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Uno, dos, tres, ya había perdido la cuenta de todos los latigazos y patadas que había recibido, su frágil y delgado cuerpo estaba hecho un ovillo en una esquina, tratando de soportar el maltrato. "Maldito estúpido, ¿quién te crees qué eres?" el sonido de los golpes aun no se detenían. "¡Fui yo quien te saco de tu miseria!" no había gemidos de dolor ni mucho menos, solo el eco de los golpes por toda la habitación. "Me perteneces, no eres dueño ni siquiera de tu patética vida, así que no te atrevas a pensar en huir" el joven maestro Qiu susurro molesto en el oído del aquel pálido niño.

El pequeño tenia la mirada en un punto fijo, parecía no escuchar pero estaba completamente consciente de las palabras que salían de los labios de esta abusiva persona. Sus acciones son tan terribles y las palabras parecen dagas insertándose en lo mas profundo de su mente y corazón, él solo puede reprimirse. Sabe que es imposible tratar de luchar con ese engreído, ya lo ha intentado y fracasado miserablemente.

Los pasos de Qiu Jianluo se fueron alejando, lo único que quedo después de eso fue un pesado silencio envolviendo la habitación. Shen Jiu había quedado tendido sobre el piso, inmóvil y lleno de hematomas. Tratar de levantarse o mover un solo musculo de su cuerpo seria una perdida de tiempo. No le quedaba de otra más que esperar que alguien viniera a tratar sus heridas o recuperarse por si solo, la primera obviamente era imposible, por lo que tendría que esperar algún tiempo antes de poder ponerse de pie.

Así transcurrieron alrededor de dos días. No había comido ni bebido agua y el olor en su cuerpo, debido a la mugre acumulada, era bastante apestoso, pero al menos sus heridas habían sanado y ya podía levantarse, aunque su cuerpo estaba débil por la falta de alimentos.
Lo primero que hizo luego de salir de aquella sala de torturas en la que Janluo desquitaba sus emociones con él, fue lavar su sucio y oloroso cuerpo, debía estar presentable frente a Haitang o de lo contrario Jianluo le proporcionaría otra paliza.

Al ya encontrarse lo suficientemente limpio, fue a la cocina para sacar a escondidas algo de comida y recuperar energía, no podía ignorar el hueco en su estómago. Así pues, tomo algunos bollos fríos que seguramente eran del día anterior y unas cuantas frutas, esto seria suficiente por el momento. Con sigilo, se escabulló a la biblioteca para estudiar unas cuantas horas o, en lo posible, todo el día.

Se acomodo en una esquina con una pequeña pila de libros y comenzó a estudiar mientras se alimentaba. Paso mucho tiempo leyendo y analizando cada uno de los caracteres en los libros, estaba muy concentrado en leer, sin embargo noto por el rabillo del ojo que una silueta femenina se asomaba por la entrada. Suspiro tranquilamente y cerro el quinto libro leído con un ruido sordo. El estudio había terminado por el momento.

"Haitang, se que eres tu" la linda niña se avergonzó por haber sido descubierta, pero no evito que su entusiasmo disminuyera ni un momento.

"Mmn jamas he podido sorprenderte..." la recién identificada Haitang, se acerco sonriente hasta She Jiu cual abeja a la miel y, muy emocionada, se poso a su lado "¿Qué estas leyendo esta vez?" cuestiono mientras observaba la portada del libro.

"Es solo algo de poesía" contesto sin mucho interés, solo había leído el libro por que la primera hoja del interminable escrito le pareció interesante. El libro en si, realmente era poesía, pero el tema del que hablaba era sobre la vida de un emperador malvado y el destino de este luego de ser derrocado por su concubina y el amante de esta, que resulto ser su hermano menor. Habría terminado de leer la última parte del texto si Haitang no lo hubiera interrumpido, pero no se molesto por eso, ya lo terminaría después.

Los ojos de Haitang brillaron con cariño, pensando erróneamente sobre que clase de contenido poético leía Shen Jiu. "¿Podrías recitar un poco para mi?".

" Yo... Creo que podría" susurro un tanto inseguro por la petición, no es bueno recitando, apenas esta aprendiendo este tipo de cosas y puede que su voz no sea agradable al oído por no saber expresar correctamente el sentimiento de la poesía. Aun así él haría lo posible por hacerlo. "El tercer mes, y las flores de durazno flotan sobre las ondas del río. La corriente recupera sus viejas huellas, y al amanecer inunda ya los límites de la playa.
El verde esmeralda riela ante el portón de ramas, en tanto yo reparo mis aparejos y dejo caer un cebo perfumado. Ato los tubos de bambú para regar el huertecillo. Ya son legión los pájaros que llegan volando y en ruidosa algarabía se disputan el baño."

Haitang escuchó algo insatisfecha las dulces y pacificas palabras de Shen Jiu, que a pesar de no contar con la suficiente practica, podía incluso encantar a la persona más fino y elegante con su voz. Sin embargo, a pesar de la bella entonación, Haitang pensó que recitaría algún tipo de poesía romantica para ella. "No me gusta, ¿podrias recitar algo romántico para mi?" pidió una vez más, deseaba que Shen Jiu dijera algo cercano a una propuesta de amor. Su ilusión fue esa, como era una joven doncella alejada de las 'impurezas' del mundo, una princesa encerrada en una burbuja de pura fantasía, entonces su corazón inocente anhelaba una pequeña muestra de amor proveniente de esta persona con la que compartiría su vida. "Por favor..." dijo dulcemente, tratando de convencer a este rígido niño.

"No he leído nada por el estilo, me temo que no puedo recitar nada para ti. Lo siento Haitang" la niña no quería darse por vencida tan fácilmente. Se alejo un momento de Shen Jiu y observo los miles de libros en los estantes, analizo desde los más delgados hasta los más gruesos, todos y cada uno de ellos estaban organizados perfectamente. Con una sonrisa tomo uno de tapa crema, el grabado era hermoso y llamativo, esto era lo que buscaba. Regreso donde Shen Jiu y extendió ese singular libro.

"Por favor, recita un poco de poesía para mi" él lo tomo y busco entre las paginas del libro. El contenido de este era, sin lugar a dudas, algo que jamas en su vida leería. Pero siendo Haitang quien pedía esto, no se negaría.

Él observa algunos de los caracteres escritos en esas hojas, este tipo de poesía ha sido inmortalizado por las manos de mujeres y uno o dos varones. Con voz tranquila y semblante sereno comienza a recitar nuevamente "Sobre el mar crece una luna de satín. Los dos la contemplamos desde extremos diversos.
Triste, lamento la noche tan larga y me acuerdo de ti.
Apago el farol: prefiero la luz de la luna.
Me pongo el capote y salgo. Siento el rocío que nos moja.
Me duele no poder atrapar un rayo de luz y ofrecértelo.
Regreso y me tiendo en el lecho. Quizás pueda verte en el sueño." satisfecha, la pequeña Haitang sonríe como quien recibe el regalo que quería y le da un abrazo a modo de agradecimiento a su querido prometido.

Este día, Jianluo parece estar de buen humor al ver a su hermana contenta, sin embargo esto no significa que Shen Jiu se salve de los abusos de esta persona, las cosas no son tan simples como eso. Mientras Jianluo este aquí, su vida no sera buena, eso lo tiene bien claro Shen Jiu. Pero desearía poder cambiarlo, tal vez algún día, se dice mentalmente mientras observa al sol ocultarse detrás de las montañas. El día esta terminando, como sus esperanzas de poder ver a Qi-ge otra vez.

Una vida en el olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora