el muchacho de los ojos tristes

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By:Jeanette.
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El dolor de ser internado en el hospital será menor al emociomal. Las cosas ocurridas en tu mente van desde lo peor, hasta lo más leve.
La medicación y las agujas atravesando tu piel, son mejor a oír los sonoros gritos y regaños de tus padres.

—Te haz ganao'esto porque tú así lo querías.- Mencionó aquella mujer de cabello cenizo y ropas verdes.- ¿Quieres estar así siempre, toda la vida, Miguel?

—No. Creo... No creo que haya una vida... Para mi.- Suspiró.
Estaba siendo sincero, ver su cuerpo y sentir su alma le hacían sentir que realmente no había una vida para él, ninguna salida.

"Haz lo que quieras, entonces. Me da igual."

Suspiró cansada su madre y se fue de la habitación.
Mangel no la culpaba, si tuviera un hijo como él también lo abandonaría.
Como todos los demás...
"¿como era todo antes de esto?"

Cerró sus ojos, extendió sus brazos para evitar problemas con el suero y tomó todo el aire que  sus pulmones le permitieron, soltandolo poco después.
Antes de esto, él era grandioso. Un chico espectacular con un futuro grandioso esperándole. Cuando tenía 13 años, descubrió tener una facilidad enorme para los idiomas y la tecnología.

Trabajó por mucho tiempo de distintas maneras, el primer trabajo que obtuvo fue de mesero en un pequeño local de comida, donde la paga era de al menos 30 euros por mes. Aún así, logró tener dinero para comprar su primera cámara, cámara que apreció con todo el peso de su corazón, así como todos sus dibujos y sus libros de escritos hechos por él.

Un buen muchacho.

Pero no con un buen físico. Alto, de cara redonda y cabello largo, opaco, con un cuerpo y complexión gruesa, como su madre.
Aunque su actitud fuera adorable y siempre servicial, la gente y las chicas se alejaban de él por no ser... Su tipo.
Suspiraba de decepción cada que una joven le rechazaba con un "eres feo"

¿De verdad lo era?
Siempre se vio como alguien pasable... Pero las chicas preferían a los chicos altos y delgados, blancos y de cabello largo rebelde. Y cuando se veía al espejo, veía todo, menos la imagen que deseaba tener.

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Cuando observaba a los chicos desde su banca, miraba como ellos desacomodaban su largo cabello y alzaban sus camisas blancas, junto con sus suéteres de cuello bajo de colores bonitos, texturas hermosas con tejidos de flores finas.
Y sus mejillas se volvían coloradas al darse cuenta de como uno de ellos le regresó la sonrisa. Sonrió sutilmente y sus manos se escondieron en sus bolsillos, tembloroso.

Su corazón se aceleraba cuando una sonrisa se formaba en los labios de aquel joven apuesto, y su voz gruesa y profunda diciendo su cálido nombre, le hacia estremecer.
"Miguel. Buenos días, me gustan tus zapatos."

Siempre tuvo ojos tristes, pero ese saludo cambiaba cada parte de su cuerpo.

"Gracias..."

Abrió los ojos repentinamente, había una nueva persona a su lado.
Demonios, se había quedado dormido, ¿cuanto tiempo pasó?
Soltó un bostezo pesado y luego miró a su nueva compañía, era Rubén, y un chico más.
Era alto y castaño, de ojos claros y piel bronceada, saludó amablemente.

—Hey... Vaya, me traes compañía.- Dijo bromista.

—Lo siento, él es Luzu. Es un amigo, y pues... Pasabamos a verte, nos sorprendimos un poco cuando vimos que estabas en el area de trabajo de uno de nuestros amigos.

Mangel estaba un poco confundido por dicho comentario, pero solo soltó una pequeña risa nerviosa
—¿Tu amigo?, no sabia que tenías amigos.

—Que hijo de puta, eh. Te compré un libro y te traje una manta, y así me tratas.- Dejó la manta tendida al lado del cuerpo del chico, lo que causó una risa entre los dos.
Luzu tosió un poco ante la incomodidad, era raro ver a su amigo así de llevado con alguien, ni siquiera con ellos llegaba a ser asi.

La puerta se abrió, dejando ver al brillante doctor, De Luque.

—Oh, hola chicos... ¿le conocen?

—Te dije que me encargaba de él ...-Rubén suspiró.- ¿Cuanto tiempo tendrá ese horrible tubo en la nariz?

—Depende de él, si sigue rechazando los alimentos así, no se mejorará mucho que digamos.- Suspiró acercándose al paciente, tomando su pulso y respiración.
—¿Te duele?

—No... No duele. Pero, cuentenme mejor; ¿como se conocieron?

Samuel dejó los papeles en una repisa y seguidamente tomó asiento.
—Bueno, conocí primero a Luzu, y a Willy. Es un amigo mío, uno de mis mejores amigos de hecho. Y luego, me presentaron a un tontito llamado Rabis.

—Cabron... Deja de ponerme en ridiculo con mi nuevo amigo.

—Que hermosa historia, realmente estoy conmovido...- Mangel aplaudió.- Creo que eres muy tontito, Rubén. Verdaderamente gilipollas

—AQUÍ NO DECIMOS GROSERIAS.- Samuel tomó los papeles, seguido de acercarse a la visita.-¿Pueden salir?,necesito revisar algo con... ¿Mangel?

—Si, Mangel. Por favor, cuídalo mucho.- Rubén salió de la habitación pronto, despidiéndose de Mangel con su mano.
Luzu sonrió una última vez y se despidió de ambos chicos, la puerta fue cerrada y Samuel comenzó a escribir de nuevo.

Mangel tocó el tubo de su nariz, podía sentir como se movía terriblemente asqueroso, pensar que el ducto de su nariz estaba siendo ocupado para ir a su estómago, eso daba asco y ganas de vomitar.
Si vomita, ¿sale por su nariz?

—Mangel,tendrás cinco comidas al día por medio del tubo. Y, lo siento mucho. Depende de ti el tiempo del tubo; si quieres sacarlo, entonces come bien.

—¿Haz tenido casos como el mio?

—Si, pero nunca tuve a un chico, tan joven. Me es raro ver a un hombre en tu situación.

—Meh... Siempre hay una primera vez para todo.- Suspiró.- ¿Eres buen amigo de Rubius?

—Meh... No suelo llevarme con sus bromas, pero lo apoyo en otras cosas, como en su trabajo. De hecho, una vez me habló de ti.

—Oh, espero haya dicho cosad agradables.

—Dijo que eras muy grosero, y un gilipollas.

Lanzó una carcajada.
—Eso lo sé, duuuh. Siempre me lo dice, es una broma.

—Nunca me gustaron esas bromas...

—¿Sabes si tiene novia?

—¿Ese hombre?,que tonto de tu parte creer que tendría novia alguna vez en su vida.  Su único amor son las monas chinas y el ramen.

Un celular sonó, Samuel tomó la llamada y salió de la habitación lo más pronto seguido.
Se despidió del joven, y la puerta se cerró.

╭Me llamo Ana╮||RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora