Bostezo
Miro curiosa la hora del celular (no hay reloj porque: pobreza extrema) y me arrepiento al instante. Solo llevo dos horas aquí y ya me quiero ir. Vuelvo a bostezar y la señora que está en mi caja me mira confundida.
—¿Un día largo?— sonrie ante su broma.
—Ni se lo imagina. Mi madre ha muerto ayer por la mañana...
La señora palidece y no nota la broma que la acabo de hacer. Ya sé que apenas son las nueve de la mañana pero no tiene que venir con bromas para recalcarlo. Sonrío mentalmente cuando la señora dice:
—Lo lamento tanto...
Yo igual. Lamento que no sepa que mi madre está más viva que nunca en alguna reunión con sus amigas mientras mi padrastro duerme sus ocho horas de rejuvenecimiento.
—No se preocupe. Ahora ella descansa en paz.
Mientras su hija de 25 años trabaja como esclava...
Cuando termino de cobrar los víveres de la señora mi hora de descanso comienza y me dirijo a una pequeña cafetería que hay para los empleados del supermercado. Compro un paquete de galletas y una botella de jugo. Suspiro
Este es un desayuno tan... Jardín de niños.
Trato de sonreír ante mi chiste sobre mi pobreza pero no lo consigo. ¿Cuando llegará el día en que pueda volver a comer algo decente?
Y el destino dice “hoy” porque de la nada me llega un mensaje del grupo de empleados diciendo:
“El sueldo de todos los empleados ya ha sido liquidado”
—¡Ya era hora!
Escucho algunos gritos de alegría por todo el lugar. Incluso yo grito de felicidad.
—¡Ya podré comer carne otra vez!— grito al aire
Algunos compañeros me miran confundidos mientras yo me escondo detrás de mi celular (como si me fuera a cubrir mucho) e ignoro algunas risas que se escuchan de fondo.
¡Por fin!
Tengo ganas de brincar de felicidad. Ya era hora de que mis días de pobreza disminuyeran temporalmente. Pero si quiero que esto no se vuelva a repetir tengo que conseguir otro trabajo. No saldré de ese edificio viejo y pobre si sigo de cajera en este supermercado.
Suspiro.
¿Que otro trabajo puedo conseguir si no estudie lo debido?
Todo por Frank.
Tuvimos una buena relación en el colegio. Fue todo al estilo “Novelas literarias”. Lo juro, pero después vino el desinterés por parte de ambos. Creo que nunca tuvimos que tomar la decisión de mudarnos juntos en cuando nos graduamos.
Cuando mi descanso termina corro apresuradamente a mi caja para comenzar a cobrar las compras de varios desconocidos. Una señora de edad avanzada comienza a gritar porque necesita bolsas de plástico.
¡Que inconsciente!
¿Acaso no sabe que el plástico daña el medio ambiente?
—Disculpe señora pero se dió el aviso desde hace días.
—¡No es posible! Yo he venido tres veces en este mes y no he escuchado tal cosa.
—Señora— trato de no perder la paciencia— hay carteles en las entradas del lugar. Incluso en los baños.
Sonrío forzadamente para tome sus cosas y se largue por la paz pero hace todo menos eso. Exclama al aire:
—¡Patrañas!
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La Fracasada Vida De Nahomy B.
RomanceElla despierta un lunes por la mañana. El trabajo como cajera en un supermercado no es lo que ella soñaba, pero, después se da cuenta de una cosa. Su novio, sus amigas, su casa y sus mascotas no son NADA de lo que ella soñaba, ¿Lo cambiará? ¿Será qu...