro erecto de Seonghwa goteaba sin parar, su ropa interior se humedecia con rapidez y continuo haciéndolo.

El menor se levantó, comenzó a retirar sus prendas lentamente como si el tiempo fuera relantizado.

Seonghwa gruñía observándolo con desespero, todo lo hacía tan lento y para el, el tiempo pasaba Miles de veces más lento que en lo que realidad era si seguía así el mismo se encargaría de romperle la ropa.

Hongjoong quedó completamente desnudo ante el, caminaba sin prisa hacia Seonghwa con una sonrisa en su rostro. El mayor estaba confundido nunca antes el menor había actuado de esa manera no podía decir que le gustaba no que le disgustaba; Era como ver a otra persona.

De nuevo el de cabellos grises tomó asiento en su novi y comenzó a autopenetrarse sin realmente hacerlo; la ropa interior de Seonghwa seguía puesta.

—A la mierda Hongjoong ¿lo vas a hacer o no?— El mayor gruñó con desespero, su ceño fruncido y su pene goteante necesitado.

—Recuerdo haberte dicho que no hablaras.— Respondió Hongjoong mediante un ligero susurro.

Bajó un poco la ropa interior de Seonghwa, su pene se alzó, grande y listo y aunque el menor lo deseara no se penetró, pero si restregaba su trasero en el falo y lo movía continuamente de arriba hacia abajo generando una placentera y delicada masturbación.

Mientras hacía eso se encargó de atar las manos de su novio con el cinturón que le había retirado, si algo le sirvió ser atado y torturado tantas veces fue para ese momento. Lo ató con maestría para que a Seonghwa se le hiciera imposible tocarse y liberarse de aquel desesperante dolor.

Una vez lo consiguió, bajó de su regazo dejándolo con aquella punzante, desesperada y goteante erección buscando ser liberada.

—Tu castigo por no hacer caso.—

Seonghwa se burló.

—Ah sí y que harás con tu problema bebé.— Se río de la erección del contrario pero en realidad el sabíaque tenía las de perder.

Hongjoong solo alzó su mano. Se recostó en el sillón de en frente y el solo se encargó de su erección.

Su novio sabía que no era muy fan de masturbarse a si mismo pero esta vez no tendría problema alguno.

Hongjoong se volvía un completo desastre, masturbándose frente a Seonghwa, gimiendo sin parar como si su mano fuera mejor que el. Lo hacía aproposito. Gruñía, gemia, jadeaba y repetía su nombre una y otra vez.

—Seonghwa A-Ah Seong, seong seong.— Hongjoong gemia con desesperación, sabía que sus gemidos eran algo que volvía loco a su novio.

Los movimientos de su mano se volvían rápidos, ágiles y llegando al clímax volteó a ver a su pareja.

Seonghwa le miraba exasperado, con su ceño fruncido, sus ojos cristalinos, mordiendo su labio mientras mostraba un poco sus dientes. Le dolía, le dolía muchísimo y el lo sabía.

Hongjoong ganó.
Su miembro estalló, esparciendo el líquido blanquecino por su abdomen y mano.

Se levantó del sofá, tomó su ropa y fue a limpiarse importandole muy poco ver cómo su novio se retorcía de dolor en el sofá.

Pasó un buen rato después de aquello, pensó que sería suficiente.

El miedo volvió ahora que el estaba indefenso y desataría las manos de Seonghwa.

Temió pero lo hizo y tan pronto lo hizo salió del departamento.

Tal como Seonghwa siempre lo hacia, solo tenía un lugar a donde escapar.

Mingi.



Feelings. 'MinJoong'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora