El vuelo de la libertad

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Capítulo cinco.

Faltaban casi dos semanas para empezar el nuevo ciclo y no había indicios de Harry. Buscaron por toda la isla mágica. Fudge incluso mandó aviso a los ministros de otros países europeos, y ya pensaba en los americanos. El personal de Hogwarts también se sumó, no solo a la búsqueda de Harry, sino también Severus. Nadie había sabido nada del maestro pocionista, ni su casa de la Hilandera.

Dumbledore estaba preocupado. Los mortífagos no se habían movido, solo esa escaramuza en la casa de los Weasley, si es que fueran. Una nueva facción parecía alzarse en el Wizzengamot, pero no era definida. Muchos de los que estaban entre los oscuros se habían pasado a los neutrales, y algunos de la luz estaban contemplando todos sus nuevos proyectos de leyes. ¡Es que no podían ver que estaban planeando algo! No había noticias de Voldemort, y él estaba seguro que estaba en algún lugar, y que tenía a Harry. Al menos, esperaba que lo tuviera con vida...

Todos sus planes dependían de que el niño se sacrificara en el momento preciso, para debilitar a Voldemort y él poder entrar a escena y derrotarlo. Y ahora, no tenía idea de lo que estaba ocurriendo. Sabía que algo se estaba moviendo, pero no tenía idea. Y eso no era aceptable para un mago que maneja todo el tablero de ajedrez...

-¿Qué estás tramando, Tom? Te mueves como una serpiente que se mueve debajo de la maleza...

Las alertas del castillo resonaron anunciando alguien en la entrada. No tenía más que a Hagrid. Dumbledore salió nuevamente corriendo hacia el camino, y aceleró cuando pudo distinguir a los presentes.

 Dumbledore salió nuevamente corriendo hacia el camino, y aceleró cuando pudo distinguir a los presentes

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-¡Severus!

Se veía demacrado en la distancia. Pero eso no le preocupaba, sino el bulto que traía en los brazos. Dumbledore permitió el paso en cuanto estuvo cerca y las rejas se abrieron.

-¿Por qué diablos está clausurado para mí? –exigió con voz agrietada el maestro pocionista.

-Lo siento, Severus. Estoy solo...

-¿Solo? ¿Y Poppy? Potter necesita ayuda...

-La llamaré de inmediato.

Transfiguró una camilla y Severus colocó el cuerpo en ella. Albus suspiró aliviado. No se veía bien, pero parecía vivo.

-Vamos, Severus. Llevémoslo al ala del hospital. ¿Qué está ocurriendo? ¿Fue Voldemort?

-No...Karkarov. Me tomó tiempo reconocer su firma... -Severus se distrajo cuando los portones del colegio se cerraron detrás de él. –Llegué a un cementerio... y vi... evidencias de un ritual... -las antorchas y velas atenuaban las llamas. Un frío recorrió su espalda. –Lo seguí hasta Devon...

Si alguien estuviera viendo Hogwarts desde cierta distancia, creería que era una ilusión, ya que sus luces se fueron apagando y casi desapareció en la negrura de la noche sin luna. Entonces, un resplandor verde se vio en el primer piso de una torre. Y nada más...

La chimenea flameó en verde y un hombre oscuro salió de ella

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La chimenea flameó en verde y un hombre oscuro salió de ella.

-¿Cómo te fue, Snivellus? –le preguntó un hombre sentado en uno de los sillones.

Severus dio lugar a un niño de cabellos alborotados mezclados entre negro y blanco

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Severus dio lugar a un niño de cabellos alborotados mezclados entre negro y blanco.

-¿Realmente, debes preguntar, perro? –respondió Severus sacando al niño del salón.

Caminaron un rato mientras el niño se transformaba a cada paso.

-¿Estás bien, Draco?

-Sí, padrino. Pero... ¿qué sucedió?

-Creo... que Hogwarts no estaba contenta con el director.

-Definitivamente. Voy a asearme.

-Informaré al Lord.

Veinte minutos después, y aunque necesitaba un baño pues se sentía sucio, entró en una habitación del segundo piso. Allí, un niño de cabello oscuro dormía. Se acercó a la cama y lo miró dormir.

-Ya está hecho, Harry. –susurró sobre él. –Eres libre.

El niño no despertó... pero sonreía en su sueño... acompañado de su ángel oscuro. El protector de su alma.

Fin.


Y acá el gran final. ¿Qué les pareció? Voten, comenten, compartan. Gracias.

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