CAPITULO 3-

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Eran las once de la mañana, Astrid llegó a casa después de aquel vergonzoso rato que había pasado mientras ese tal Ray le tiraba los tejos. Es la primera vez que alguien le tiraba  los tejos, excepto su padre claro. Porque ella se llevaba muy mal con su madre. Su padre preocupado le preguntó que donde había estado y Astrid le dijo que había salido a dar un paseo. Se encerró en su cuarto y saco del bolso aquella tarjeta donde ponía en numero de Ray, Astrid la iba a tirar a la basura pero se acordó de él, sus ojos y su larga melena que se sujetaba con una coleta. Un chico guapo se había fijado en ella y no quería desperdiciar la oportunidad. Es muy tímida pero en este pueblo pocos la conocen y le da igual todo. Marca el numero de Ray y efectivamente coge:

- Cafetería Saluan, digame.

- ¿Ray? Soy Astrid, me diste tu numero.... Esta mañana.

- Hablame por SMS, ¿vale? Hasta ahora guapa.

¿Quien usaba el SMS ahora? Pero me daba igual. Antes de que le pudiera mandar un mensaje me llegó uno suyo en el que ponía: ¿Quieres quedar esta tarde a las 4 en la puerta de la cafetería?

Astrid no sabia que responder pero dijo que sí. Estuvo media hora buscando en su armario algo que ponerse, pero no se decidía. Astrid fue a la habitación de su madrastra y la cogió un vestido a escondidas. Estaba ansiosa por quedar. Su padre grito:

- ¡Vamos a comer a la pizzería chicos!

La pizzería estaba lejos de la cafetería y no llegaría para las cuatro lo primero que se le ocurrió a Astrid fue hacerse la enferma y meterse en la cama.

- Papá me encuentro muy mal....ir vosotros anda...

- Pero...

- Tranquilos...estaré bien.

Cuando el padre de Astrid salio por la puerta, Astrid se ducho, se plancho el pelo y se hizo un maquillaje suave y elegante. Se puso el famoso vestido y cogió otro bolso de su madrastra. Salio de casa con media hora de antelación para ir con tranquilidad. Eran las cuatro y ella estaba esperando en el Saluan y de repente vio como Ray se acercaba con la moto, ¡Wow tenia una moto!

- Que guapa te has puesto para mí.

- ¿ Tu crees que me iba a poner guapa para ti? Me gusta estar guapa.

Los dos reían mientras subían a la moto. Ray iba a toda velocidad mientras escuchaba musica. Llegaron a la playa mas lejana del pueblo, estaba vacía. 

- Vamos.

-  Ray, no tengo bañador.

- Da igual.

Se sentaron en la arena. Ray saco un cigarro. Y dijo:

- ¿Quieres uno?

- No fumo, gracias.

- Toma anda.

Astrid no quería fumar pero tampoco quería quedar como una sosa delante de Ray, aceptó. Ray le encendió el cigarro y Astrid inspiró el humo y empezó a toser.

- ¿Que haces?

- ¡No sé fumar!, ¿vale?

Ray reía a carcajadas y cogio el cigarro que Astrid no había terminado. Se pasaron una hora hablando conociéndose, contándose anécdotas.

- Hace tres meses me dejo mi novia y no pensé que me iba a enamorar.

Astrid ignoró el comentario. ¿Como se iba a enamorar ese chico de ella? Es absurdo. Apenas ha pasado un día desde que la conoció. Tras un silencio Ray dijo:

- ¿Jugamos al pilla pilla?

- ¿Qué dices?

- Venga...¡Te la quedas!

Ray empezó a correr hacia el agua y si, llego al agua. Astrid se acercaba intentando no mojarse el vestido de su madrastra pero Ray vino y la abrazó. Astrid se aparto y se cayó al agua.

-  ¡Imbécil este vestido no es mio!

Pero Ray apenas la hizo caso, se acercó y la besó. Era el primer beso de Astrid ella no hacia nada, pero tenía que reconocer que fue un beso muy especial. Estaban empapados. Por suerte sus móviles estaban en la chaqueta que Ray había dejado en la toalla. Fueron juntos y abrazados hasta la toalla aunque era inútil secarse.

- Lo mejor será esperar a que nos sequemos.

Y se quedaron besándose y besándose.

Sólo vives una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora