02

149 21 5
                                    

El día pasó más rápido de lo normal, a mi parecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El día pasó más rápido de lo normal, a mi parecer. Lo último que quería era llegar a esa casa. Había terminado de guardar las cosas en mi bolso, así que me dirigí hacia la salida del edificio.

Después de bajar en el ascensor, caminé hacia la casa. Cuando llegué a la puerta, estaba entreabierta. La empujé delicadamente con la palma de mi mano y entré.

Apenas di dos pasos y mi pie golpeó algo. Bajé la mirada y vi un portarretrato: era la foto de mi madre conmigo en brazos, sonriendo. Ella me dijo que se la tomó una amiga en el hospital donde fue el parto.

Ay.

Mamá, si tan solo hubieras sido más considerada conmigo y me hubieras llevado contigo al irte.

El sonido de cristal rompiéndose llegó a mis oídos.

Todo en mí entró en pánico, y mi nivel de miedo subió hasta el noveno.

Aquel sonido solo significaba una cosa: el demonio había vuelto, y mucho peor que antes. No consideré recoger el cuadro, así que lo dejé en el suelo.

Intenté con todas mis fuerzas correr a las escaleras, pero no pude. Al principio creí que mi bolso se había enganchado en algo, pero no, alguien lo había agarrado fuertemente.

—Cariño, ¿a dónde vas?

Aquella maldita voz.

Su voz estaba exageradamente calmada, además de que se notaba considerablemente que estaba completamente ebrio. De todas formas, me giré.

Maldición, su expresión. La sonrisa en su cara era maquiavélica, sus ojos tenían llamas de ira, y en su mirada podía ver claramente cómo quería asesinarme.

Ya había comenzado a sudar debido al nivel de miedo. Mis palabras se atascarían y no volverían a salir. Tenía demasiado miedo, tanto que demoré un poco en responder.

—Iba a mi cuarto.

Traté de responder con una voz decidida y fuerte, pero fallé notablemente, ya que mi voz se quebró al decir la última palabra.

—Oh, no puedes subir, necesito que me ayudes en la cocina, por favor.

Dicho eso, con fuerza sobre exigida, me aventó a la pared. Mi espalda impactó con ella y un escalofrío doloroso me recorrió la espina dorsal.

Ya en el piso, un gemido de dolor salió de mi garganta al intentar ponerme de pie.

Mi dolor y sufrimiento aumentaron en el momento en que agarró gran parte de mi cabello y comenzó a arrastrarme hacia la cocina. Lo único que podía hacer era intentar zafarme de su agarre, pero todos mis intentos fueron en vano, fallidos.

Al estar un poco débil debido a mis fuerzas malgastadas al tratar de que me soltara, logró atarme a una silla.

No sé de dónde pudo haber sacado la soga.

My Home is Hell. © [#1 HELL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora