El Despertar.

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Capítulo 1

Sentir por primera vez el oxígeno fue glorioso. Sin embargo, algo en su interior le decía que algo estaba mal. Qué, no sabía, y él odiaba no saber. Pero no tenía tiempo para eso. Ahora debía dar un escarmiento a sus supuestos seguidores.

-El niño que vivió. ¡Qué gran mentira es tu leyenda! ¿Quieres que divulgue lo que pasó esa noche, cómo perdí mis poderes? –recorrió el rostro de cada uno de sus seguidores, buscando sus dudas y temores. –Sí, debo hacerlo. Fue el amor... cuando Lily Potter se sacrificó por su hijo, le dio la máxima protección. ¡No pude tocarlo! ¡Era magia antigua! –se volvió hacia el niño que estaba atado en la estatua. –Pero ya no importa. Las cosas han cambiado... -se acercó al niño. –Ahora... puedo... ¡tocarte!

Apoyó un dedo en la cicatriz... el niño gritó... y él...??????

Retiró el dedo, el niño dejó de gritar. Lo tocó, volvió a gritar. Retirar, silencio. Toque, grito. Retirar, silencio. Toque, grito.

Se retiró un poco y miró al niño. Vio la herida en el brazo de dónde sacaron la sangre y se acercó a olfatear. ¿Olfatear? ¿¡Con su lengua!? Su sentido del olfato era tan superior... ¡que podía descifrar los aromas y olores! ¡Oh, no! Transfiguró una lápida en un espejo y se observó. Le faltaba la nariz, su lengua era bífida como la de un ofidio y sus pupilas...

Caminó alrededor de su círculo interno. Lanzó un Crucio a Colagusano. Al pasar por el niño le envió un Somnium sin palabra y sin varita. Respiró profundo... y olfateó el miedo y el orgullo en sus seguidores.

-Lucius... -se detuvo a un paso de él, arrastrando su nombre.

-Sí, mi Lord.

-Yo dejé un cuaderno al cuidado de tu padre, y él me aseguró que nada le pasaría. Dime, ¿dónde está dicho cuaderno?

Lucius Malfoy palideció más de lo que era, casi llegando al tono de su cabello.

-Lucius...

-Yo... mi Lord... debe entender...

-Lucius... dime que no entregaste ese cuaderno... -pero ya olía la orina en su tercero al mando.

-Yo... yo... ¡él fue quien lo destruyó! –señaló al niño dormido en la estatua.

-¡Idiota! Él no destruyó nada. Él absorbió lo que tenía el diario ¡y ahora está en él! Lo que significa que no puedo matarlo porque ¡me mataría al mismo tiempo! –se paseó nuevamente por entre sus fanáticos. –Muy bien, esto es lo que haremos. Lucius, tendrás invitados. Prepara todo para preparar pociones, necesitamos a Nott y Severus. ¡Y más te vale que este sea tu único error! Creo... -pensó un momento más. –Que tu error nos trajo fortuna... -murmuró mirando al niño.

Destransfiguró el espejo, movió la estatua y liberó al niño, tomándolo en sus brazos. En un visto y no visto... se apareció con su enemigo.


Era casi medianoche, y todos estaban con los nervios de punta. Los dos campeones de Hogwarts no habían aparecido y Hagrid con Minerva McGonagall habían entrado al laberinto para encontrarlos. Albus Dumbledore estaba comiendo un caramelo de limón sentado entre los demás jurados. Fleur y Viktor estaban siendo atendidos en la carpa de la enfermería, una por lesiones con quemaduras y raspones, el otro por exposición a la maldición imperio. Los elfos domésticos distribuyeron una cena fría entre los alumnos y el personal. Sinceramente... ¿a quién se le ocurre que era entretenido mirar un seto de tres metros crecer?

Finalmente, Hagrid salió primero.

-Todas las bestias están en su lugar. LaEsfinge dice que ambos pasaron hace varias horas. –anunció a los jueces.

Veinte minutos después salió la profesora de transfiguración.

-Debemos llamar a los Aurores... ¿Dónde está Moody?

Dumbledore se levantó y miró alrededor, despertando al ministro Fudge que estaba dormitando a su lado.

-Debe estar llamando a los Aurores y empezando una partida. Por favor, todos vuelvan a sus respectivos dormitorios.

Todos entraron en el castillo y buscaron al viejo Auror. Mientras iban recorriendo los corredores sin encontrarlo, Albus se ponía más frenético. Esto no era lo que tenía que pasar. No estaba en sus cuartos, ni en las aulas, ni en el comedor, ni en la sala de profesores... Subió a su oficina y llamó a Madame Bones.

Media hora después, diez Aurores y tres Indecibles... llegaron a un cementerio donde encontraron el cuerpo de Cedric Diggory... y Harry Potter había sido secuestrado.



Bien, esta es una historia corta. Espero que les guste este inicio. Voten y compartan...

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