Embarazada de mi cuñado

Capítulo 27

-Voila- exclamó James triunfante retirando con rapidez la capa negra que cubria a Jennifer, el pelo que antes le llegaba hasta la cintura ahora solo le llegaba a los hombros, ademas él le habia hecho un tratamiento de coco lo que le había dejado el cabello mas fuerte que nunca
-Es justo lo que quería ¡Eres el mejor!
-No- dijo James al ver que Jenn sacaba su cartera para pagarle -Es mi obsequio
-No quiero tu lástima James
-Esta bien, cuando puedas me traes de esas tartas de frutos rojos y tu deuda conmigo estará cancelada ¿Esta bien?
-Esta bien- dijo Jenn abrazandolo- Gracias
Jennifer subió a su auto y condujo. Estaba decidida a hacer algo que debió realizar hace mucho, según ella. Se miro en el espejo de su auto lucía segura y muy determinada, estaba lista para hacer algo que era poco comparado a lo que le habían hecho. Entro por un pasillo largo, las paredes estaban pintadas de un celeste claro y hacia frío un policia gordo la recibió en la entrada.
-Llevo esperandote un mes y medio- le dijo mientras le retenia el bolso y le hacia quitarse los aros
-Tuve que hacer muchas cosas- afirmó Jenn segura- En el bolsillo de afuera esta el sobre con dinero
-Jenn- suspiro el policía- Sabes que este dinero no es para mi, es para que mis compañeros cierren la boca mientras tú haces lo que viniste a hacer
-Lo sé. Por eso confío en ti como lo hace Mark
-Mi sobrino me ha hecho muchos favores lo justo es devolverle uno. Puedes pasar llevare a la chica hasta ahí.
La habitación estaba pintada de un amarillo viejo, las mesas y sillas estaban unidas por fierros. Jenn se sentó derecha para aparentar seguridad, un ruido metalico empezo a sentirse. Stella caminó acompañada del policia y se sentó frente a ella.
-Jamás espere que tu fueras a venir a verme
-No es por cortesia- le dijo Jenn en un tono duro
-¿Vienes a decirme que me perdonas?- Stella colocó sus manos por encima de la mesa, las esposas en sus muñecas brillaban y hacian mas ruido de lo que ella jamás se habia imaginado -¿Vienes a maldecirme? ¡Habla de una vez!
-Vengo a decirte que no te saldras con la tuya
-Mi intención jamás fue matar a tu bebé, me desespere ibas a delatarme
-No nombres a mi hijo no tienes un grado mínimo de decencia por tus venas para nombrar a mi bebé
-Estaba muy enojada porque Federico me habia dejado y te empuje yo no pensé que se romperia el barandal ¿Que tiene tu codo?
-Quedé mal por la caida, el codo jamás volvera a tener la fuerza suficiente pero estoy trabajando para recuperarme y poder alzar a los otros hijos que tendré con Iván, porque voy a ser feliz con él y Tobias encontrará una mujer que de verdad lo ame y todos saldremos adelante y Federico y tu no serán otra cosa mas que un horrible recuerdo que con el tiempo se nos olvidara y pasaras muchos años en esta horrible prisión donde la oscuridad irá consumiendote poco a poco y habras deseado morir en lugar de mi hijo- Jennifer se paró y le pegó una cachetada a Stella que le voltio la cara violentamente -Eso fue por mi hijo, perra.
Jennifer salió caminando victoriosa, el guardia le abrió la puerta y ella caminó hacia la salida. Debía decirle a Iván, debía decirle lo mucho que lo amaba y que la pesadilla pronto pasaría. Estaciono en la entrada y caminó dentro de la universidad, se dirigió hacia la sala de profesores y al entrar vio a Iván en el escritorio escribiendo
-Hola- dijo Iván poniendose de pie -¿Qué haces aqui?
-Vine a verte- Jenn cerro la puerta y le puso seguro- Necesitaba decirte que he sido una tonta pero ya no seré mas esa mujer triste que te daba trabajo, quiero volver a estar contigo en todos los sentidos
-¿Hablas en serio?- dijo Ivan acercandose para besarla
-No te imaginas cuan en serio lo digo- Jennifer se abalanzo sobre Iván y lo besó, el le correspondió el beso y la alzó le bajo su ropa interior por debajo de la falta mientras ella le desprendia la camisa.
-Me encanta tu nuevo look, estas mas sexy que nunca-dijo Ivan susurrandole en el oido- Eres hermosa y mía
-Para siempre- contestó Jenn