Capítulo siete

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Debía haber oído mal porque no tenía ningún sentido toda esa mierda sobre JiSoo siendo una maldita traidora. KyungSoo estaba impactado por esta inesperada información y se negaba a aceptar la fatídica verdad. JiSoo tenía lágrimas en los ojos y todo su cuerpo temblaba, se sacudía por el miedo y por el llanto descontrolado. A un lado estaba Jay, intentando calmarlo.

—KyungSoo, por favor vuelve a tu habitación, conversaré contigo pronto.

Pero por supuesto, KyungSoo no se movió ni un centímetro.

—Dime que no es cierto —rogó con la voz entrecortada. El híbrido estaba recogiendo los pedazos de su alma para poder articular palabras.

—KyungSoo, por favor regresa-

—¡Dime que no es verdad! —gritó con fuerza, casi desgarrando sus cuerdas vocales.

JiSoo respondió desatando un llanto más fuerte que antes, el cual alteraba los nervios de KyungSoo. No iba a tener piedad, no la iba a dejar tranquila tan fácilmente. Necesitaba una respuesta, necesitaba su confesión aquí y ahora.

—¿Te acercaste a nosotros para traicionarnos? —La mujer negó varias veces con la cabeza—. ¿Te atreviste a mentirnos en la cara para luego apuñalarnos por la espalda?

—¡No! —Finalmente había roto su silencio.

—¿Entonces qué, JiSoo? Explícalo para poder entenderlo porque está matándome. —Una lágrima cayó por su mejilla mientras hablaba, y la sintió arder sobre su piel—. ¿Trabajabas en sus laboratorios? ¿Fuiste tú quien les daba la información a los cazadores para raptar a los híbridos?

La mujer ahora estaba hipando y no podía dejar de llorar. KyungSoo no obtenía respuestas, solo llanto y más llanto.

—¡Responde! —le ordenó entre gritos.

—No tuve opción... —respondió la humana con un hilo de voz.

—¿No tuviste opción?

—Iban a llevárselos a todos

—¿Y por eso tuviste que sacrificar a mi mejor amigo?

—No, no es así —hablaba con la voz quebrada—. Ellos me aseguraron que no le harían daño, que solo le darían una advertencia...

—Y tú les creíste, ¡qué conveniente! —bufó—. ¿Crees que soy un niño para que vuelvas a mentirme a la cara?

JiSoo negó con la cabeza y sorbió la nariz.

—Fui estúpida, lo sé, me estaba aferrando a una palabra que no valía ni dos centavos, pero no tuve el valor de hacer algo más por ustedes. KyungSoo... ellos se apartaron de tu posada por un tiempo porque rogué que fueras mi excepción. Mark y tú son todo lo que tengo, son mis amigos... Mi familia.

—La familia no traiciona —sentenció el felino—. Tú no eres mi familia, y ahora me doy cuenta de que nunca fuiste mi amiga.

Si KyungSoo permanecía en la habitación un minuto más, su estabilidad emocional empeoraría, así que inteligentemente —con la poca lucidez que le quedaba— optó por salir de ahí, debía respirar un poco y calmarse. Detrás de él podía oír a JiSoo llamando su nombre entre llantos, y eso solo incrementaba su ira bañada en tristeza por los momentos que construyeron juntos a lo largo del tiempo. Esa increíble amistad que había sido forjada a base de confianza se acababa de desmoronar frente a sus ojos. Vio a su mejor amigo morir en sus brazos, y vio morir a esa Kim JiSoo en la cual creía a ciegas.

¿Qué le quedaba? ¿Perdería uno a uno a las únicas personas que tenía?

Sus pensamientos hacían más pesada su cabeza y nublaban su vista, por lo que no se dio cuenta, hasta ese momento, de que había caminado lejos de la casa, que casualmente quedaba detrás de una montaña, y ahora se encontraba en la cima de esta. Desde ahí podía tener una gran vista de lo que había al otro lado, y entendió que solo podría llegar allí si cruzaba el gran río.

Hope ➳ καιѕοοDonde viven las historias. Descúbrelo ahora