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"¿Escuchaste lo que paso?" los murmullos de las personas podían escucharse por todos lados cual trinar de aves. Este hombre regordete, al igual que los demás, conversaba con su amigo sobre las noticias recientes, no era un día diferente a otro.

"Si, es lo que todas las personas comentan hoy en día, no me tomes por idiota" respondió de inmediato mostrándose molesto ante las palabras del hombre corpulento. "Realmente es una pena, pero esa familia Qiu se lo busco" el desprecio se notaba incluso en su tostado rostro, a nadie en ese sitio le agradaba el comportamiento abusivo de los miembros de la familia Qiu.

"No discuto eso pero yo hablo de la hermana pequeña, es una pena la situación en la que se encuentra, perdió a su hermano que era la única familia de sangre que le quedaba y a un mocoso que según sé era su prometido, ahora esta completamente sola y apunto de perder todos los bienes que la familia Qiu le dejo" el hombre mas de piel bronceada asintió a manera de afirmación, realmente penosa la situación de la pequeña Haitang.

"Disculpen..." la voz de un muchacho se escuchó, el tono era calmado y tranquilo, como el fluir del río en una mañana tranquila. Por las ropas que el joven utilizaba era muy probable que fuera un miembro de alguna secta de cultivadores. "¿Estaban hablando sobre la familia Qiu, verdad?" cuestiono al recibir las miradas de ambos hombres.

"¿Estas sordo?, ¿quién más si no ellos?" respondió el hombre bronceado. "Si, hablamos de ellos"

"¿Qué, estas interesado en saber también?" el más robusto se poso al lado del joven y señalo hacia una dirección. "Mira, ¿conoces la ciudad que se encuentra en esa dirección y sus caminos?, resulta que Qiu Jianluo quiso viajar allá. Según sé, llevo con el a su hermana y el prometido de la niña. Jamas llegaron a la ciudad, hubo un deslave y el carruaje en el que viajaban callo por el risco directo al fondo, por fortuna Qiu Haitang logro salir, sin embargo su hermano y prometido murieron. De eso ya ha pasado cerca de dos años y medió, sin embargo las malas noticias no terminan ahí, Qiu Haitang esta por perder todo lo que queda de la familia Qiu" termino de relatar el hombre.

El semblante del joven no era buena, sin dudar ni un momento dejó al par de hombres donde estaban y se dirigió a la residencia Qiu, aun tenia algo que hacer, esperaba poder llegar a tiempo.

Tan pronto llego, los guardias, que resultaron ser un par de hombre fuera de forma y bastante mayores, lo detuvieron en la entrada y se miraron entre ellos por un momento, después uno se adentro en la residencia para desaparecer por la enorme puerta del lugar.

Pasados algunos minutos una joven de rostro hermoso pero demacrado y postura cansada salio a recibir al inesperado visitante. "¿En que puedo ayudarle?" le interrogo al joven hombre parado en la entrada.

"Mucho gusto, yo soy Yue Qingyuan discípulo de la secta Cang Qiong" al escuchar sobre la procedencia de este joven la joven se sorprendió, ¿qué hacia una persona tan importante en la residencia de la familia Qiu?

"¿Puedo saber los motivos de su visita?" interrogo nuevamente la joven, era muy inusual que este tipo de personas se presentaran en un lugar que estaba cayéndose a pedazos, no literalmente claro.

"He venido a buscar a Xi... Quiero decir, busco a Shen Jiu" tan pronto ese nombre salio de sus labios el rostro de la pequeña mujercita se volvió lloroso y enojado.

"¿¡Esta tratando de jugar conmigo!?" alzo la voz muy molesta, quería apalear y mantener lejos a este hombre de su hogar.

"N-no, yo solo vine..." no termino de hablar pues la mujer le dio una bofetada tan fuerte que su mejilla izquierda se coloreo de un intenso color rojo.

"Puede que la familia Qiu ya no exista y yo, que soy su única descendencia, este a punto de perderlo todo, ¡pero eso no le da el derecho de venir a burlarse!" grito lo ultimo con tanta rabia que su garganta comenzó a doler.

"¿A qué se refiere? Realmente no estoy aquí para eso, si vine fue exclusivamente para llevarme a Shen Jiu conmigo" con la punta de las yemas de sus dedos tocó suavemente la mejilla dañada, aun no era tan fuerte como para que ese tipo de daños no le doliera por lo que resintió el golpe al punto en que su mejilla comenzara a hincharse.

"¡Mentira, usted solo vino a incordiar!" grito la joven y luego agrego "Además... Usted no podrá llevarse a Shen Jiu de este lugar"

"Lamento molestar, pero me llevare a Shen Jiu aunque sea por la fuerza" Yue fruncio el ceño un poco, la hostilidad de esta joven no le agrado, si seguía tratando de impedir que se llevara a Xiao Jiu entraría y lo sacaría de ese lugar aunque todos se opusieran, ya no podía permitirse ser débil.

"Idiota... Realmente no estas comprendiendo, ¿verdad?" Haitang desvío la melancólica mirada que tenia y, tratando de contener las lágrimas, soltó de golpe la noticia "Shen Jiu esta muerto desde hace dos años y medio, incluso si quisieras llevarte su cadáver no podrías por que se perdió junto con mi hermano al caer en un risco durante un deslave" todo quedo en silencio después de la respuesta que Yue recibió.

¿Llego tarde?, ¿realmente no pudo proteger a Xiao Jiu? esto parecía una cruel broma del destinó. No pudo cumplir con su promesa, ya jamas podría hacerlo. El dolor se instaló en su pecho tan pesadamente como si lo que sostuviera fuese una enorme montaña.

"Si eso es todo entonces le pido que se retire" Haitang se dio la vuelta y entro a su residencia mientras derramaba algunas lágrimas, ese recuerdo aun le parecía doloroso.

"¡Espere!" grito Yue Qingyuan, las dudas en su mente no eran pocas. Xiao Jiu no pudo morir, al menos no así, él era la persona mas testaruda y fuerte que jamas ha conocido nunca, Xiao Jiu no se rendiría ante la muerte tan fácilmente. "Debe haber un error, Xiao Jiu, él no puede..." intento alcanzar a la joven, quería verificar con sus propios ojos si que aquello no era solo una mentira y estaban ocultando a Xiao Jiu para que no se lo llevará.

"¿¡Ahora que quieres!?, ¡si no me crees verifica todo el lugar, ve al maldito risco donde murieron y mira por ti mismo que mis palabras no son falsas y acepta el hecho de que Shen Jiu esta muerto!" Haitang entro a su hogar corriendo, estaba furiosa. Recordar la muerte de su hermano y prometido no eran algo que necesitara, pero aquel desconocido se empeño en abrir la herida y ahora estaba inconsolable.

Una vida en el olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora