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Mi cabeza latía erráticamente.
Me dolían los músculos de forma extraña cuando me sentía en mi cama familiar, pero tenía la sensación más surrealista de mi cuerpo subiendo y bajando. Abrí los ojos aturdida, notando que estaba descansando sobre el cuerpo desnudo de Harry. Mi cara estaba contra su pecho desnudo, que se veía con sus inhalaciones y exhalaciones.
Puse una mano sobre su abdomen mientras intenta sentarme un poco, y una vez que noté que estaba despierto, también me recosté. También noté que también estaba desnuda.
"¿Tuvimos sexo anoche?" Le bostecé adormilado a Harry, quien simplemente se rascó la sien dudando.
"Creo que sí".
"Auch", suspiré con decepción, por lo general estando demasiado intoxicada para recordar. "No puedo recordar nada de lo de anoche. Quiero decir, recuerdo haber estado en esa subasta y luego me emborraché tanto".
Harry asintió perezosamente junto con mis palabras mientras sus largos dedos acariciaban mi cabello relajadamente. "No puedo creer que hayamos tenido sexo y no lo recordara".
"Tal vez no lo hicimos", sugerí con un pequeño giro de ojos. "Tal vez quería simplemente estabamos muy calientes y queríamos quitarnos la ropa".
"Es posible", se rió un poco. "Sin embargo, tengo marcas de mordida en las clavículas".
"Entonces supongo que nos perdimos una buena fiesta". Susurré sarcásticamente contra su piel.
"¿Quién dijo que nos perdimos?" Él sonrió de lado. "La fiesta aún no tiene que terminar".
Sabía lo que estaba sucediendo después cuando sus fuertes manos agarraron mis hombros, casi tirando de mi cara contra la suya mientras apretaba nuestros labios. No quería imaginar ni experimentar cómo eran nuestras respiraciones en la mañana, pero ya era demasiado tarde.
Me puse de espaldas mientras se cernía sobre mí, sus labios ahora en mi cuello antes de comenzar a arrastrarse por mi cuerpo. Ya sabia lo que tenía en mente, así que vacilante separé las piernas. Exhalé mientras sus dedos se demoraban en mis huesos de la cadera, su sonrisa cada vez más grande.
De repente empujó dos de sus dedos dentro de mí profundamente, un gemido bajo escapó de mis labios cuando comenzó a bombearlos dentro y fuera rápidamente.
"¡Papi!"
Esperaba que esas palabras salieran de mi boca, pero no lo hicieron. Salieron de Sydney y de Oscar.
"Mierda" Él gimió al arrojar el edredón sobre los dos. Abrí los ojos con audacia, ambos entrando mientras sostenían a Eva en sus brazos. Deben haber estado anunciando su llegada y ahora gritando de consternación.
Harry se recostó ya que los dos cubiertos, y las cejas con sorpresa y decepción al verlos. "¡Sydney! ¿Qué dije sobre sacar a Evie de su cuna?"
Se ató una de nuestras muchas mantas alrededor de la cintura como una toalla mientras salía preocupado de la cama. cargando a Evie. "Mia y yo no estamos bien vestidas en este momento"
"Lo sabemos", reconoció Oscar. "Pero ... Queremos el desayuno. Quiero decir, ¿podemos desayunar, por favor?"
Miré a Harry que regresó a mi lado, con un bebé en una mano mientras la otra se limpiaba las almohadas. Oh dios Necesitábamos aclarar las cosas.
"Baja las escaleras y espérame", me encogí de hombros confusamente en sugerencia. "Bajaré en diez minutos para preparar el desayuno".
"¡Pero el primo Owen está durmiendo abajo en el sofá!" Sydney gritó exhausta mientras cruzaba sus brazos flacos.
