Finalmente puedo divisar la escuela mágica de la FPE, es sin lugar a duda un aglomerado de edificaciones gigantescas que funcionan todas como una sola, puedo notar, aunque muy levemente una gran barrera mágica, aunque no logro saber de que tipo de magia está formado, pero se siente la presión mágica que ejerce, sin duda no es algo fácil de penetrar. Cuando nos acercamos a la gran barrera mágica Abraham usando algún tipo de manipulación mágica que no logro distinguir esta se abre y una vez pasamos vuelve a cerrarse, parece que salir de aquí puede ser tan difícil como entrar.
—¿Y qué te parece? ¿Es sorprendente no? —preguntó Abraham al ver mi cara de embobado.
—Si, no esperaba que fuera tan grande y que estuviera tan bien protegida.
Mientras nos movíamos con el vehículo de Abraham dentro de las instalaciones también puedo ver que hay muchas personas armadas las cuales supongo que se encargaran de la seguridad y vigilancia del lugar.
—Es bastante grande si, pero es porque esta es la sede principal de Darma, en cada país hay varias, pero al ser esta la principal es normal que sea la más grande e imponente, la FPE tiene que rendir culto a su nombre.
La FPE tiene muchas sedes en casi todos los países del mundo así que la influencia que tienen es bastante grande, una vez escuche en la Oidar que cada año se unen aproximadamente cinco mil reclutas, es una organización muy poderosa sin embargo hay otras organizaciones con el mismo e incluso más calibre que esta.
—Bueno ya llegamos, esta es el edificio de administraciones, aquí te registraras y te asesoraran sobre todo lo que necesitas saber.
Dicho eso Abraham me ayudo con el registro y me asignaron una habitación en otro edificio y un número de la clase con quien cursare, me toco la clase #32. Tengo que dirigirme al edificio de estudio en unas horas para recibir mi primera clase y conocer a mis nuevos compañeros, es como vivir la secundaria por segunda vez. Mientras espero que llegue la hora empiezo a guardar la poca ropa que traje conmigo, es una suerte que Abraham se haya tomado las molestias en recoger todas mis cosas cuando fui herido porque de no haber sido así tendría que ir en ropa interior por allí. Tal parece que las habitaciones son todas individuales, debe ser para evitar cualquier clase de conflictos entre los estudiantes, una pelea mágica causa muchos destrozos así que es lógico pensar que sea de esa manera; por el tamaño que tiene este edificio puedo deducir que tiene espacio al menos para doscientas personas, sin dudas un número bastante grande.
Abro mis ojos y... ¡Maldición! Me he quedado dormido, voy diez minutos tarde, me apresuro y voy buscando el salón donde nos reuniremos. Finalmente encontré la puerta, no escucho a nadie dentro, me dispongo a entrar...
Al abrir la puerta todos fijan la atención en mí ¿Será porque soy impactante? ¿Soy inesperado? Pues no, soy el idiota que llego tarde a algo tan importante como la primera clase de la escuela mágica de la FPE. Hasta donde puedo contar hay doce personas en la habitación contándome, hay un puesto libre al final del salón así que me sentare allí. Veo que hay tres chicas y nueve chicos incluyéndome, todos están totalmente callados, esto parece un funeral, nadie le dirige la palabra a nadie, el profesor o la persona encargada de esta clase al parecer no ha llegado así que nos toca esperar.
—Bueno ya que estamos todos, sean bienvenidos a la clase número 32, mi nombre es Roku y yo seré vuestro profesor de ahora en adelante —dijo una voz desde atrás.
Todos volteamos inmediatamente hacia atrás, es tal profesor Roku salió de la nada, ninguno se había percatado de que estuviera allí, ni yo que llegue tarde me di cuenta de que alguien estuviera atrás.
—Seguro se preguntarán de donde salí, pero la verdad es que siempre estuve acá atrás de pie esperando que todos llegaran.
—¿Cómo hizo eso? —preguntó un chico de lentes.
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Aliento de Fuego
FantasyDespués de pasar por un acontecimiento abominable en su infancia el joven Kalessin está dispuesto a hacer todo lo que este a su alcance para traer justicia y paz al mundo, para evitar que cualquier persona sufra lo que él. En un mundo donde la cien...