Capitulo 1

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chapter one

«La caída»









LA SANGRE LA ASFIXIABA; caliente, espesa y con su característico olor metálico se le deslizaba por la cara. Se saco como pudo el peso del hombre que tenia encima y lo dejo caer hacia un lado para tomar su espada. Se levanto del polvoriento suelo de Desembarco del Rey y miro alrededor para ver solo destrucción. Las fuerzas de Stannis Baratheon no parecían querer dar tregua ante las diezmadas fuerzas que tenían los Lannister en la ciudad y la población civil no hacia más que volverse presa de los miedos y los peores actos. Estaba buscando un lugar seguro para pasar la batalla cuando un tipo se le tiro encima con una sola intención, la pelinegra miro la daga ensangrentada antes de guardarla en su cinturón y aferrar más la espada a su mano mirando a los alrededores.

Se acerco a una pequeña casa donde acaba de entrar una mujer y una niña, y golpeo con rapidez —¡Ayuda!— pidió, pero solo recibió como respuesta el silencio, aunque era obvio, una mujer llena de sangre no parecía confiable —¡Porfavor, puedo protegerlas!— aseguró y miro por la pequeña rendija de la puerta, unos minutos  que parecieron años después la puerta se abrió lo suficiente como para dejarla pasar y se vio en una habitación con una mujer asustada y una niña en peor estado. Tanya cerró la puerta detrás suyo con fuerza y envío a la mujer a sentarse con su hija. Sería una noche larga.


TANYA MALDIJO A TODOS LOS DIOSES EXISTENTES, tenía los pies hinchados de tanto caminar pero solo la impulsaba el único saber de qué el norte era de los Stark de nuevo, y de que estaba cerca. Finalmente y después de tantos años, estaba cerca de casa. Sentía el frío en el cuerpo pero no le desagradaba, lo que si le resultaba irritante era la sangre pegada que tenía por todo el cuerpo, ropa e incluso cabello. Le dolían las costillas por los golpes que había recibido y estaba segura de que su pómulo derecho estaba morado, al igual que la sangre seca que tenía en la frente, aquella que si era suya.

Quiso reír por las ironías de la vida, había comenzado su camino de vuelta a casa llena de sangre y estaba por ingresar en Invernalia llena de sangre también. Cuando los altos y duros muros de su hogar se hicieron presentes en su campo de visión quiso llorar, quiso tirarse al piso para dejar salir todas las lágrimas que no había derramado en esos años. Extraña su hogar, y extrañaba a su familia. —¿Quién eres?— la pregunta salió de los labios del guardia con rapidez, bastante brusca y tosca. Tanya quiso reír porque la cara regordeta del hombre le daba más ternura que muerdo y enarcó una de sus oscuras cejas hacia arriba.

—Tanya Snow, hermana de Jon Snow — informó. Su voz salió rasposa y le dolió la garganta con fuerza, maldijo a esos bastardos mercenarios. El soldado delante de ella pareció dudar pero finalmente se movió un paso hacia atrás dejándole libertad de movimiento e hizo una seña con la cabeza que la de pelo oscuro entendió perfectamente. Camino detrás del guardia y espero que esté regresara con su hermano, mientras eso pasaba su mirada recorrió el patio de Invernalia: estaban reparando los pocos daños que la guerra contra Ramsay Bolton había dejado, otro bastardo hijo de puta. Tanya suspiro por un momento, le hubiese gustado haber estado en la batalla, haber ayudado a su familia a recuperar el norte, pero solo le quedaba alegrarse de que eso había pasado y de que Bolton estaba muerto.

—¿Tanya?— una voz madura y profunda la saco de sus pensamientos, Tanya movió su mirada con rapidez hacia el frente de ella. Jon, su hermano, con el que tanto había soñado, por el que había esperado para verlo llegar a Desembarco del Rey como un salvador cuando era más joven estaba allí, frente a ella. La menor se dio la libertad de mover los ojos sobre la figura de su hermano, estaba más alto que ella, por poco, lucia una típica vestimenta norteña y hasta tenía vello facial. Los ojos de Jon tenían un brillo provocado por las lágrimas al notar que su pequeña (ahora no tan pequeña) hermana estaba viva, y frente a él.

Ambos se movieron separando el espacio que les separaba, y los brazos de Jon se afirmaron con firmeza al cuerpo de su hermana para elevarla del suelo, las manos de Tanya apretaron el ropaje de su hermano y sintió que las lágrimas se esforzaban por salir pero no las dejó, en cambio, acomodo mejor su cuello en el hombro de su hermano y disfruto el abrazo que le daba la calidez que no había sentido en años. Cuando se separaron Jon miro maravillado a la mujer como si no creyese que estuviese allí y dejó un beso en su frente —Tanya, no lo puedo creer...— dijo —Dijieron que estabas muerta — murmuró en un tono más bajo. Las comisuras del labio de la loba se elevaron con burla.

—Soy un hueso duro de roer — respondió. Su mirada se separó del pelinegro para impactar con un cabello pelirrojo como el fuego y sonrió más al ver la cara de Sansa, aquella que había sido tan odiada en la niñez ahora no era más que bien recibida. Se separó de Jon para abrazar a una Sansa que la esperaba con los brazos abiertos y ambas compartieron un suspiro.

—Que bueno que estés bien...— el susurro de Sansa fue audible para ella y le sonó tan sincero que sintió la misma calidez que con Jon. Los rencores de niñas habían quedado atrás y estaba segura que ambas habían pasado por cosas horribles antes de volver a casa. Tanya tuvo que elevar un poco los ojos cuando se separaron porque Sansa había crecido en altura y bastante.

—Estas más hermosa...— dejó saber la pelinegra. Sansa esbozó una sonrisa sin mostrar los dientes.

—Deberia decir lo mismo

—Yo creo que deberíamos ponernos al día con las noticias— la voz de Jon sonó a su lado. Tanya enlazo un brazo a la espalda de su hermano, este respondió el semi abrazo.

—Me gustarían primero las buenas noticias.























EMPIRES OF DUTY - GoTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora