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SeokMin se detuvo antes de que Jun abriera la puerta de una de las habitaciones grandes del lugar.

—No voy a entrar si tú no lo haces.

—Lo voy hacer —Tomó su mano con una tenue sonrisa— Tienes que socializar.

—No me agrada la idea, Jun.

—Hazlo por mí —SeokMin le miró queriendo persuadir al rubio— Por mí.

Insistió.

Los brillantes orbes que Jun mostró hizo rodar los de SeokMin en forma de asentimiento.

Entraron a un lugar bastante amplio con paredes blancas, donde personas se encontraba sentadas con la mirada perdida, paradas, caminando de un lado al otro, u otras parecían más lúcidas.

—Estaré por allá, Seokie —Apuntó una esquina— Sólo trata de hablar con alguien.

Cuando el rubio tomó paso, SeokMin contuvo las ganas seguirle, pensó que probablemente en la noche sería recompensado.

Trató de acercarse a un par de chicos, sin embargo, tomó asiento con el panorama abierto donde podía ver con claridad a Jun.

— ¿Por qué vez de esa manera al enfermero? ¿A caso te gusta?

El pelinegro desvío su mirada a un chico que estaba a su lado, la forma de su rostro era redonda con las mejillas abultadas pero su cuerpo era sumamente flaco, y sus hebras eran cobrizas.

—Es mi esposo —dijo con orgullo.

—Imposible. ¿Cuando se casaron?

—Hace una semana.

—Woa, felicidades —El más joven se acercó a SeokMin agarrando confianza— ¿Dónde fue su luna de miel?

—En mi habitación por supuesto.

— ¿Qué? No, no, no —Negó con indignación—Ustedes deben ir de viaje, como visitar las playas de Grecia, o caminar por las frías calles de Noruega. Una adecuada luna de miel.

—No lo había pensado.

De un momento a otro, el pelirrojo le acechó con la mirada mientras irrumpía cada vez más su espacio personal, SeokMin de inmediato echó la cabeza un poco hacia atrás.

— ¿Tú... quieres salir de aquí?

SeokMin tragó saliva por la repentina voz grave y el aura oscura, buscó la mirada de su rubio al fondo pero éste ayudaba a un chico despistado. Volvió al pelirrojo y asintió con la cabeza.

—Entonces estás de suerte hoy —volvió a su voz aguda, e inocente sonrisa— tengo un plan, pero no esperes que te diga cuando lo será; podría ser hoy, podría ser mañana o incluso en un mes. Informa a tu chico, y por favor, manténganse al pendiente.

— ¿C-cómo iniciará?

—Oh, ya lo sabrás. Será muy grande e inimaginable, eso te lo prometo.

Empezó a reír siniestramente y luego como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo. Los bellos en los brazos de SeokMin erizaron.

—Por cierto, me llamó SeungKwan.

—Por cierto, me llamó SeungKwan

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Terapia ➮ᏚeokᎻuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora