Cinco situaciones [Dohko&Shion]

1

Había sido un día relativamente tranquilo, los papeles del momento ya se encontraban autorizados o rechazados según su punto de vista, todo ordenado encima de su bello escritorio de madera, una de las artesanías que más apreciaba de su lugar de trabajo.
Según el antiguo reloj que colgaba en la habitación, todavía faltaba media hora para comenzar con algunas reuniones que tenía programadas para el día de hoy, así que, para hacer tiempo, abrió el segundo cajón de su lado derecho y saco una baraja.

Tenía tiempo que no hacía aquello, pero no le tomo mucho tiempo concentrarse y empezar a armar un elaborado castillo de naipes con la baraja que tenía a la mano, aprovechando el silencio y la falta de corrientes de aire, lo que reducía la posibilidad de que el castillo se viniera abajo en cualquier instante, un entretenimiento donde podría usar sus poderes, pero que fácilmente podría ser considerado trampa y no tenía necesidad de ocupar su cosmos en una tarea tan sencilla.
Estaba por comenzar a armar uno de los últimos pisos, ya de pie de su silla, con las mangas arremangadas para que no estorbaran, cuando la puerta fue abierta estrepitosamente y todo se vino abajo, dejándolo con las siguientes dos cartas que ni siquiera alcanzaron a tocar la base.

—¡Oye Shion!

Dohko estaba ahí, sonriendo de oreja a oreja y totalmente inconsciente de lo que acababa de hacer, hasta que su mirada recayó en el escritorio y en el montón de naipes que yacían esparcidos por todo el lugar.

—¡Aja! ¡Sabía que tu habías confiscado nuestras barajas!

Soltó la reina de corazones y el as de picas que aun sostenía cuidadosamente entre sus dedos, dejando que se mezclara entre el resto de cartas, su esfuerzo de casi media hora, destruido en segundos.

—Dohko, tienes tres segundos para correr si no quieres que te confisque otra baraja más.

No necesito ni uno cuando el otro ya había desaparecido de su oficina, ahora con mayor razón no le iba a devolver nada.