Una madre cuida 21

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"Incluso la misma ciencia a dicho que no hay un amor más fuerte y puro que una madre, que ella es una guerrera al protegerlos, que es enfermera para sanarlos y una consejera para escucharlos...la que da miedo incluso al mismo diablo."



Sasuke era alguien listo para su edad, no tanto como su padre quisiera, tal vez, pero lo que si sabia era que su madre estaba aun mas al pendiente de el, después de que se mojara en el frio rio, obligó a su padre a llevarlo directo al complejo y que las platicas podían esperar, incluso arrastró a un Naruto hecho pequeño por los regaños de Kushina, así que cuando llegaron su madre amablemente le pidió cambiarse y prestarle ropa seca a un friolento Naruto.

Así que como hijo de madre aquí estaba acostado en el futón y su madre a lado con una sonrisa en los labios temblorosa y aunque fuera de noche y mañana tendrán una dia mas largo, no le importo y preguntó.

"Okasan, no deberías de cuidarme tanto Otosan puede enojarse." 

No es que lo admitiera en voz alta, pero amaba cuando su madre lo arropaba y se quedaba con el hasta que caía dormido o cuando curaba con amor y dedicación cada herida que tenia, pero lo  que mas preocupo fue que su padre lo creyera mas débil.

"Esta bien Sasuke-chan tu padre no puede decirme nada, solo duerme Okasan cuidara esta noche por ti..."

Sasuke no sabia porque pero su madre se veía mas triste y preocupada de lo normal era como si su hermano estuviera apunto de salir de misión. Su cabeza le dolía y sus parpados pesaban sin tardar mucho cayó a un sueño, pero lo que Sasuke estaba seguro y que no fue ningún sueño era la forma en la que su madre se aferraba a su mano y pequeñas gotas caían sobre ella.

Mikoto era fuerte, no por nada pudo conquistar un hombre como Fugaku, ni mucho menos se hizo un nombre en su clan, siendo respetada por lo que era, porque Mikoto antes que ser esposa era mujer y su clan era uno donde no le daban protagónico, uno donde solo se veían como ama de casa y incubadoras para crear hijos mas fuertes, asi que con eso en mente antes de ser madre cambio, poco pero lo hizo, porque estaba segura que si sus hijos vieran lo que antes era el clan, antes que ella gritara y peleará, ellos crecieron en un lugar falta de amor y reglas mas estrictas.

Asique estaba orgullosa, pero lo que ahora temía era que la fiebre que Sasuke, su hijo menor aumentará, sabia que hacia frio y que estas fechas especial del año Konoha no era tan fría, pero se sentían los cambios de clima. Y con aquella vez pasada que enfermo hizo que su antiguo doctor lo revisara, pero el  no saber bien como curara daño una parte de su red de defensa y chakra, haciéndolo mas vulnerable, claro que aquel doctor sufrió no sólo su ira, sino que Fugaku había mandado a casi matarlo por hacerle tal daño a su hijo, porque esa vez Mikoto reforzó que para su gruñón marido ellos eran importantes.

Ni siquiera registró la puerta abrirse y los pasos, ella solo estaba concentrada en la respiración de Sasuke, en cambiar su paño caliente por uno frío, por sentir su piel viva llena de color, porque brinco cuando una mano se poso sobre su hombros y no necesito voltearse para saber que Fugaku estaba ahi a su lado.

"Deberías de descansar, cuidare de el" Fugaku observó a Mikoto con los ojos hinchados de llorar con la misma niebla de preocupación en sus ojos tal carbon "Ademas Itachi estara aqui conmigo."

Mikoto sintió una punzada de dolor cuando ni siquiera registro que su Ita-chan se había quedado con ella desde que mandó a Sasuke a dormir, y que era él quien cambiaba el cuenco de agua fría. Como una madre Mikoto debía de lucir fuerte enfrente de sus hijos pero no pudo evitar  derramaba lágrimas.

Ella Es EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora