Capítulo 4

671 53 5
                                    

Cuando amaneció y todos regresamos al Santuario tenía muchas dudas, demasiadas diría yo. Nunca había conocido a personas tan crueles.

-Deja de pensar en eso, ve a dormir.-me dijo Dwight.

Obedecí a las ordenes de D, me recosté en la cama y me puse a dormir, me sentía realmente cansada pues llevábamos más de 24 horas sin dormir.

[...]

Desperté, era de noche y salí por los pasillos, escuché que Dwight hablaba con alguien y seguí su voz. Estaba con Daryl encerrandolo en un cubículo o algo así.

-¿July qué haces aquí?

Preguntó cuando me vio llegar.

-Quiero hablar con él, por favor.

-Adelante, toma.-me dio las llaves -Tengo que ir con Negan así que no creo volver. Cierra con seguro.

Se fue, traía puesto el chaleco de Daryl. Entré al cubículo donde estaba él, estaba desnudo así que me voltee para no mirar.

Cerré la puerta dejando un huequito para que entrara algo de luz. Ya no podía verlo porque se escondía en la oscuridad del cuarto.

-Mataste a mi papá y a mi hermano, te vi hacerlo.-inicié. Me senté en el suelo.

-No tienes que decir nada, solo tengo que decirte todo lo que siento.

A veces solo podía mirar su cara.

-Los hiciste pedazos, te agradezco que no sufrieran. Habíamos sobrevivido tanto tiempo afuera, llevábamos un mes aquí y en una semana murió toda mi familia.

Suspiré.

-Alguien mató a mi madre, uno de ustedes. Nunca encontraron su cuerpo, tal vez la calcinaron.

Volteó a verme.

-No estoy enojada, te perdono. No me sirve de nada odiarlos. Te perdono.

Se me quebró un poco la voz.

-Hablé con tu amigo asiático, el día que murió. Me dijo que sería padre y se veía muy feliz.

Cayó una lágrima de mi ojo izquierdo.

-Lamento la muerte de tus amigos, no debieron de morir así, tampoco mi familia debía morir. Pero así son las cosas ahora.

-¿Por qué me dices todo eso?

-Porque no quiero que nadie más muera. Sufrirás mucho aquí pero no morirás. Te traeré comida, agua, todo lo que pueda sin que sé de cuenta D.

-No, no lo hagas.

-Ustedes son familia, yo solo tengo a Cherry y a D, pero porque él te quiere matar por eso estoy aquí.

-Debes irte.

-No puedo dejarlos. Me quemaran la cara o me matarán y no quiero morir.

-No sabes lo que dices, eres una niña.

Me levanté, salí de su cubículo y cerré con llave. Hice mi mejor intento de socializar y hacer las pases con él.

Dejé las llaves en el cuarto de Dwight, bajé las escaleras y en un piso Cherry estaba fumando sola.

-Hola, Cherry.

-July. ¿Cómo estás?

-Supongo que bien. ¿Te gusta este lugar?

-No, para nada. Pero D volvió para salvarme la vida.

-Son afortunados de estar juntos.

-No lo estamos, no aquí. Quiero irme, ¿vienes conmigo?

-No puedo irme, no puedes dejar a D.

-Él entenderá.

Hablábamos despacio para que nadie escuchara.

-Si te vas... Llévate contigo a Daryl, él tiene muchas cosas que perder, tiene amigos y no puede quedarse aquí.

-Tendremos que esperar, puedo convencer a D, un par de días. Dame un par de días.

-Si en un par de días D no quiere irse te vas con Daryl, lo dejas ir.

-Hecho.

Apagó su cigarrillo y se fue.

[...]

Han pasado más de dos semanas y Cherry no ha podido convencer a Dwight de irse. Él no sabe que yo también estoy detrás de esto.

Tomé la bolsa de plástico qué tenia adentro un par de sandwiches. Anduve hasta llegar donde Daryl, abrí la puerta con mi copia de la llave.

Entré y le di uno a Daryl.

-Toma, no te comas la comida de perro te hará daño. Esto es más delicioso.

Él lo tomó y empezó a comer desesperado. Yo empecé a comer el mio.

-Un día estaba en el bosque con mi papá, estábamos buscando comida y cosas para sobrevivir;nos encontramos con un hombre y mi padre le perdonó la vida, lo dejó ir. Después de varios días nos encontrábamos en aprietos, los cuatro y ese señor nos salvó, nos ayudó. Saldó su cuenta.

Seguí comiendo.

-¿Entiendes a lo que quiero llegar?

Pregunté.

-Si yo te perdoné la vida espero que un día tú me perdones a mi o a Dwight.

-Gracias por el sandwich.

-Mañana traeré más.

Recogí el de comida de perro y me lo llevé para tirarlo a la basura. Entré a mi cuarto y tomé una ducha, cambié mi ropa por camisas de mi papá, me sentía a gusto, me sentía cómoda.

Tocaron la puerta.

-July, nos vamos a Alexandria. Toma tus cosas.

Era D, dio media vuelta y se fue. Tomé mis cuchillos, mis armas y lo seguí. Sacó a Daryl de su cubículo y lo llevamos con nosotros.

El viaje fue largo y aburrido, había muchos camiones llenos de Salvadores yendo hacia allá.

-Listo. Llegamos.

Bajamos de los camiones, nos abrieron las puertas y ahí estaba Rick, la samurai, unos que no reconocí y otros que estuvieron esa noche.

-Aun faltaban dos semanas para el mes, Negan.-le dijo Rick.

-Quería ver a la viuda.

-Ella...-Rick negó con la cabeza y nos llevó a un lugar donde había tumbas.

-Lamento qué haya muerto, era una mujer muy bella.

Se fueron todos de ahí, me quedé observando las tumbas. Maggie, así se llamaba, murió con un bebé dentro de ella. ¡Que horror! Supongo que fue el trauma de ver a su esposo morir cruelmente.

Seguí andando por Alexandria, tenia casas hermosas, muy grandes. Llegué a un lugar donde había cosas sembradas, eran pocas pero había unas listas para cosechar.

Tomé un tomate de ahí, uno rojo muy jugoso. Lo empecé a comer.

-No debiste tomarlo.-dijo alguien a mis espaldas.

Voltee y ahí estaba él, el tuerto. Me quedé viéndolo.

-Es que me gusta mucho el tomate y en el santuario aun no están listos.

-¿Por qué vinieron? Aun faltaban dos semanas.

-Oye, yo no soy quien decide eso.

Hablaba enojado, me enojé también.

Stay alive |CarlGrimes&Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora