Plicroxx [Episodio 2]

4 3 0
                                    

El dolor de cabeza era insoportable.
Hice esfuerzo para girar mi cabeza hacia el reloj, y mucho más para concentrar la vista en la hora que marcaban las 4:53 AM.
No dejaba de pensar en esos papeles. Cada vez que recordaba que soy adoptado se me llenaban los ojos de lágrimas, sin embargo, ya ni hasta tenía ganas de llorar... quería encontrar soluciones lo antes posible hasta todo esto.
Mis dudas eran claras— pensé mientras me levantaba de la cama —por qué mis padres adoptivos nunca me contaron esto y qué era Plicroxx.
Apenas puse los dos pies sobre el suelo, fui hacia mi ordenador, abrí Google y puse en el buscador "Plicroxx".
—Veamos, veamos...— Susurré curioso.
Lo primero que aparecía era lo siguente:
"Plicroxx era una empresa que se dedicaba a la venta de mecanismos de seguridad y armas blancas de defensa para el hogar..."
—¿Armas...?—
"Fue fundada por Octavio Sanchez".
—¿Qué más...?
"Tras el fallecimiento de su fundador, la empresa siguió siendo liderada por su hijo; Pablo Sanchez"
—No me termina de cerrar esta mierda...
"Sin embargo, la empresa sufrió una crisis hace 15 años, en el 2000 que obligó a cerrarla definitamente".
Estaba tan confundido, ¿qué mierda tenía que ver todo esto conmigo?
No lo entendía...
Eran las 5:00 AM, en 45 minutos se despierta mi "vieja".
No quería escuchar ningún sermón tan temprano.
Tomé mi chaqueta, mi skate, billetera, todo lo necesario para pasar unas noches afuera y bajé lentamente las escaleras. Era todo tan silencioso. Mis viejos son de sueño frágil, asi que el mínimo ruido los iban a despertar.
Me dirigí hacia la puerta en total silencio, tomé la llave y la metí en el cerrojo. Comencé a girar lentamente evitando cualquier ruido molesto.
Una vez ya no pude girar más la llave, abrí la puerta y fuí directo a la calle sin pensarlo dos veces.
¿A donde mierda voy ahora?
¿Felipe? No. ¿Nicolás? Tampoco. No puede ser nadie del grupo, no pueden saber que soy adoptado. ¿Agustín? Vive a unas calles de aquí, por eso casi siempre vamos juntos a la escuela. Creo que era mejor que nada. Puse mi skate sobre en el piso y fui lo más rápido posible a su casa.
Cuando llegué estaba todo oscuro, excepto por una ventana en el 2do piso de la casa que apenas se iluminaba. Tomé unas piedritas y comencé a tirarlas hacia allá. No tardó mucho hasta que el rostro de Agustín se posó sobre la ventana, me dijo que esperara mediante señas y, luego de uno o dos minutos, la puerta se abrió. Agustín salió con una chaqueta y se acercó hasta el portón que nos separaba.
—¿Qué hacés acá? ¿Estas borracho de nuevo?
—No, imbécil. Es que...
—¿Qué?— Me preguntó impaciente.
—Te cuento si me dejas entrar hasta que sea la hora de ir al colegio.
—¿Y por qué no vas a tu casa?
—Por la misma razón por la que te pido pasar.
—Bién, pero no hagas ruido, mis padres duermen.
—Gracias, amigo.
Me abrió el portón y me dejó pasar. Una vez adentro, me guió hacia el segundo piso donde estaba su habitación.
Al entrar, prendió la luz y noté que, en el televisor, se mostraba el juego de "Detective 3" del cual me habló Agustín ayer.
—Muy bien, fortachón— Dijo entre susurros —¿Que te trae aquí?
—Ayer, luego de la escuela, me enteré de algo horrible...
—Te escucho— Dijo en un tono comprensivo.
—Me enteré que...
—¿...?
—Que soy adoptado...
—Ow... que fuerte...
—Lo sé...
Tenía ganas de llorar, sin embargo, no lo iba a hacer frente a Agustín, él me tenía gran respeto como "el rudo".
—¿Cómo te enteraste?
—Encontré mis papeles en una caja de una empresa llamada Plicroxx.
—¿Pirclox?
—Plicroxx. Pli-croxx.
—Plicroxx...
—Muy bién.
—Nunca había escuchado de esa empresa.
—Pues yo tampoco...
—¿No será alguna marca que les regaló la caja?
—No... verás, estos papeles los encontré ayudando a mi viejo a limpiar el ático, pero esa caja, especialmente, tenía un diseño diferente a las demás.
—Que extraño...
—Si... pero eso no es todo.
—¿Ah no?
—Esos papeles estaban dentro de algo que parecía un maletín, también con el nombre de Plicroxx.
Agustín se quedó callado unos segundos antes de seguir con sus preguntas:
—¿Buscaste algo de esta marca?
—Si. Encontré que era una empresa que se dedicaba a vender artefactos de seguridad y armas blancas para el hogar.
—¿Armas blancas? ¿Utensillos de cocina?
—No estoy seguro.
—Es que... ¿armas blancas para el hogar? Eso es raro. ¿Quién vende armas para tener en casa?
—Al parecer esta empresa...
—¿Qué mas encontraste?
Con toda esta charla, el sol estaba empezando a salir.

—Ya son las 6:00. ¿Por qué Adam no se levanta?
—No lo sé, Joaquin, tal vez no tenga ganas de ir a la escuela hoy...
—¡Tonterías! Que ayer haya hecho un drama no son motivos para faltar hoy— Dijo mientras se levantaba —¡Adam!
—¡No grites! Mirá si está dormido. Puede asustarse.

—¿Octavio Sanchez...?
—Eso es todo lo que sé...
—Mhm...— Se quedó pensante unos minutos —Buscaré quién fue él.

Joaquín abrió la puerta del cuarto de Adam para enterarse que no había nadie allí.
—¡Analía!— Gritaba desesperado —¡Analía! ¡Adam no está aquí!
Analía se quedó petrificada, pues la preocupación la llenó completamente.

—"Octavio Sanchez fue un multimillonario accionista y fundador de una de las empresas más revolucionarias en el mundo..."
—¿Más revolucionarias?— Pregunté confundido.
—¿Si era tan revolucionaria, por qué nunca oimos hablar de ella?
—No lo sé...
—"Falleció de un paro cardíaco a la edad de 49 años por sobredosis de droga...". Era muy joven para morir...

Asentí con la cabeza.

—Hola si. Quisiera reportar la desaparición de mi hijo. Si. Se llama Adam. Tiene 17 años y mide 1,83 aproximadamente. Ajam... si... bueno... tuvimos un inconveniente ayer, posiblemente haya huido voluntariamente de casa...

—"El legado de la empresa le fue concedido a su hijo mayor, Pablo Sanchez..."
—De él leí.
—"Sin embargo, este llevó la empresa a la ruina en el 2000 por una fuerte crisis que lo llevó al suicidio.".
—¿Suicidio?
—"Por otra parte, Pablo tenía un hijo de 2 años que, al día de hoy, no se sabe qué pasó o donde está.".
—Bien...
—No entiendo una mierda. ¿Por qué esos papeles estaban adentro de un maletín de esta marca?— Dijo Agustín
—No lo sé... estuve horas pensando el por qué, y ahora solo tengo más dudas— Dije agarrándome la cabeza.

—Si, el asiste al instituto de San Linniers. ¿Ir a buscarlo allá? Muchísimas gracias.

—De todas formas, tenemos que prepararnos para ir al colegio. Mi vieja ya debe estar abajo, le diré que nos haga algo para desayunar.
—Gracias amigo. Eres lo más.

Asi que nada gente, este es el 2do capítulo de esta historia.
Espero les haya gustado y no olviden votar!
Hasta la procsimaaa

PlicroXxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora