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Apague aquella alarma que no dejaba de sonar con insistencia.

No quería levantarme, pero no podía faltar, hoy conocería a mi futura esposa.

Aun no entiendo del todo porque necesito casarme, pero solo lo haré por mi madre.
La única que de verdad se preocupó por mi.
Pero falleció hace años, y desde entonces nada fue igual.

Aun así, ella quería que obedeciera a mi padre.
No puedo rechazar la petición de mi madre, es entonces que acepte.

Me levanto con pereza y consigo meterme a bañar, después me pongo un traje.

Es extraño, pero estoy nervioso.

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Mi alarma suena desesperadamente , la apago rápidamente y me vuelvo a acostar.

Ahora me preocupo, ¿esto será buena idea?.

Digo no soy la chica mas bonita o la más inteligente o la más responsable, solo soy una chica normal de una familia normal.

Ahora estoy en plan de trágame tierra, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte portazo.

-Arriba, que no tenemos todo el día- dijo Ariadna muy emocionada, entrando al cuarto.

-Bueno- me levante con mucha flojera y me metí a bañar, espero no arruinar todo.

..........

Terminamos de alistarme y fuimos a la planta baja, a cada minuto me sentía mas nerviosa, el estómago se me revolvía y el cuerpo me empezaba a temblar de los nervios, cada vez mas.

Llegamos al primer piso directo a la salida, nos recogió una limosina con las banderas del país, nos subimos y el chofer emprendió su viaje hasta las oficinas de juntas donde se llevaría una junta para acordar todo lo referente al matrimonio, desde los tratados que corresponden hasta la presentación y la boda.

Ayer me explicaron que tenia que comportarme lo mejor posible y poner atención, me pedirán responder algunas preguntas en torno a mi opinión sobre algunos temas y debo de poner atención.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no supe cuando Pepe me hablaba

-Xóchitl, Xóchitl, ¡Xóchitl!-

-¡¡¿Qué?!!-

-Ya tranquila, se que estas nerviosa pero todo va a salir bien-

-Si, recuerda que estas Di-vi-na- dice Ariadna para relajarme

-Gracias chicos son los mejores-

-No hay de que linda es nuestro trabajo-

Y de hecho hicieron un gran trabajo, Ariadna me maquillo muy a la natural pero aun con un lindo toque, y Pepe me rizo el cabello, me coloco unas cuantas hileras creando una media cola y termino colocándome un accesorio con los colores de la bandera.

Me veía muy hermosa, y el vestido resaltaba mi tipo de piel, aun así no se me quitaban los nervios.

Por lo menos estar con los chicos me tranquilizo un poco, llegamos al lugar y nos abrieron la puerta, muchos reporteros se encontraban transmitiendo en vivo a todo el país todo lo que esta pasando, mi rostro apareció por las pantallas de casi todo el país, pues era la noticia del momento.

No podía con esto, caminamos rápidamente adentro sin responder preguntas a pesar de los esfuerzos de los reporteros

Entramos a una sala formados en fila, primero el presidente y algunos políticos, al final yo y mis acompañantes, que en este caso son Ariadna y Pepe

Nos asignaron un lugar para cada uno, los asientos reservados y todo completamente en orden

Mis piernas empezaron a temblar, a los pocos minutos entraron ellos, primero su presidente y otros señores ya grandes, después un joven y dos chicas.

Por un instante chocamos miradas, era alto con los ojos claros como el cielo, el cabello lo tenia de un rubio oscuro, con una mirada tan seria y sin expresión, aunque después cambio a una diminuta y rápida sonrisa, aunque la alcance a apreciar.

No me lo puedo creer, es el mismo joven al que le derrame el frappe ayer, yo sonreí por el recuerdo y después nos pidieron tomar nuestros lugares, en serio no puedo creer que esto este pasando.

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Horas antes

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Salí del cuarto para ir al primer piso y encontrarme con mi padre, el presidente, otros políticos y dos chicas, mi padre me dijo que las contrataron para elegir mi traje y que serian mis damas de compañía hasta el encuentro con mi futura esposa, yo estaba en desacuerdo, pero al cabo de un rato no tuve de otra, me cambie con un traje formal, y me peine normal, lo único que hacían esas dos chicas era coquetearme descaradamente y retrasar mi trabajo, fui con mi padre y nos metimos a la limosina, las chicas se comportaron un poco mas aunque aún intentaban tomarme de la mano y lanzarme guiños; espero que mi futura esposa no sea como ellas.

Bajamos y había muchos reporteros que nos empezaron a rodear, aunque los guardias los detuvieron.

El presidente le dijo a las chicas que no tenían que pronunciar ni una sola palabra, ellas asintieron y entramos, ya estaban los demás en aquella sala, yo mire a cada uno, hasta que mi vista se poso en una chica, la cual aún se veía muy joven, entonces mi padre, el cual me vio, me dio un codazo muy disimulado indicándome que era ella, sonreí un poco, era la chica que se tropezó ayer conmigo y me derramo un poco de frappe, me sonrió, creo que me reconoció y se ruborizo un poco

Se veía muy linda, casi no tenía maquillaje, el vestido era simple y lindo al igual que el peinado, pero aun así se veía tan hermosa, nos pidieron sentarnos para comenzar la junta, solo espero hablar con ella pronto

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La junta transcurrió muy lenta, primero hablaron del tratado sobre la protección del país, y le preguntaron a el algunas cosas, al parecer conocía bien el tema, después hablaron de nuestras familias, fue entonces que me presente
-Mi nombre es Xóchitl Acosta legítima heredera de la princesa Isabel Tecuichpo, hija de Moctezuma II-

Me senté y luego el se levantó.

-Mi nombre es Garald Ivanov, hijo del comandante Grigori-

-Bueno, ¿donde quisieran que se llevara a cabo la boda y donde quisieran vivir?-

-Mi hijo esta llevando entrenamiento militar como un soldado del ejército al igual que su padre, así que recomendaría que pudieran vivir en Moscú hasta completar el entrenamiento-

-Me parece bien-

-Entonces para estar parejos que se casen aquí, si gustan la propuesta-

-Por mi no hay problema-

-¿Y tu que opinas Xóchitl?-

-Claro, me encantaría- por lo menos me da tiempo de despedirme de mi país.

-Entonces con todo esto solucionado dejaremos por concluida esta junta-

Los presidentes se levantan y se saludan


Ya no podré hacer nada al respecto

Amarrada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora