Sra. Choi: Cielo, sabes que siempre eres bienvenida en esta casa, a mi y a San nos encanta tu compañía -Sonrió y dejó un platillo con galletas sobre la mesa, junto a unas tazas de leche con chocolate caliente.
El aroma calentito de las galletas y la bebida invadieron mis fosas nasales, era un olor cómodo, una sonrisa se expandió en el rostro de su madre, ella es tan amable...
San: Sé que no tomaste ropa, pero podrías usar lo que dejaste aquí la última vez que viniste -Sonrió y tomó una galleta llevándola a su boca- Podrías pasar la noche aquí.
Sol: Es... una buena idea, desde luego -Sonreí y lleve un bocadillo a mis labios- ¡Esto es delicioso! -Sonreí, tenía un dulce sabor a canela y chocolate.
San: Desde luego, mi madre es la mejor cocinera del mundo -Rio causando una pequeña sonrisa en el rostro de su madre.
Amo su relación entre madre e hijo, ambos se aman de una manera tan linda...
Sol: Ustedes se tienen mucho cariño, eso es tierno -Sonreí algo entristecida, nunca e tenido ese cariño con mi mamá, o con mi papá, siempre eran peleas o regaños.
Sra. Choi: Entiendo que estés teniendo problemas con tu familia, pero eso no es justificación para no amarlos, sabes que eres parte de nuestra familia también, siempre puedes venir y visitarnos, a San le encanta tu compañía por lo que me ha contado -Sonrió.
San le cuenta sobre mi a su madre...
Sol: Es lindo saber eso -Sonreí y seguimos comiendo en silencio.
La calidez que me transmite, debe de venir de familia, pues su madre, así como San, me transmiten confianza y alegría.
Ella le pregunta sobre su día, y en como estuvo el mío, si ya terminó sus tareas y que hará en fin de semana, fue una plática tranquila y bastante alegre gracias a los chistes de San.
Nuevamente, sentí ese aroma a canela que invadía su habitación y las suaves sábanas de su cama, me dio una de sus camisas, era gigante pero cómoda...
Su camisa me llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, tenía un rico aroma a su perfume, y era color negro, debajo de esta solo tenía unas bragas, ya me había visto en lencería, no debe haber gran diferencia.
El se encontraba en pijama, me recosté en su cama, alado de el, su mirada estaba perdida, miraba hacia el techo sin expresión alguna, solo con una leve sonrisa en sus labios.
Me acerqué a el y recosté mi cabeza en su pecho, lograba escuchar los leves latidos de su corazón, su respiración que hacía subir y bajar su pecho...
Sol: San, quería darte las gracias -Sonreí y lo abracé más fuerte, su corazón latía rápido, era gracioso y tierno a la vez.
San: ¿Por qué me darías las gracias pequeña? -Dijo suavemente, me acomodó en su brazos y lo miré a los ojos.
¿Siempre había tenido ese brillo en los ojos...?
Sol: Siempre me has apoyado, has estado para mi con tus consejos que aún que puedan sonar tontos, son muy sabios, eres como un ángel que vino a cuidarme -Sonreí y fruncí la nariz haciendo que el sonriera y sus mejillas se tornaran en un tono rosado suave.
No me respondió, solo depositó un beso en mi frente y me abrazó estrechándome a su pecho, es lindo ya que es el doble de mi tamaño, lo que me hace ver como un cachorrito indefenso o algo así.
Se sentó sobre la cama, acarició sus ojos mientras yo fruncía el ceño, su inquietud era rara, ¿estaba nervioso? sus ojos se mantenían en un punto fijo...
Mis ojos.
Sol: ¿Estás bien...? Si te incomoda la idea de dormir conmigo, puedo dormir en el suelo si quieres -Iba a tomar unas de las almohadas pero su voz me detuvo.
San: No, no, no, no, no es eso, es solo que... no se como decirlo sin que suene tan extremadamente cursi -Se dispuso a acomodar su cabello y yo fruncí los labios ansiando que continuara hablando.
Sol: ¿Decir qué...? -Pregunté tomando una de sus manos para transmitirle confianza.
Sus ojitos bajaron su mirada a mis labios, remojó los suyos, sus manos tomaron mis mejillas y sus labios se estamparon contra los míos, era un beso diferente... era dulce y tierno, no se enfoca en algo como meterme la lengua hasta la garganta, solo en besar mis labios con delicadeza.
Subí mis manos a su nuca mientras el bajaba las suyas a mi cintura, recorría las curvas como si quisiera memorizarlas, sus manos eran cálidas y suaves, pero igual lograba erizar mi piel.
No es la primera vez que probaba sus labios, pero se sentía diferente, como si fuera toda una inexperta en esto. Sus manos temblorosas subieron por encima de la tela de la camisa y sentí sus manos en mi espalda...
Ya sé a dónde lleva todo esto...
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Editado 20201124.
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ᴛʜᴀᴛ ᴠɪʀɢɪɴ ɪꜱ ᴍɪɴᴇ - ᴄ.ꜱ┊✔┊
Fanfiction¿Enseñarle a la Virgen? historia original. heterosexual. prohibido adaptaciones. ©2020 yourdrugg_ [01032020 ~ 04052020]