Capítulo cinco

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El sueño lo había vencido por completo, haciendo de su cuerpo nada más que un saco de papas derribado encima de la cama. Este celo lo había tomado por sorpresa y con mucha fuerza, por lo que aún se sentía aturdido y agotado, ni siquiera sus ojos podían abrirse, los párpados le pesaban una tonelada; realmente estaba abatido. Palpó el colchón con su brazo estirado, encontrando el otro lado de la cama vacío y frío. Se obligó a sí mismo a abrir los ojos de golpe, pues la persona que esperaba encontrar a su lado no lo estaba. Las oscuras cortinas estaban cerradas, pero podía percibir que era de día y al ver el reloj sobre el velador lo confirmó. Como pudo salió de la cama y se colocó su ropa que yacía en el suelo, debido al apuro por retirarla anoche.

—Maldición —masculló, mientras batallaba con los pantalones.

El híbrido lobo se embargó de un temor que ya le era conocido y que odiaba demasiado. Salió disparado del cuarto, una vez que se terminó de vestir y corrió hacia afuera. La cocina y el comedor estaban vacíos, pero sabía que Mark se encontraba en el mostrador, listo para atender a los nuevos huéspedes. Echó un vistazo al restaurante, el cual aún estaba vacío, así que salió sin problemas para hablar con el menor.

—Mark, ¿has visto a KyungSoo?

El muchacho dejó su celular a un lado al verlo.

—¡Hey! Despertaste tarde —dijo animoso—. ¿Ya te sientes mejor?

—Ah, sí, ya estoy mejor —respondió recordando la mentira que ayer le había dicho —. ¿Sabes en dónde está KyungSoo?

—Hyung salió temprano, no creo que tarde en regresar.

—¿Sabes a dónde fue?

Mark negó con la cabeza.

—Me temo que no. KyungSoo hyung nunca dice a dónde va o qué hace cuando sale. Ya lo irás conociendo más.

Creía que ya lo conocía lo suficiente, pero el felino siempre salía con algo nuevo que lo regresaba otra vez a la casilla de inicio. JongIn pensó que sería diferente después de lo ocurrido anoche, creyó que amanecería a lado de su amante, acurrucado junto al compañero que había elegido y que encajaba perfectamente con él, pero grande fue su decepción al despertar y descubrir que estaba solo una vez más.

Tendría que hablar con él cuando regresara.

—¡Oh, cierto! Hyung me pidió que ordenara los paquetes del almacén, pero ayer me olvidé de hacer el cierre de caja porque estaba demasiado cansado, así que lo estoy haciendo ahora. ¿Podrías ayudarme un poco con el almacén? KyungSoo hyung me matará si ve que no he hecho nada.

—Sí, yo las ordeno, no te preocupes.

—¡Eres genial, JongIn! Muchas gracias.

Al menos podría entretenerse con eso por el momento, mientras que esperaba a que el híbrido gato regresara de su repentina salida.












°∆~•~∆°

KyungSoo había tomado la decisión de ponerse a salvo, aunque aún no se lo hacía saber a Jay porque debía responder a la pregunta: "¿Cuántos vienen contigo?". No tenía una respuesta definida todavía y eso le estaba sacando de quicio. Quizá habría sido más sencillo si no hubiese caído fácilmente ante el deseo y la desesperación por escapar de sus propios pensamientos.

¿Qué había hecho?

Tuvo que fingir una salida para poder evitarlo por un rato hasta pensar bien las cosas. Jamás se había dejado llevar por sus impulsos, todo lo contrario, KyungSoo era una persona que pensaba mucho las cosas antes de hacerlas. Entonces, ¿por qué demonios lo había hecho esta vez? Ahora ni siquiera podía escapar del recuerdo porque su cuerpo se estaba encargando de traer todo a su memoria en cada latir de las mordidas dejadas por JongIn. Sabía bien que los celos de los híbridos lobos eran más intensos que los de cualquier otro híbrido, pues se volvían mucho más demandantes y posesivos con su compañero de luna.

Hope ➳ καιѕοοDonde viven las historias. Descúbrelo ahora