¡UNA B-BESTIA!

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Mmm, estoy tan cómodo... ¿Esto es una cama? Es más suave que la mía... Se siente tan bien...No quiero levantarme... Hace un momento iba a ser devorado por lobos... Eso quiere decir que... Estoy muerto... ¿Este es el cielo?... No pude morir así...

-¿Esto es el cielo? - Dije entre abriendo mis ojos observando que me encontraba en una amplia habitación.

- ¿El cielo? Que estupidez. - Rápidamente mire a mi alrededor intentando ver quien era el dueño de aquella voz. 

-¿Donde estoy? - Observe dos ojos rojos viendo a la distancia. -  ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi?

-Una pregunta a la vez quieres. - La voz era baja y un poco ronca y no se acercaba a la luz.

-Acércate a la luz, quiero verte. - ¿Porque se esconde? No lo comprendo...

- ... - No dijo nada así que tome el candelabro y me disponía a acercarme a él. - No te pares, sigues herido. 

-Si no quieres que me acerque, entonces ven tu. - Tengo derecho de saber con quien estoy.

-¿Como te atreves a darle ordenes al amo? - Inmediatamente veo que la voz proviene del candelabro en mi mano y lo arrojo al suelo sin pensarlo dos veces. - ¡Eso dolió, idiota!

- ¡ALÉJATE! ¿¡QUÉ CLASE DE LUGAR ES ESTE EN EL QUE TIENES OBJETOS EMBRUJADOS!?

- ¡Objetos! ¿Te atreves a llamarnos objetos? ¿Quién te crees que eres? - Esa cosa se acercaba a mi, así que la patie cayendo a los pies del sueño de aquellos ojos rojos.

-¡UNA B-BESTIA! - No dude ni un segundo, trate de levantarme pero mi cuerpo estaba muy adolorido, solo logre sentarme, busque mi espada y no la encontré. Así que con todas mis fuerzas me levante y camine con cuidado hacia la puerta.

-¿A donde vas, sigues herido? - Me pregunto la bestia acercándose a mi.

- ¡ALÉJATE! - Grite alejándome de él. - ¡NO TE ACERQUES! 

-No voy a hacerte daño. - Como si le fuera a creer, mis hermanos y mi padre me han contado todo lo que necesito saber de las bestias, son mentirosas y malvadas. 

- ¡JA! crees que te voy a creer, yo... - Mis piernas empezaron a temblar y un punzante dolor en la espalda apareció. - ..yo... - Mis piernas no soportaron más mi peso haciendo caer.

-Te dije que seguías herido. - La bestia me agarro antes de caer al suelo son sus manos de las cuales sobresalían largas uñas. - Lumiere, dile a la Sra. Potts que nos traiga la comida a la habitación, yo me quedare con él. - Me sujeto con sin mayor esfuerzo y me llevo a la cama.

-Pero señor, él es... 

-Te dí una orden Lumiere. - Dijo firme sentándome en la cama.

-Si señor. - Y con eso el candelabro parlante salió de la habitación.

La bestia se quedo viéndome, parecía analizarme, pero si el puede yo también. Fue entonces que note que todo su cabello era largo y desordenado y que dos cuernos sobresalían de este. Tenía dos colmillos que salían de su boca una cola que parecía la de un león y garras al final de cada dedo de sus manos. Parecía un león, pero sus ojos estaban apagados y tristes... ¿Las bestias pueden sentir tristeza? ¿Qué lo ara sentirse asi?

- ¿Puedo? - dijo tocando mi muslo - Necesitas que cambie el vendaje.

-¿¡He...!? - Fue entonces que note que estaba sangrando y recordé mi dolor de espalda también. - S-si.

- Quitate la camisa primero. 

-¿¡He..!?

-Te duele la espalda ¿no? Seguro se abrió la herida, déjame curarla.

- De acuerdo. - Me quite la camisa y me di la vuelta, la bestia tomo una toalla húmeda y la paso en la herida. - ¡auch!

-L-lo siento. - ¿La bestia acaba de tartamudear? No puedo creerlo.

-Está bien. - Me pregunto que estará pensando... La bestia termino de atender mi herida de la espalda. - Supongo que me tengo que quitar el pantalón para que me atiendas el muslo. - Dije mientras me ponía la camisa.

-P-por favor n-no te lo quites. - Note un leve sonrojo en su rostro. ¿La bestia se sonrojo? No puede ser. - Solo arremanga lo. 

-Mmm... ¿Acaso te da vergüenza que me quite los pantalones? - Se volvió a sonrojar y volteo a ver a otro lado, es tan tierno ¿Qué  acabo de pensar? ¿Cómo una Bestia va ser Tierna? - Está bien me lo arremangaré. 

-G-gracias. - Y con eso me cambio el vendaje del muslo. 

Ahora que lo pienso él fue quien me salvo de los lobos...¿Cómo alguien tan fuerte puede ser tan tier...timido? ¿Se abra lastimado?... ¿Este es su castillo?

-¿Te lastimaste? - la curiosidad me gano y no pude evitar preguntar.

-¿¡He!? - Al parecer no entendió mi pregunta.

-¿Te lastimaste al salvarme de esos lobos hambrientos?

-¡Ha!Eso... no solo un par de mordidas y arañazos, nada grave. No te preocupes ya me vende. - Levanto un poco su manga derecha y me mostró su brazo vendado. - Vez.

-Yo... - No puedo darle las gracias a una Bestia ¿Qué me pasa? No se que es lo que está pasando, pero debo cuidarme y no dejarme engañar. Cuando tenga una oportunidad matare a la Bestia con mis manos.


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El Caballero y La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora