Capítulo dos

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A Mark no le hacía ninguna gracia tener que soportar el mal humor de su hyung, pero lo quería mucho, así que lo único que podía hacer era apartarse de la cocina y no estorbar. Por eso, miraba a KyungSoo desde afuera, esperando a que en cualquier momento sirviera la comida.

—¿Ya le dijiste que no puede quedarse? —preguntó KyungSoo sin dignarse a verlo.

Mark se sorprendió por la pregunta.

—Creí que ya se llevaban bien... —respondió. El felino le dio una mirada de advertencia y Mark retrocedió un poco—. Perdón, es que... no me parece una mala persona, hyung, y creo que está solo. Podría necesitar de nosotros por un tiempo.

KyungSoo dejó caer con fuerza el cucharón de la sopa sobre la olla. Eso solo podía significar que el menor se estaba metiendo en problemas al desatar la furia de la fiera.

—¿En qué habíamos quedado?

El humano caminó hasta él para abrazarlo por la espalda.

—Hyung, no te enojes conmigo, ¿sí?, solo pienso que no deberías actuar como los míos. Él necesita ayuda, deja que se quede unos cuantos días para que recupere sus fuerzas y luego le diremos que se vaya.

KyungSoo no estaba muy contento con eso, pero odiaba admitir que Mark tenía un punto a su favor en todo lo dicho. Se estaba comportando como un maldito egoísta, al igual que los asquerosos humanos de la ciudad.

—Dale esto y luego veremos —habló, entregándole un tazón con sopa de pollo.

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—¿Nunca te has preguntado por qué los lobos tienden a aullar cuando alguno de su especie lo hace?, ¿o por qué los perros persiguen su propia cola?

Y ahí estaba el pequeño e hiperactivo humano, que no dejaba de hablar hasta por los codos con el híbrido lobo. JongIn devoraba su comida mientras escuchaba pregunta tras pregunta e intentaba responder algunas.

—Wow, te gusta mucho su comida —señalaba Mark, impresionado—. KyungSoo hyung cocina muy bien, por eso abrió este restaurante en la pequeña posada.

JongIn se encogió de hombros.

—Me gusta más la crema de zapallo.

—Qué lástima, eso es todo lo que hay por hoy —respondió KyungSoo, entrando al pequeño comedor que conectaba con la cocina para dejar unas cajas llenas de conservas y enlatados.

JongIn siguió con la mirada los movimientos de KyungSoo, permaneciendo en silencio.

—¡Hyung! A JongIn le gusta mucho tu comida —dijo el menor, intentando salvar la situación.

KyungSoo sonrió de lado y miró al lobo, enarcando una ceja.

—Pues tiene buen gusto.

La tensión podía cortarse fácilmente con una tijera, pues se sentía tan palpable que podría fácilmente disfrazarse como una persona, sentarse e intercambiar unas cuantas palabras con ellos también. JongIn no pretendía seguirle el juego de guerra de poder, por lo que se limitó a terminar de comer y apartar el tazón. Todavía tenía algo pendiente por resolver, y si quería llevar la fiesta en paz era mejor mantenerse quieto.

—¿Podemos hablar? —solicitó una vez que vio a KyungSoo terminar de ordenar las cajas.

Mark se sorprendió por el inesperado pedido.

Hope ➳ καιѕοοDonde viven las historias. Descúbrelo ahora