Desde antes de levantarme de la cama, ya sabía que algo malo iba a pasar, obviamente no me imaginé que fuera eso. Es decir, nadie se levanta pensando "parece que hoy me voy a morir".
Hice lo que normalmente hacia por las mañanas; me bañé, desayuné y conversé un poco con mis padres.
Al terminar fui al baño a arreglarme un poco y luego salí.
Cuando el bus me dejó plantado creí que ese era el mal augurio que tenía. Otro regaño por parte de mi jefe, otro llamado de atención; (sería el quinto) Así que no lo pensé dos veces cuando el bus se detuvo a recoger una anciana, pensé que podría alcanzarlo. Debí saber que un llamado de atención no era tan malo. No debí pasar la calle sin antes detenerme a mirar. El carro me levantó unos cuatro metros, mis brazos quedaron a seis metros el uno del otro.
Que horrible es recordarlo, fue el peor día de mi vida, ¿o de mi muerte?
Lo peor es que en efecto estoy muerto, pero ellos, mis familiares, no lo aceptan, puedo oír, ver, e incluso siento cuando alguien toca mi pie derecho, (el único que me queda). Pero no me puedo mover o hablar, aveces nisiquiera puedo respirar bien. Estoy muerto, pero ellos me amarraron a la vida.