II

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advertencia: abuso infantil implícito/referenciado. 

El cuello del niño se encontraba casi morado por completo, y la palidez por la fiebre y el miedo que claramente sentía en ese entorno desconocido sólo hacía resaltarlo más. Era delgado, demasiado delgado, y la ropa que traía parecía seis veces su tamaño; ni siquiera parecía que fuera de él desde un principio. Su cabello sucio y sus manos con ampollas, los brazos con moretones esparcidos a lo largo, al igual que otros que se dejaban ver en las clavículas desnudas del infante.

Pero entonces, todo desaparecía cuando veía esos ojos, grandes y asustados, el pánico brillando mientras veía por todos lados en busca de, sin duda, una salida segura. Pero eso no era lo que hacía que los problemas verdaderos quedaran en segundo plano cuando los veía, no. El problema era el color de sus ojos.

El niño tenía los ojos tan verdes como el Avada Kedavra.

El niño tenía los mismos ojos que Lily Evans Potter, que juró nunca haber visto otros iguales.

El niño... el niño era...

Lucius dejó paso a Narcissa mientras se alejaba de la cama donde estaba el niño. Dejó de mirarlo también, porque Narcissa, quién era extremadamente gentil, le dió la suficiente confianza al niño como para dejarla acercarse y tratar sus heridas, sacándole la camiseta vieja que llevaba, ignorando la vergüenza del pequeño. Porque el niño estaba herido: Lucius vio la lista del hechizo de diagnóstico, que parecía interminable, de heridas que tenía, tanto pasadas como presentes, y sintió impotencia. Ningún niño merecía tal trato. Nunca. No llegaba a decirlo por sí mismo, porque aunque su padre era una escoria humana, nunca se comparaba con lo que su pareja había tenido que sufrir de niño. Había visto a Severus día y noche sufriendo con su pasado, y no era algo agradable de ver.

Sabía que el niño viviría algo igual, tal vez.

Severus había estado alterado minutos antes cuando el niño, inconsciente, estaba entre sus brazos. Lucius no entendía qué había sucedido, pero sabía que era importante al ver la mirada de su pareja. Tranquilizó tanto como pudo a Severus y ayudó a despertar al chico en una de las habitaciones para invitados que había. Severus le explicó suavemente al niño que quería ayudarlo, y no iba a hacer nada que el pequeño no quisiera.

El niño sólo miraba a Severus con admiración, a pesar de no parecer muy confiado.

Lucius necesitaba saber qué demonios había sucedido.

Entonces, Severus dejó a Lucius y a Narcissa con el infante en la habitación mientras se dirigió a buscar pociones para el niño, mientras Narcissa se encargaba de limpiarlo suavemente y colocar un compresa fría en la cabeza del niño, donde el pequeño había dicho con timidez que le dolía, pareciendo asustado de lo que la hermosa mujer podría hacerle.

—¿Severus explicó algo?— preguntó Narcissa, alejándose del niño y colocándose a un lado de Lucius, quien estaba cerca de la puerta. Se obligó a sacar sus ojos del pequeño y miró a su amiga, negando levemente con la cabeza. 

—Estaba muy nervioso, lo obligué a tomarse una poción calmante antes de que se desmayara y cayera por las escaleras— Lucius hizo una pequeña mueca y se pasó una mano por su cabello suelto. Estaba sinceramente agradecido de que su Dragón siguiera durmiendo a pesar del alboroto, pero ya estaba pensando en el problema que sería en la mañana, siendo su pequeño tan celoso de la atención como era. Negó con la cabeza para centrarse en ese momento y le dio una sonrisa amarga a Narcissa—. Pero viendo al niño, creo sinceramente que se encontraba más tranquilo de lo que esperaba.

Narcissa asintió con la cabeza, seria. Severus entró nuevamente a la habitación y se dirigió directamente hacia el infante, con paso tranquilo y el rostro sereno. Lucius frunció levemente el ceño, preocupado por su pareja, aunque estaba agradecido al ver que el pequeño niño no parecía tan asustado a su alrededor. Severus se arrodilló en el suelo frente al niño sentado y dejó tres pociones en la mesa de noche. Agarró un frasco de poción azul oscuro y se lo pasó al niño, quién la tomó con cuidado y confusión.

—Esa es una poción analgésica, Harry. Si la tomas, ya no sentirás dolor— el niño, confirmado Harry, parpadeó lentamente y frunció el ceño ante la poción en su mano. Severus asintió cuando lo vio beber y sonreír ante el sabor a moras, y simplemente tomó el frasco vacío para desaparecerlo con un pequeño movimiento. Harry abrió grande los ojos y luego miró con pánico hacia Lucius y Narcissa, que sólo le sonrieron. Severus esperó hasta que el niño volviera a verlo y le mostró una poción verde claro—. Esta es una poción para dormir, y si quieres, podrás tomarla para descansar bien esta noche— cuando el niño asintió, Severus señaló la última poción, de color rojo brillante —, y esta es una poción nutritiva. Esta tomarás todos los días, dos veces por día: una vez con el desayuno y otra con la cena, hasta que yo crea que ya no la necesitas. ¿Entiendes, Harry?

—Sí señor.

Lucius se alegró un poco al escuchar la suave voz del niño, por más miedo que la impregnara. Luego de unas cuantas palabras más por parte de su pareja hacia Harry, el niño tomó con cuidado la poción para dormir y permitió que el hombre lo arropara, sonriéndole en agradecimiento. Narcissa se despidió de ambos hombres en el pasillo con el rostro cansado, y Lucius y Severus se dirigieron a su habitación.

Mientras Severus comenzaba a quitarse la túnica con cansancio, Lucius se acomodó en la cama bajo las mantas y se sentó con la espalda apoyada en la cabecera, mirando a su pareja con aprecio. Severus no volvió a verlo hasta que terminó de colocarse su ropa de cama, y todavía estaba serio cuando se acomodó a un lado de Lucius, quien lo atrajo por los hombros y lo acomodó con tranquilidad en su pecho.

Severus suspiró cuando la mano de Lucius comenzó a acariciarle el cabello lentamente y pasó uno de sus brazos alrededor del abdomen de su pareja.

—Lu...— Lucius hizo un pequeño sonido con la garganta para demostrar su atención, a pesar de que sus ojos se sentían pesados cuando el sueño lo golpeó con fuerza—... me quedaré con el niño— Lucius parpadeó dos veces e inconscientemente dejó el movimiento en la cabello de su pareja, pero antes de que pudiera continuar, éste suspiró y se separó, acomodándose sobre su almohada y tirando las mantas hasta por debajo de su mandíbula—. No lo dejaré en la calle ni en un orfanato. No puedo hacerlo, Lucius.

—Entiendo— Lucius asintió y frunció levemente el ceño mientras pensaba en los problemas que podrían suceder los primeros días, ya sea por si Harry necesitaba mucha más ayuda de la obvia, como por Draco y su reacción ante el nuevo pequeño; pero estaba decidido a sobrellevarlos. Por Severus y por el niño. Miró a Severus y decidió acomodarse él mismo, pasando un brazo por la cintura de Severus bajo las mantas y disfrutando del calor corporal del otro. Lo disfrutaría más si no sintiera tan tenso a su pareja—. ¿Qué sucede, Sev?

—Voy a necesitar que Harry se quede aquí mañana, tal vez hasta la noche— Severus le dirigió una mirada molesta, pero Lucius vio la inseguridad en sus ojos y frunció aún más el ceño. Severus se apresuró a seguir hablando—. No causará molestias, Lucius, confía en mí. Necesito adaptar Spinner's End para que el niño pueda...

—¿Por qué se irían a Spinner's End?—  Lucius colocó tranquilamente una de sus piernas sobre las de Severus y lo atrajo aún más cerca, colocando su rostro en el cuello de éste y sonriendo brevemente mientras sentía el estremecimiento de Severus.

—No quiero ser una molestia.

—No lo eres— Lucius lo miró calmadamente y se inclinó para besarlo cuando el otro sólo hizo un sonido poco convencido. Se separó levemente para ver los ojos negros de Severus y sonrió, antes de volver a besarlo con suavidad, tratando de transmitirle todo el cariño posible. Cuando volvieron a separarse, Lucius sonrió victorioso ante el sonrojo en su pareja, y Severus le frunció el ceño con molestia, aunque en sus labios había un indicio de sonrisa—. Además, si ustedes se van a Spinner's End, Narcissa me cruciaría, luego los tres nos iríamos a vivir con ustedes, y los dos aquí sabemos cuánto detesta el dragón lo poco que le dejas entrar en el laboratorio de allí.

Severus sonrió con cariño y luego se volteó hacia Lucius, abrazándolo y relajándose completamente.

—Gracias...

—Todo por ti, querido— Lucius lanzó un Nox sin varita y se acomodó sobre su almohada nuevamente, feliz de sentir el leve peso de Severus sobre su pecho—, todo por ti.

oh, lo siento, ¿olvidé decir que mis chicos serían extremadamente cariñosos entre ellos? creo que tuve suficiente dulce para el próximo año, sólo que en realidad aún quiero escribir a los pequeños draco y harry...

corto, pero espero que les guste, ya que en realidad escribo esto por mi necesitado corazón snucius, y me encanta darle amor a severus<3

Mamá, Papá y Papi [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora