ocho.

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Bambam gemía contra la almohada mientras Yugyeom mantenía papel en sus fosas nasales.

—Ah... Mmngh, ¿quieres que te monte papi?

Yugyeom se detuvo y se dejó llevar por las manos de Bambam las cuales le tomaron de los hombros para lanzarlo a la cama.

—P-por favor no me llames papá, si fuera tu padre, no podríamos tener algo...

Bambam volteó sus ojos.

—Calla, es parte del jugueteo.

En cuanto el pene de Yugyeom estuvo nuevamente en su entrada, las embestidas no se hicieron de esperar.

Mucho menos con los increíbles movimientos de Bambam, su trasero dolía, pero le gustaba esa sensación.

—Oye mmngh...

—D-dime.

—¿Me amarrarías en la cama?

—¿Por qué haría algo así?

Bambam acercó sus labios al blanquecino pecho de Yugyeom y lo besó, lamió y chupó, dejando visibles marcas en el, haciendo que el contrario gimiera.

—Para que me controles, noté que eres de ese tipo... Pero eres muy amable conmigo.

—Bueno... Es primera vez que hago algo así. —murmuró Kim, quitando el papel higiénico de su nariz y tomando otro para volver a sonarse, aún con Bambam saltando duramente en su miembro.

—Vamos~ hazlo, por favor. —gimoteó el peliblanco.

—Sólo si antes de eso vamos a cenar.

Bambam lo pensó y luego asintió, besando al menor en el proceso, a la vez que aumentaba sus embestidas, haciendo que Yugyeom lo tome de sus caderas y presione mucho más fuerte.

—Ahh... Me vengo mmn...

Kim movió su pelvis, haciendo que el movimiento toque justamente en el punto dulce de Bambam.

Unas estocadas más y ambos se liberaron.

♬♩♪♩ ♩♪♩♬

Pasaron las semanas y por fin era fin de semana, BamBam compró todo para ese día, por fin follaría con Yugyeom.

Guardó las cosas necesarias en su bolso y fue al lugar antes citado por el menor.

En cuanto llegó, pudo notar que era un lugar bastante caro, el mesero le indicó donde debía ir y en cuanto llegó y abrió la puerta (ya que era un sitio privado) sus ojos se abrieron al ver a Yugyeom con su cabello hacia atrás, pantalones de cuero, polera que hacía notar sus clavícula y una chaqueta de cuero cubría sus brazos.

Bambam se quedó boquiabierto, hasta que el sonido de la copa de Yugyeom le hizo entrar en razón y sentarse.

—Yo...

—Hola.

—Hola.

—Bueno... He pedido la comida, ¿es de tu agrado?

Bambam se sorprendió como Yugyeom no habia tartamudeado en toda esa frase.

Asintió algo impactado, miró la comida y comenzó a comer al igual que Yugyeom, quien le dedicaba miradas y algunos guiños.

Era todo lo que pidió en un chico...

Pero...

¿Por qué no se sentía bien?

Pensó.

En cuanto acabaron de comer, fueron a un motel bastante caro igualmente.

Bambam debía admitir que estaba algo abrumado, después de la ducha que se había dado, Yugyeom le esperaba con una bata de carmín color.

Se recostó y Yugyeom se levantó, puso música en los parlantes del lugar y comenzó a bailar.

Eran movimientos sensuales, sus manos viajaban por el cuerpo de Bambam en cuanto se acercaba a él.

—¿Te gusta?

Bambam asintió.

En verdad le gustaba y le parecía caliente... Pero su cabeza seguía con la idea de que prefería al Yugyeom de siempre.

El menor le acostó en la cama y comenzó a besarlo, subió a sus mejillas y al sentir húmedo se extrañó.

Eran lágrimas.

—¡Bambam! ¿Estás bien? Lo siento n-no...

El mencionado negó con la cabeza.

Yugyeom comenzó a sollozar, llorando también en el intento de calmar a Bambam, quien no se esperaba en absoluto aquello.

—L-lo siento... Yo le dañe, soy un monstruo. —cubrió su rostro con ambas manos y Bambam las quitó.

—No... Estoy bien, es sólo... No quiero que actúes como si fueras otra persona... Yo... Tú me gustas tal cual eres.

Yugyeom pestañeo varias veces, haciendo que sus lágrimas cayeran.

—¿Gustar? ¿T-te gusto?

Bambam asintió. —No me lo hagas repetir... No quiero que seas distinto, antes quizás me frustraba pero... Me gusta que seas atento conmigo y algo bobo...

El peliblanco tomó el rostro del contrario y besó sus belfos con delicadeza, mientras el otro acariciaba su espalda.

—Te quiero...

—Yo igual te quiero. —respondió Bambam, cerrando sus ojos y dejándose llevar por la brillante luz de la luna, que fue la única en iluminar en cuando apagaron las luces.

primera impresión. | yugbamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora