Leche y galletas en invierno.

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Hoy pintaba ser un día triste y frío, Jennie se levantó de la grande y cómoda cama al sentir el viento entrar por la ventana y el frío recorrer su piel.

Era de madrugada y el frío junto con la gran luz de la luna hizo que la princesa saliera de la cama, se pusiera una bata sobre el camisón blanco que había elegido por la noche anterior, y unos pequeños zapatos cómodos.

Salió de la habitación y abrazó su cuerpo mientras se dirigía a la cocina por algo caliente, prefería hacerlo ella misma. Pasó por el gran salón y al ver que estaba solo y en silencio entró para ver por el gran ventanal la luz de la luna.

Se acercó a este y observó las estrellas y como todo el pueblo era rodeado por el silencio, la paz y la luz del cielo. Estaba perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien se posaba a su lado y miraba en su misma dirección.

–Es precioso, ¿no lo cree princesa?

Jennie salto en su lugar para después girarse y encontrarse a uno de los príncipes, le dio una reverencia y volvió su mirada al pueblo.

–Lo es, príncipe.

Los dos se sonrieron y disfrutaron de la vista varios minutos después para volver a verse.

–¿Qué hace fuera de la cama a estas horas, princesa Jennie?

–¿Por qué lo está usted, príncipe Jungkook?

Los dos tenían una ladeada sonrisa en su rostro, sólo habían entablado unas cuantas palabras pero al ser los menores se podían entender y tolerar.

–Siempre voy a la cocina por algunos bocadillos, una de las cocineras tiene la orden de dejar galletas para mi, es la única forma de comerlas sin mis hermanos de por medio, ahora es su turno princesa.

Jennie soltó una pequeña risa y Jungkook se sonrojo levemente, estar cerca de una mujer era demasiado nuevo para él.

–La ventana de mis aposentos estaba abierta y una corriente de aire entró, me despertó así que decidí salir por algo caliente pero no pude evitar ver esta maravillosa vista.

El joven príncipe asintió con la cabeza y apretó sus manos en un puño para tomar valor y decirle algo a la castaña frente a el.

–Princesa, la cocinera siempre prepara galletas de más y al escuchar que pensaba tomar algo caliente me dice que necesitará algo con que acompañarlo, ¿Me dejaría ser su acompañante durante ese tiempo?

Jennie sonrió y asintió con la cabeza, la relación con los príncipes mejoraba, una parte de ella le decía que sólo era actuación y lo hacían por el trono, pero el chico que estaba frente a ella le mostró unos ojos sinceros y una sonrisa adorable.

–Me encantaría ser su acompañante también, un poco de leche con galletas es una merienda perfecta para compartir.

Las sonrisas que se dieron les indico que debían ir a la cocina y disfrutar de ese tiempo en donde podían ser niños de nuevo, escabullendose por el castillo y disfrutando de no tener responsabilidades.

No eran cercanos, pero al estar escondiéndose de guardias y riendo por los pasillos los hizo sentir como si fueran amigos de toda la vida, los hizo sentir bien.

Llegaron a la cocina con risas bajas y pasos silenciosos, la chimenea de la cocina estaba encendida y eso hacía del lugar uno muy cálido y agradable, un plato con galletas de chispas de chocolate los esperaba en la mesa de la gran cocina, buscaron la leche y se dispusieron de charlar y comer.

Perdieron la noción del tiempo, habían hablado durante horas, el plato que antes estaba lleno de galletas ahora sólo tenía migajas, los vasos que fueron llenados cerca de tres veces ahora estaban vacíos.

–Padre siempre nos castigaba cuando alguna de nuestras nanas renunciaba, en una semana logramos tener a dieciocho nanas diferentes. Siempre teníamos una broma nueva que hacer y terminaban asustadas, entendíamos que cuidar a siete niños podía ser difícil pero nosotros les complicabamos más el trabajo, pronto ninguna mujer del reino quería cuidarnos.

Los dos rieron y se dieron miradas compasivas, era divertido hablar de los viejos momentos.

–Princesa, tengo una pregunta para usted, tal vez sea muy entrometido pero nadie más se atreve a preguntar.

–¿Qué es, príncipe Jungkook?

–Usted tiene una hermana mayor, ¿cierto?

–Sí, ¿puedo saber por qué preguntas por ella?

Jennie no entendía el motivo de la pregunta, nadie lo había preguntado antes, pensaba que todos lo sabían y el  preguntarlo sería una pérdida de tiempo, pero no entendía por qué el castaño preguntaba ahora.

–Dicen que es muy joven para ser reina, todos en la corte pensaban que su hermana era la candidata a reina, no digo que esté mal, solo nos asombra a varios saber que tendremos a una reina tan joven.

Era verdad, ella tenía dieciséis.

La corte desaprueba que ella sea la futura reina, sólo se ascendía al trono tan joven cuando el rey y la reina morían y en este caso sólo habían fallecido las reinas por causas naturales. Aún así no quitaba el hecho de que los dos reyes sigan vivos, pero la enfermedad del rey de Bakoht avanzaba y todos debían aceptar a una nueva reina, aún si era muy joven, el padre de Jennie la comprometió al nacer, pero nunca escogieron al muchacho. Ahora debían hacerlo.

–Aún si soy joven y con poca experiencia no puedo renunciar a mi destino, Jisoo nunca podrá subir al trono, es por eso que yo subiré en su lugar.

–¿Nunca podrá subir al trono?

–Así es, príncipe Jungkook, hay secretos que no deben ser revelados y este es uno de ellos, así que no puedo decirle más.

El joven príncipe asintió confundido y dejó el tema de lado, no le gustaban los gestos de la chica, su cara se torno sombría y sus ojos se habían apagado, la Jennie de hace unos momentos había desaparecido.

–Yo lo sie-

¡Quién está ahí!

El sonido de la puerta siendo golpeada por un guardia interrumpió al príncipe, no tenían escapatoria y sufrirían un castigo por salir a altas horas de la noche.

Jungkook tomó la mano de Jennie y corrió tirando de ella hacia la parte trasera de la cocina, está era larga y tenía varios estantes y sacos.
Dieron un pequeño susto al sentir que una mano tiraba de ellos y los empujaba detrás de una de las repisas.

–Altezas, les pido que no hagan ruido y me dejen ayudarlos.

El par de príncipes asintirieron con la cabeza asustados y observaron a la joven chica con ojos suplicantes, hasta que el chico pudo observar mejor la cara de su salvadora.

–Gracias, Rosé.

❝ el príncipe de cabello blanco ❞ 〉 y☹︎☹︎nnie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora