El amor es muy susceptible

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(Como aviso primero, quizá no os guste esta relación en ese caso comentadme si queréis algún cambio o alguna recomendación, y si os parece bien por donde va la historia decídmelo también, muchas gracias por la colaboración 😄)

-Que es lo que te pasa en el ojo?-Le dice Jean. Que ya está frustrado de intentar averiguarlo por su cuenta
-Me... Me quito un ojo el hombre con el que estaba y no quería que vieses el parche...
-Pero Leila... Por que no me lo contaste? Resulta que ahora tienes tan alto cargo que llevas guantes de seda y no puedes decirme la verdad?
-Los guantes no son para eso!- dice en un intento de defenderse
-Entonces para que?
-Maldito, no te das cuenta del frío que hace aquí? Pretendes que vayamos como tu? Disculpa pero no gracias. No me interesa en absoluto que mi protegida se destroce las manos por el frío comiendo manjares robados.-Interviene Ciel.

Jean se levanta con estruendo sobre la mesa y se acerca a Ciel tomándolo por la camisa. Leila no puede permitir que se enfrente a él y en cuanto menos puede darse cuenta Sebastian ya los a separado y les recomienda a los tres acostarse. Jean sabe que no tiene un lugar digno que ofrecer, así que no tiene mas remedio que mostrar su " cama privada" que utiliza para "trabajar". Tiene sangre, apenas unas gotas imperceptibles así que reza de que su hermana no las vea. El resto quedan fuera de la habitación durmiendo en montones de almohadones desvencijadas. Finalmente Jean se queda dormido en una esquina de la casa apartado de la pareja demoníaca.

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Las horas pasan con rapidez en el exterior, sin embargo en la mente de Leila se hacen eternas. Recuerda como Shauwn le obligó por primera vez a tomar la dosis. Le tenía que inyectar la dosis sin ningún problema, para eso era necesario atarla a la silla.Siente los espasmos, las convulsiones, las correas que la apretaban. De repente se ve sobre una cama de terciopelo rojo, con el fino traje que le vio a Elizabeth mas de una vez puesto obligada por Shauwn. A su lado estaba su hermano simplemente con una bata de seda que apenas le podría dar algo de calor.

-Tu sufrirás lo mismo que yo-le habla su hermano, pero... Por que no es su voz?
-Quien eres?
-Soy Alois Trancy, tu tío. Fue necesario venderme para crear este imperio de lujos. Pero ahora te toca a ti sobrevivir como Jean. Así es como te voy a instruir.

La tumba sobre la cama colocándose sobre ella...
Pero por suerte se despierta al instante, sudorosa y gritando. Pero su grito queda ahogado por un precioso guante blanco. Sebastian la observa con hambre sin duda. Leila sabe que debe confiar en él. Pues es a él a quien le ha confiado su vida. Se tranquiliza y respira.

-Quédate en la habitación Sebastian.
-Yes, my Lady

Aunque quizá todos sabemos que no obedecía una orden del todo.

Una historia mortal...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora