Tú eres mi destinada

Capítulo 13

—Solo para aclarar, yo sabía que iba a terminar mal.— Habló Draco una vez que estábamos en la habitación alistandonos para dormir.— Pero al parecer nunca me haces caso.

—¿Puedes dejar de ser tan dramático? Te aseguro que salió tal y como lo imaginé.— Mentirosa. Él sabe que estoy mintiendo pues alzó una ceja divertido mientras yo intentaba ignorarlo.

—Yo solo digo que mañana no será un buen día.

—¿Porqué?

—¿Lo preguntas en serio?— Se quitó la camisa y se dirigió al baño para ponerse su pantalón de pijama.— Son ex novios Hermione, una pareja de ex novios con sus "actuales parejas", ¿Qué crees que va a suceder?

—Tal vez logren convivir en paz.

—Oh créeme, pasará mucho tiempo para eso.

—¡Claro que no! Ginny le dejó el paso libre a Luna.— Comencé a desvestirme aprovechando su ausencia para ponerme la camisa de Draco que últimamente usaba de pijama.

—Eso no quiere decir que ellos vayan a llevarse como antes, después de todo no es fácil ver a tu ex novio con tu mejor amiga.

—¡Yo soy su mejor amiga!

—Como sea.— Se escuchaba como había comenzado a lavarse los dientes pues sus palabras quedaban confusas entre el cepillado dental.— No importa si me crees o no, mañana no va a ser el mejor día de nuestras vidas Hermione.— Escupió.

—Amo tu motivación.

—Soy realista.— Entró de nuevo a mi habitación, sentí como se me acercaba por atrás y de pronto sus brazos me hablaron hacia su pecho abrazándome por la espalda.— De todas formas será divertido ver cómo pelean entre sí.

—Es halagador pensar que eso es lo que te pone feliz de mañana.

— También es que estaremos juntos.— Me dió un beso en la coronilla de la cabeza y se acostó en la cama. No pude evitar sentirme un poco decepcionada de solo un simple beso.

Me recosté junto a él, dándole la espalda. ¿A caso tendré mal aliento? ¿Me veré mal? ¿Mi cabello está más desarreglado que de costumbre? Mil y un preguntas llenaban mi cabeza pero se disiparon cuando me abrazó por la espalda de nuevo, atrayendome hacia él.

—Estas tensa.— Susurró a mi oído erizandome la piel.— ¿Algo malo nubla tus pensamientos?

—No.— Solté en un tono tan bajo que sí el no hubiera estado justo detrás de mí no lo hubiera escuchado, negué levemente con la cabeza para que se entendiera mejor mi respuesta.

—¿Estás segura?

—No.

Él se reincorporó en la cama, mientras me miraba expectante. Lo imite sin verlo a él.

—¿Qué ocurre?

—Solo son estúpidas hormonas de Omega, no es nada.

—¿Hormonas?

—No me hagas explicarlo.— Debo suponer que mi cara se puso colorada pues entendió al instante.

—Oh.

— Volvamos a intentar dormir, tal vez durmiendo se me pasara.— Me miró sin estar muy convencido del todo pero aún así nos acomodamos de la manera en la que habíamos estado.

Es muy pronto para pedirle que me ayude con mis instintos de Omega, es más, creo que pasaran meses antes de que se lo pida. Aún así cada noche se ha vuelto una tortura no sentirlo tocando alguna mínima parte de mi piel, es como si necesitara sentirlo de la manera que fuera, aunque hay una en específico que gira en mi mente a cada momento.