Capítulo 18

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—¡Tú no lo entiendes! ¡Yo no quería que esto pasara!

Un dolor agudo se plantó en mi cabeza, sentía los párpados pesados y poco a poco un dolor de garganta debido a la falta de agua se presentaba en mi cuerpo.

—¡Es que eso no importa! ¿Tienes idea de lo que esto le hará?— Reconocí la voz de Ron al instante, sonaba realmente molesto, ¿Porqué no puedo abrir los ojos? ¿Que no ya estoy despierta?

Si bien sentía que estaba a punto de despertar, mi cuerpo se volvió más pesado y las ganas de volver a dormir me invadieron.

—¡Esto va a matarla! ¡No importa si esa no era tu intención, lo has hecho!— Harry, ¿Que ocurre? Detecté una preocupación grande en su voz y me asusté, ¿Estarán hablando de mi?

Dejé de escuchar la conversación y me dejé ir al mundo de los sueños.

Lo siento Harry, quiero dormir un poco más.

[...]

Un leve gimoteo me hizo poner alerta, sentía que algo me tomaba de la mano con delicadeza y a su vez, esta se iba humedeciendo.

—Vamos Herms, tu eres fuerte.— Ginny, ¿Estás llorando?— Sé que puedes despertar.

Solo estoy durmiendo un poco Ginny, no tienes porque preocuparte.

—Se que no he sido la mejor amiga del mundo, pero te amo inmensamente.— Hizo una pausa mientras soltaba mi mano, supongo para cubrirse los ojos como suele hacer mientras llora.— Tú eres mejor que esto Hermione, no necesitas de una estúpida pareja para existir.

Su llanto iba incrementando mientras yo solo estaba luchando contra lo pesado que sentía mis párpados.

—Tu siempre has sido como una hermana mayor para mí, no tienes idea la falta que me haces, por Merlín Mione, eres mi mejor amiga.— Oí como se sorbia la nariz en vano, pues seguía llorando.— Si no despiertas en este momento quemo todos tus libros Hermione.

Un leve susto se presentó en mi vientre, pero yo sabía que ella no hablaba en serio.

—Tsk, ¿A quien engaño? Nunca podría hacerlo.

Buena chica.

—Te amo Herms.— Te amo Ginny.

Pero aunque ella hubiera dicho otra cosa, yo ya no podría escucharla, pues su voz se había estado haciendo cada vez más lejana y entendí que volvería a dormir.

[...]

—Sé que puedes oírme, mi padre dice que aunque estés en un profundo sueño aún puedes percibir todo lo que pasa a tu alrededor, estoy segura de que me estás escuchando.— La alegre vocecita de Luna me hizo poner atención por unos instantes.— ¿Cómo estás Hermione? ¿Te duele algo?

Bien.

Ahora mismo siento solo un dolor de garganta y me duele el cuerpo.

—¿Sientes esto?— Un pellizco me hizo quejarme del dolor, pero no escuché nada salir de mi boca.—Si fue así lo lamento.

Se quedó en silencio unos breves momentos y luego continuó.

—Hermione, jamás había conocido a alguien tan inteligente y decidida como tú.— Se río en voz baja y me tomó de la mano.— La razón por la que no estás en Ravenclaw es sin duda por tu enorme valentía lo cual admiro demasiado, sé que estás bien, en este momento seguramente no te sientes herida.

Tú eres mi destinadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora