Una historia mortal...

Todo no estaba perdido

1896, Londres. Un grito atraviesa la noche desde una casa a las afueras. Las telas se rasgan, y de repente, silencio. Una figura roja como la sangre cruza la noche para llegar hasta sus dos víctimas. Mientras tanto en una casa aún más alejada, el grito de un hombre y una niña le hacen recordar que tiene mas trabajos que realizar. Al llegar a su siguiente destino comprueba con ternura cómo la joven asesina se aferra al cuchillo ensangrentado contra ella .El ya no tan joven shingami le sonríe atraves de sus gafas y le habla con ternura.
-Corre-dice secamente-corre nadie te a visto
-Pero yo lo mate
-No te preocupes
La niña aun asustada huye con ojos agradecidos y esperanzados. Grell stucflied sabe que la niña será juzgada a su debido tiempo por todos y cada uno de sus crímenes.
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En algún lugar donde habitan los demonios, Ciel Phantomhive y Sebastian Michaelis juegan una partida de ajedrez. Ciel a pesar de ser un niño físicamente, quizá se trate del más temido de los demonios. Sebastian sonríe ante la perspicacia de su "boochan" en la partida. A pesar de que los años pasen , no aprende a jugar del todo correctamente contra Él. Sebastian sigue jugando como antaño, cambiando de forma las piezas, y como antaño, gana. Ciel se enfada por "mancillar" su memoria respecto al ajedrez. Ciel fue capaz de olvidar a Lizzy, al príncipe Soma, a Alois... Olvidó todo salvo el ajedrez. La partida termina y ambos sonríen satisfechos. Los dos vencedores, y los dos, perdedores, ya que han quedado en tablas. Sebastian intentando romper e silencio comenta:
-Grell ha traído noticias de la "joven asesina"
-Cuales son las novedades?
-Al parecer nuestra protegida se está aficionando a la piromanía . Por desgracia todavía no tiene un enemigo tan terrible como para que su alma sea apetecible. Aunque esa noticia pueda resultar desalentadora su necesidad de venganza crece a cada víctima que asesina.
-Bien Sebastian, investígala mas de cerca y habla con Grell, quizá el puede contarnos algo que todavía no imaginamos de ella.
-A el "boochan" le interesa saber más allá de los crímenes y de lo que concierne al alma de la joven?
-No lo olvides Sebastian, somos demonios, engañamos, y tu como mayordomo no cuestionas mis decisiones
-Yes, my lord
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El director de la compañía de trenes regresa a casa tras un largo día de trabajo. Cual es su sorpresa al entrar a su casa y encontrarse a dos adultos junto con una muchacha encadenada como un animal. Llegan con demasiada antelación.
-Os dije que apartir de la semana que viene.
-Por favor comprendalo señor. Ya ha matado a doce hombres, mujeres y niños... Está loca!
-Se lo advertí no puedo recibirla antes. Mi esposa está en casa y lo desaprobaría
En ese momento se oye crujir el suelo de la casa un par de metros más lejos. La mujer sabe que ha sido descubierta y sale de entre las sombras. Tiene el rostro pálido por ver a la muchacha en ésas circunstancias. La ha visto más veces, en el mercado, en el río, e incluso recibiendo clases de su marido. De repente tiene miedo, piensa en lo que le podría hacer si vive bajo su techo.

-Shauwn... Por favor... No me sentiría a gusto con nuestra criatura junto con esa... Bestia
-Esa bestia como tu la llamas es el ser más perfecto. Ya lo veras.

Lo adultos en medio de la discusión se fueron. La chica estaba cabizbaja pero no infundía pena en absoluto.

-Vamos Leila

Dijo Shauwn mientras le tendía la mano. Su esposa, Elizabeth sonreía de espaldas a él. Una vez mas cumplió su promesa.

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Mientras Ciel se toma su taza de té Sebastian le observa atentamente .

-dice Grell que su contratada a conseguido que acojan a Leila.
-Leila?
-La joven asesina
-Sabes algo más de ella?
-Sí
-Habla
-Hoy ha sido su décimo quinto cumpleaños. Sus víctimas fueron primero un cura, que se intentó propasar. Su segunda víctima, una de las monjas, ella insistió en que la había tenido encadenada. Su tercera víctima el vigilante de su localidad cuando la acusó dé demonio. Luego cinco niñas y una mujer cuando entraron en las escuela. Al parecer la llamaron estúpida por no querer coser y la profesora no objeto nada en absoluto. Su siguiente víctima fue su hermanito. Lo hizo porque sintió que no sería feliz aquí. Por ultimo a sus padres cuando la intentaron encadenar para llevarle con su profesor con intención de curarla. Después de ese suceso los vecinos se aproximaron a su vivienda y llevaron a Elizabeth junto con el profesor especializado. Y aquí volvemos al punto presente de nuestra historia.
- Sebastian, esa muchacha... Me ha llamado.
-Quiere que lo lleve a la tierra boochan?
-Por supuesto Sebastian
-Ahora mismo my lord

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Habría sido más enigmático y pintoresco decir que sucedió al ocaso, pero ocurrió entre gritos de horror y desesperación. Leila gritaba, Shauwn le hacía daño, mucho daño. Elizabeth la miraba desde el umbral de la puerta, con una sonrisa y recordándole las palabras que una vez le dijo. "Llama al perro guardián" le dijo una noche en los que los gritos de sus pesadillas con Shauwn se acentuaron. Elizabeth sentía que cada día apretaba mas las correas, y estaba completamente segura de que le doblaba la dosis, que según el seguía sin ser suficiente para curar su locura. Ahora recordaba esas palabras pero se sentía tan impotente que no sentía coraje para llamarlo. Y como si uno de sus mayores deseos se hiciese realidad Shauwn terminó la sesión, le cubrió su tembloroso cuerpo con una manta y la acompaño hasta el umbral para que Elizabeth, la dueña de su hijo, la acompañase hasta su cama.Cuando Leila se aseguró de que se hubieran alejado lo suficiente le confesó el secreto a Elizabeth .
-Quiero irme... Tengo mucho miedo... Lizzy por favor ayúdame...
-Vamos Leila no tenemos mucho tiempo.
Elizabeth la tomo en brazos.A pesar de ser una mujer de tez pálida, y de cabellos rubios de sirena poseía la fuerza de la titan mas astuta y poderosa de todas. Leila, a pesar de que se sentía débil, quería correr por su cuenta ya que sabe que pasara cuando Shauwn se entere de lo ocurrido. Llegan al lugar y Elizabeth sienta a Leila en la tierra húmeda. Traza un circulo con letras incomprensibles y dice:

Perro guardián, un trato contigo quiero, ven con tu siervo y cumple mi deseo.

Le obliga a Leila a repetirlo y cuando esta lo hace parece caer en un profundo sueño. Ante ella una sala llena de cadáveres, ve una mesa con esas cadenas que tanto odia y se estremece. Al caminar hacia atrás, inconsciente, se tropieza con un niño de trece años pálido y con un extraño símbolo en su ojo derecho. Se asusta de su mirada, le parece que escudriña con ella todo su ser.