Un horrible castillo embrujado

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La puerta se abrió y una carretilla llena de comida entro.. ¿No me digan que la carretilla también tiene vida? No podría sopórtalo... ¿Por qué a mi? no puedo con esto.... Esto es un horrible castillo embrujado...

-Señor, le traje la comida como indico. - Un pequeño reloj de mesa se asomo para hablar con la Bestia.

-Gracias Din Don.

-Din Don. - Qué nombre más estúpido, enserio Din Don... - ¡Jajajajaja! Que nombre más ridículo.

-Disculpe señor, pero usted no tiene derecho de burlarse de mi nombre. - Replico el reloj.

.¿Acaso sabes mi nombre? - Dije retador. 

-No es necesario, por tus ropas puedo decir que eres un caballero inútil y fracasado.

-¡Hey! ¿Quién te da derecho de decir eso? - Este reloj sabe burlarse de las personas.

-El mismo que le dio derecho de criticar mi nombre. - ¿Este que se cree? No tengo nada con que replicar... Por otro lado la Bestia parase gozar de esto... Me pregunto....¿Cómo sera su sonrisa?... ¿En qué estoy pensando? Las Bestias no sonríen...

- Din Don, deja al Caballero en paz.

-Como ordena amo. Y con esas ultimas palabras el pesado reloj se largo dejando me solo con la Bestia. Fue entonces cuando observe que en la carretilla venia mucha comida...¿Es toda para mi?...

-Oye... ¿Todo eso es para mi? - La Bestia me vio confundido...

-¿Para quien más seria?

-Es que es mucha...

-No importa si dejas algo. - Acerco la carretilla hacia mi - Vamos come, por favor. 

-¿Y tu...? - ¿Qué hago preocupando me por una Bestia?

-Comeré luego, adelante.

La verdad me siento un poco mal, el está ahí parado viendo me comer mientras yo en una cama muy cómoda comiendo maravillas... No había notado que de una de sus mangas salia un pedazo de venda... Es el mismo brazo que me mostró antes... Supongo que es difícil vendarse a si mismo... 

-¿Puedo ayudarte? - ¿Porque demonios le pregunto a una Bestia si necesita ayuda?

-¿He? - Parece no comprender...

-Tu vendaje...está mal

-¡Ho! - Parece sorprendido... ¿No se abra dado cuenta? - No te preocupes, estoy bien.

-Déjame ayudar... ¿Si? - ¿Porque insisto para ayudarlo? El es una Bestia... - ¿¡De qué sirve la venda si está mal puesta!? 

-... - Parece pensarlo... Se ve tan lindo serio.. . ¿¡Qué estoy diciendo!? - D-de acuerdo.

- Pero si estás parado no te puedo vendar. - Se sentó junto a mi en la cama. - Dame tu brazo, no te voy a morder.

Me dio su brazo y le subí la manga... Su piel es un poco clara, le remangue la manga y quite con cuidado su vendaje... Su piel es tan suave... Acaricie su herida con cuidado...

-¡Auch!

-Lo siento. - Su herida estaba roja...

- E-está bien. - Esto no debería estar así...

-No, no lo está ¡Está infectada! - Tome la toalla que el había utilizado en mi, seguía algo húmeda. - Te va a doler un poco... - Coloque la toalla en la herida.

-¡Grrr...! - Termine de desinfectar mientras el gruñía.

-¿Me acabas de gruñir? - Dije enarcando una ceja, su gruñido es un poco tier... tímido.

-P-perdón... - Se sonrojo un poco... ¿Cómo una Bestia puede ser tan tier... Tímida? - No estoy acostumbrado a que alguien atienda mis heridas.

-Para ser una Bestia, eres muy tímido. - Su rostro se volvió sombrío, se levanto sin decir nada y se dirigió a la puerta.

-Es mejor que comas, yo iré a cenar. Te veré mañana. - Su voz reflejaba tristesa...

Y con esas ultimas palabras se fue de la habitación dejándome solo... ¿Acaso no le gusta que le digan Bestia? Pero el es una Bestia... Sera mejor que coma y duerma un poco... Mañana estaré mejor y podre escapar...

El Caballero y La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora