Capítulo 26

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~~~Catorce años~~~


Haneul había calmado la resaca.

-Qué manera de empezar el año nuevo -refunfuñó. Tomó un pequeño sorbo de su café e intentó que su migraña desapareciera. Young Soo entró, arrastrando los pies y con el mismo tipo de gesto adolorido en su cara.

-¿Aguantando ahí? -preguntó él. Se paró detrás de su esposa y masajeó sus hombros con fuerza.

-Veremos -dijo ella.

-¿Dónde están los chicos?

-Baekhyun y Minseok están inconscientes en la sala de estar -contestó Haneul-. Creo que se consiguieron algo de ron. –Young Soo simplemente rió.

-Son buenos chicos. -Haneul se tensó un poco, pero no dijo nada-. ¿Estás bien? Has estado muy intranquila últimamente, querida.

-Yo solo... ¿No estás preocupado en lo más mínimo por los chicos? ¿Piensas...- respiró profundamente-... que son muy unidos?

-¿Baekhyun y Minseok? –Young Soo acercó una silla- ¿Haneul?

-No -contestó. Su corazón latía con fuerza, queriendo decirle acerca de sus sospechas. ¿Por qué no podía? Él quería tanto a los chicos como si fueran suyos. Seguramente entendería... o seguramente no lo haría.

Ella no podría soportar si Young Soo se sintiera asqueado por ellos o si los mirase diferente.

-Bueno -dijo Haneul-, sí. Baekhyun y Minseok. ¿Piensas que ellos son...?

Young Soo se sirvió algo de café, frunciendo el ceño.

-¿Importaría si lo fueran, Haneul?

-¡No! Oh no, no -respondió ella-. Por supuesto que no importaría. Únicamente me preocupo por ellos.

-Jongdae cuidará de Minseok -afirmó Young Soo, sonriendo.

- Sé que lo hará. -Haneul plisó los labios. El comentario poseía significados diferentes para cada uno de ellos-. Él también me preocupa.

-Jongdae está bien, puede cuidarse a sí mismo -dijo-. Y nunca dejaría que nada le pasara a Minseok.

-Young Soo... -Haneul dejó su taza y se quedó mirando a su esposo-. Si te dijera...

-¿Qué pasa?

Un fuerte ruido que provenía de arriba se oyó y Haneul suspiró. Young Soo incorporó, a través de la mesa, y apretó su mano.

-Lo siento -dijo ella con suavidad-. Tengo muchas cosas en la mente.

-Voy a llevarte a pasear el fin de semana, ¿está bien? -Terminó su taza de café y Haneul sonrió-. Unas pequeñas vacaciones.

-¿Quién cuidará a los chicos? -quiso saber con fatiga.

-Son lo suficientemente grandes como para quedarse solos -respondió Young Soo-. Les pediremos a los vecinos que presten atención por si necesitan algo.

La migraña de Haneul se agravó.

-No lo creo.

-Vamos, será divertido para ellos. Y para nosotros -añadió-. Además, sabes que pronto estarán por su cuenta.

-Solo...-dijo Haneul, trabándose y suspiró-. Maldición, ¿por qué tomamos tanto anoche? Ya no tenemos treinta años.

-Haneul –Young Soo le acarició la mano y luego apretándola-. Saldremos de vacaciones, no discutas conmigo.

Recién entonces, Minseok entró a la cocina. Llevaba puesta todavía la ropa arrugada de la noche anterior.

-Buenos días -murmuró, sentándose en la mesa y encogiéndose hacia delante.

-¿Demasiado ron para un niño tan pequeño? -preguntó Young Soo. El chico simplemente gruñó.

-¿Eso era ron? -Minseok frunció el ceño-. ¿Tenemos ron?

-No, Minseok, no tenemos ron -respondió Young Soo, sonriendo-. Se lo bebieron todo.

-Sehun... -Minseok se frotó la frente-. Recuerdo pequeñas copas.

-¿Baekhyun está dormido todavía, cariño?- preguntó Haneul. Minseok se estiró hacia ella y besó su mejilla-. Feliz año nuevo, corazón.

Minseok sonrió.

-Sí, todavía está dormido. ¿Dónde está Jongdae?

-Escuché un ruido fuerte arriba -dijo Haneul.

-Eso fue lo que me despertó. -Minseok bostezó, rascándose la cabeza-. ¿Cómo estuvo la fiesta?

-Encantadora -dijo Haneul, forzando una sonrisa. Tenía que olvidar sus sospechas-. Nos divertimos muchísimo.

-Me llevo a tu vieja madre a unas pequeñas vacaciones -le dijo Young Soo a Minseok-. El próximo fin de semana.

-¿Y quién nos va a cuidar? -preguntó Minseok, con cuidado.

- Nadie -contestó Young Soo-. Tu hermano y tú cuidarán la casa.

-¿De verdad? -Los ojos de Minseok se agrandaron-. ¿Por...tres días? ¿Seremos solo nosotros?

-Estoy segura de que podría arreglar para que vengan tus abuelos -intervino Haneul.

-De ninguna manera, de ninguna manera -dijo Minseok, con una sonrisa de oreja a oreja-. Mierda, eso es genial.

-Cuidado con las palabrotas. –Young Soo le dio unas palmaditas en el hombro a Minseok.

-Nada de fiestas alocadas. -Minseok rodó los ojos.

Haneul sintió que su estómago se hundía. Ella no quería dejar a Jongdae y Minseok solos por todo un fin de semana. Le daba una sensación de temor. No le preocupaba qué le pudieran hacer a la casa, pero sí pudieran hacerse... uno al otro.

Tomó un largo sorbo de su café y trató de alejar esos pensamientos de su mente.

D.T.M || CHENMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora