D.T.M || CHENMIN

Capítulo 30

Se besaron durante largos minutos, excitándose el uno al otro, contorneándose mutuamente hasta adherirse desesperadamente. Jongdae forzó a Minseok a ponerse bajo él y rozando con sus manos por encima del pequeño y ceñido cuerpo de su mellizo.

-¿Puedo...? -Besó la barbilla de su hermano, su boca y cuello-. ¿Puedo intentarlo de nuevo?

- Sí -gimoteó Minseok, asintiendo. Jongdae sonrió y aceleró su paso por el vientre. Minseok iba a dejarle intentarlo de nuevo. Tratar de tener intimidad con él de nuevo.

-No hay nadie en casa, no tenemos que tener cuidado -comentó Jongdae, arqueando sus cejas.

-Oh dios... -Minseok dejó salir un fuerte aullido, haciendo luego, una cara de burla-. Hazlo bien, Dae.

Jongdae asintió, recorriendo el otro cuerpo, tirando de la camiseta con ambas manos. Minseok le ayudó, pasando su propia camisa por la cabeza y lanzándola hacia un costado.

-Brr...- susurró Minseok. La habitación estaba helada y Jongdae sintió la fría piel. Siempre estaba tan frío.

Se deshizo de la suya y presionó su cuerpo contra Minseok, tratando de darle calor. Minseok se removió deliciosamente debajo, aferrándose de sus hombros y brazos. Jongdae deslizó sus dedos por el borde de los jeans y del boxer, y comenzó a deslizarlos hacia abajo.

-Estás a punto de tener mucho frío -dijo Jongdae.

-Así que caliéntame. -Minseok besó los labios de su mellizo y le ayudó a quitarse sus pantalones-. El tuyo, también- añadió.

Jongdae sonrío y se levantó sobre sus rodillas, desabrochando su cinturón. Fue difícil, con la erección de Minseok y estando tan desesperado para que ambos se friccionasen juntos.

-Ayuda -pidió Jongdae, sonriendo con satisfacción. Minseok inmediatamente tiró los jeans hacia abajo, bruscamente y Jongdae gimió-. Demasiado rápido -dijo haciendo una mueca de dolor. Su miembro estaba duro y listo. Minseok puso sus manos sobre el-. No -dijo respirando profundamente.

-¿No?

Jongdae sacudió la cabeza, inclinándose hacia abajo, aplastando sus entrepiernas. Minseok dejó salir un grito solo porque podía, y su mellizo mordió su labio para tratar de no reír, Minseok era más ruidoso de lo que había imaginado.

-Dios -comentó Jongdae-. Los vecinos pensarán que estás muriendo o algo.

-Pon tus dedos en mí -dijo en respuesta-. Y encuentra mi punto, caliéntalo. -Jongdae gimió, empujando contra su hermano de nuevo y sintiendo la cama mecerse. Dejó que la cabecera golpeara contra la pared, adorando el sonido.

- Joder -dijo Jongdae. Agarró el trasero de su mellizo, presionando la estrechez y devorando el cuello y pecho de Minseok.

Minseok se sacudió debajo, gimió más y más alto, hasta que su garganta dolió y su voz quedó ronca. Los dedos de Jongdae encontraron la entrada y se deslizaron dentro, haciendo que gritara aún más fuerte.

-Oh... eso... -Las manos de Minseok agarraron los brazos de Jongdae-. Eso duele, pero no te detengas.

-Voy a buscar el lubricante -murmuró Jongdae.

-No, no te detengas -rogó Minseok-. Más profundo.

-Pero dices que te duele... -Jongdae presionó un dedo dentro y Minseok chilló.

-Está bien -respiró profundo-. Así que... ¡oh!

Jongdae había encontrado la próstata Minseok y la acarició, mirando como su mellizo se retorcía bajo él.